EL TEMPLO de Nuestra Señora de la Asunción se yergue en el interior del casco urbano, ocupando su cabecera uno de los frentes de la irregular plaza mayor de la localidad, que comparte con el Ayuntamiento. En su concepción general se trata de una iglesia barroca, probablemente del siglo XVII, que cuenta con planta de cruz latina y está construida en su mayor parte con ladrillo, aunque en su fábrica no falte el mampuesto -distribuido en cajones en la fachada imafronte- e incluso un zócalo de sillería. Consta de tres naves articuladas en cuatro tramos y cubiertas con bóveda de medio cañón con lunetos, la central, y de aristas, las laterales; sobre el crucero se alza un cimborrio cubierto por una cúpula al interior y chapitel al exterior. Incrustada en la fábrica y alineada con la cabecera se yergue a los pies la torre, preexistente en sus tres cuerpos inferiores, si bien el cuarto, que remata en chapitel, ha de fecharse en la época de reconstrucción del edificio. Debió de llegar en bastante mal estado a mediados del siglo XIX, pues Madoz lo describe como bastante bajo y en estado ruinoso, del que sólo se salvaba la torre. Según Auberson (AA.VV., 1991b) fue quemado en la última guerra civil, tras la que ha sido restaurado en varias ocasiones. El primitivo templo debió de constar de una nave y pronunciada cabecera, según García Gutiérrez y Martínez Carbajo. Actualmente los restos medievales quedan restringidos a la torre, aunque dispersas por el zócalo de sillería se distribuyen distintas piezas labradas en forma de bocel, especialmente en el ángulo suroccidental. Al igual que el resto del edificio, arranca de un basamento de sillería para continuar la fábrica en ladrillo, que únicamente es interrumpida por las tres impostas perimetrales lisas que separan los cuerpos. A época medieval pertenecen los tres inferiores como se ha dicho, quedando ciegos los dos primeros y abierto el tercero, que muestra parejas de arcos de medio punto y doblados por frente bajo dos fajas de facetas siguiendo modelos románicos. Su estructura la forma un machón central latericio alrededor del que ascienden las idas de la escalera, embutidas en los muros de caja. Está cubierta con falsas bóvedas por aproximación de hiladas, al modo de las de Humanes de Madrid, Torres de la Alameda, Pezuela de las Torres u Olmeda de las Fuentes, entre otras en la provincia. En relación a éstas destaca la amplitud que se logra en el espacio de circulación, sin ser la torre de gran anchura, con lo que demuestra ser uno de los modelos más evolucionados del grupo. En suma heredando las características de la arquitectura islámica de Córdoba y más concretamente de los alminares de ladrillo almohades del último cuarto del siglo XII, como Terrassa propuso para los ejemplos toledanos con los que éstas emparentarían (TERRASSE, H., 1970, p. 389). A la vista de su fábrica y atendiendo a las fechas que se proponen para la repoblación de la zona, la parte más antigua del templo podría datarse bien entrado el siglo XIII.