Nostra Senyora del Castillo de Sant Martí de Maldà
SANT MARTÍ DE RIUCORB
Sant Martí de Riucorb es el municipio integrado por los pueblos de Sant Martí de Maldà (el núcleo principal), Rocafort de Vallbona, Llorenç de Rocafort y el Vilet; los dos últimos eran agregados de Rocafort y pasaron a formar parte de Sant Martí al ser anexionado dicho pueblo en 1972. El nexo de unión es el río Corb, que fluye de Este a Oeste por Sant Martí, el Vilet y Rocafort. Llorenç, al Sur, queda alejado del valle y limita con Vallbona de les Monges. Para acceder a la población desde Lleida hay que tomar la autovía A-2 hasta Tàrrega, a unos 50 km. Una carretera local, la LV-2121, comunica directamente la capital de la comarca del Urgell con Sant Martí de Maldà, a 14 km. La L-201, que circula paralela al cauce del río, enlaza con los núcleos restantes.
El término de Sant Martí aparece en la documentación en 1164 como límite de Verdú. De 1212 datan las primeras noticias del castillo, que pertenecía a la baronía de Anglesola, y que después pasó a los Cardona, señores de Bellpuig. Si bien los Anglesola, dominaron hasta el 1135, fueron los Bellpuig los que mantuvieron por más tiempo el dominio de Sant Martí. Después de Ramon de Anglesola, ya en el siglo xiv, siguieron los herederos de Ramon Folc de Cardona hasta que fueron duques de Sessa y Baena. Bajo el dominio de los Cardona, en el siglo xvi los señores ordenaron desmontar el castillo piedra a piedra para aprovecharlas para la construcción del convento franciscano de Sant Bartomeu de Bellpuig.
Capilla de Nostra Senyora del castillo de Sant Martí de Maldà
La villa de Sant Martí de Maldà se localiza en una pequeña colina que domina el valle del río Corb. El núcleo más antiguo de la población conserva un trazado urbanístico irregular que se adapta a la pendiente con calles empinadas. Entre las calles se pueden distinguir algunos portales medievales. La estructura de la villa parte del castillo, situado en la cima. Aparte de la referencia toponímica en la calle y la plaza del castillo, quedan restos de un granero y una capilla románica. En el siglo xvi se reconstruyó el castillo modificando su aspecto. También a finales del siglo xx se llevaron a cabo obras de mejora que transformaron en exceso la que fuera una construcción medieval. Se añadió un pequeño campanario en espadaña. Actualmente es una propiedad privada y está pendiente de una necesaria rehabilitación.
La capilla del castillo es la única iglesia que se conserva del primitivo núcleo amurallado. En 1212 ya estaba edificada, según la documentación conservada. La iglesia es una edificación de transición entre el románico y el gótico, muy parecida a las del Vilet, Figuerosa y Riudovelles. Presenta una planta compuesta por una sola nave rectangular y un ábside recto. La cubierta es de cañón ligeramente apuntado. La entrada actual se realiza por el muro sur. En el dintel de la puerta se inscribió la fecha de 1605, año en el que se realizaron unas importantes reformas que afectaron al nivel del suelo y a la cubierta, entre otras cosas. Antiguamente, el acceso se hacía por el lado occidental. Según la documentación gráfica de la década de los sesenta del siglo xx, la portada mostraba un arco ojival con una chambrana decorada con puntas de diamante. La puerta fue destruida y tapiada; desde el interior se puede ver el nivel donde quedaba la puerta, a 1 m del suelo. Encima de la puerta se abre una ventana de tipo aspillera. La iluminación en el interior de la capilla es escasa, y la poca luz que entra lo hace por la ventana lateral y por la puerta abierta en el ábside que comunica con un patio.
La capilla y todo el conjunto del castillo están formados por distintos cuerpos construidos en cronologías distintas. Este hecho, añadido a la potente restauración de 1978, provoca que se haya perdido el aspecto original, aunque se ha buscado una inspiración medieval. Especialmente se nota en los muros exteriores, al observar los tipos de aparejo, que está compuesto por sillares rectangulares bastante regulares, en los cuatro vanos en forma de aspillera, el acabado en almenas de la parte alta y el pequeño campanario de espadaña que es un añadido del siglo xx. Adosado al muro norte de la capilla se conserva un recinto que era utilizado como almacén. Se trata de un gran salón rectangular con cinco arcos de medio punto y cubierta en bóveda de cañón.
Se desconoce cómo era la decoración escultórica de la iglesia, aunque se encontró un capitel fuera de contexto que nos puede dar una aproximación del estilo ornamental. De tradición cisterciense, su decoración vegetal está compuesta por unas grandes hojas cordiformes combinadas con cintas perladas que se entrelazan en la parte superior. La cronología propuesta por este elemento arquitectónico es de finales del siglo xiii. Sabemos que este capitel procede de Sant Martí de Maldà, aunque desconocemos si formaba parte de la capilla del castillo o de la antigua iglesia parroquial de la cual se tiene constancia desde 1313 y que perduró hasta principio del siglo xvii. Al construirse una nueva iglesia de mayor tamaño en el mismo lugar que la antigua, modificó el recinto reservado a las sepulturas. Dispersas por la villa se han localizado un grupo de cinco estelas funerarias que pertenecían al cementerio de su etapa medieval y moderna que abarca los siglos xiv- xvi, aunque alguna podría ser anterior. Muestran escudos heráldicos, cruces y flores hexapétalas. Concretamente se propone que una de ellas que tiene dos cruces en sus caras, una flordelisada y la otra empuñada, podría ser de finales del xiii o principios del xiv. Esta estela mide 76 cm de alto, 39 cm de diámetro del disco y 22 de grosor.
Otro elemento que se sitúa cronológicamente entre el siglo xiii y el xiv es el escudo de la casa condal de Barcelona que se ha conservado in situ en la parte alta del muro del ábside de la capilla del castillo. A pesar de haber sufrido daños, conserva su policromía original de bandas rojas y amarillas.
Texto y fotos: Nuria Montoya Vives
Bibliografía
Castells catalans, Els, 1967-1979, 6, II, pp. 1098-1099; Llobet i Martí, R., 1907, pp. 68-74; Miró i Rosinach, J. M., 1995, pp. 18-20; Torres i Benet, M., 1998, pp. 18-19; Torres i Benet, M., 2004, p. 66.