Ermita de Santa Susanna de Peralta
Santa Susanna de Peralta se emplaza en el pueblecito homónimo, a pocos metros de las ruinas del castillo. La primera mención del lugar se encuentra en una bulla papal del año 1017 por la que Benedicto VIII confirma las posesiones de la abadía de Sant Esteve de Banyoles, entre las cuales ipsa vinea de Susanna cum suo termino, cum eremo et culto, sicut in scriptura Sancti Stephani resonat. In Peralta et infra ejus termines. Durante los siglos XIV-XIX, la iglesia de Santa Susanna consta como sufragánea de la parroquia de Vulpellac, a pesar de su proximidad con Sant Climent de Peralta, ya que no es hasta la primera mitad del siglo XVIII cuando ésta última fue trasladada de la montaña al valle.