Identificador
24877_01_005
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 48' 40.55'' , -4.742.386.52 m
Idioma
Autor
Gemma Lalanda Samiguel
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Barrillos de las Arrimadas
Municipio
La Ercina
Provincia
León
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LA IGLESIA DE SANTA MARINA, parroquial de los barrios de Barrillos y La Acisa de las Arrimadas, se alza entre ambos caseríos, en un alto a unos 800 m al este del primero. La construcción actual se presenta como una amalgama de construcciones y reformas que enmascara y amplía el proyecto original, del cual subsisten, no obstante, los cuerpos inferiores de su esbelta torre y vestigios constructivos de la nave. Por lo conservado, debemos pensar que se planteó un edificio de nave única, levantada en mampostería con refuerzo de sillares en contrafuertes y encintado de vanos. Desconocemos el tipo de cabecera que coronaría la nave, al haber sido ésta sustituida y ampliada en época posterior por la actual, de testero plano y cubierta con bóveda de cañón apuntado, más ancha que la nave y cuyo eje axial difiere ostensiblemente del de ésta. Posteriormente se prolongó la estructura hacia el este con el añadido de la actual sacristía y trastero, obra datada epigráficamente en 1800. Además de estas supresiones y añadidos, los problemas de estabilidad de la nave románica debieron suponer su ruina parcial y obligar al recrecido de sus muros, el regruesamiento del norte y la prácticamente total refección del meridional. Pese a lo expuesto, todas estas intervenciones son meridianamente observables al exterior, ya que el interior del templo se encuentra, salvo la torre, muy transformado; además del doble muro que se construyó en la zona norte, hoy la nave se cierra con una cubierta en artesa moderna, sobre la cual subsiste, en penoso estado, un artesonado de data imprecisa. La torre que se alza a los pies del templo es la estructura mejor conservada del primitivo edificio. Su planta es cuadrada y se eleva en buena sillería caliza, labrada a hacha y con numerosas marcas de cantero (+, Z, d). Sólo la parte baja corresponde a la fábrica románica, siendo moderno el cuerpo de campanas, con dos troneras de medio punto por lienzo y rematado por una cornisa de gola. En la cara occidental de la torre se abre una estrecha saetera, vano bajo el que vemos una somera decoración de dos florones de ocho pétalos y botón central labrados a bisel y en reserva. Sobre él se inscribió una cruz griega de brazos flordelisados y volutas. En el muro meridional y a tres cuartos de altura se abría un vano de medio punto hoy cegado, que corresponde con un acceso a los pisos superiores de la estructura. El cuerpo bajo de la torre, con función de baptisterio, tiene acceso desde la nave a través de un arco doblado de medio punto, hoy revestido por una gruesa capa de revoco y, según nos confirmó el párroco, don Antonio López, en muy mal estado de conservación. El reducido espacio sobre el que se alza la torre aparece regruesado por un zócalo rematado por un bocel y en él se dispone la pila bautismal, alzada sobre un basamento escalonado. La pila, labrada en un bloque de caliza, es igualmente románica, de copa cilíndrica y lisa. Tiene 0,97 m de diámetro por 0,67 m de altura. En la nave románica, muy transformada, son apreciables los vestigios de tres portadas, todas cegadas. De la meridional, tras el pórtico de fines del siglo XVI o inicios del XVII que protege esta parte, está muy fragmentariamente conservada, apreciándose sólo restos de un arco de medio punto embutido en la mampostería. Demuestra su carácter románico la labra a hacha de sus sillares, así como una dovela descontextualizada que decora su rosca con un motivo de zigzag inciso. El muro norte -en cuyo derredor se sitúa el campo santo- conserva su fábrica románica, aunque muy remozada, habiendo sido reutilizada -aunque en un desorden que patentiza este hecho- la serie de simples canes con perfil de nacela y notables dimensiones. El contrafuerte de sillería que refuerza la mampostería del muro en el sector occidental y las dos portadas cegadas, son los únicos elementos que permanecen in situ. Ambas portadas son visibles sólo por la rosca de sus arcos de medio punto, delatando su labra a hacha su carácter románico. En un fragmento de sillar reutilizado cegando la más occidental de las portadas de este muro septentrional se lee la siguiente fragmentaria inscripción, en caracteres visigóticos: ME F(ecit?)... IN ERA LXXVI... En esta inscripción, inédita según nuestro conocimiento, el me fecit, como toda la primera línea conservada es dudoso, aunque afortunadamente son seguros los caracteres de la segunda, que recogen una fecha que, aunque incompleta, oscilará entre 1138 y 1141, a tenor del tipo de letra. Este referente cronológico del edificio debe ser manejado, no obstante, con cierta prudencia a la hora de extrapolarlo al conjunto de lo conservado. Señalemos, por último, la presencia de una estela discoidal de aspecto medieval, con una cruz grabada, a unos 20 m al este del templo, hoy utilizada como mojón. Esta iglesia de Barrillos, cuya torre sirvió de modelo a la de Santa Colomba de las Arrimadas, parece obra tardía dentro del siglo XII.