Castillo de Malavella
Castillo de Malavella
A unos 2 km del centro de la población de Caldes de Malavella se encuentran este conjunto de ruinas que fueron antaño el denominado castro quod dicunt Malavella. Se accede a él a través de una pista forestal bien comunicada y señalizada.
La fortificación está documentada por primera vez en el año 1057, en un juramento de fidelidad entre el senescal Amat Eldric y la condesa Almodis, esposa del conde Ramon Berenguer I. No se vuelve a tener más información del castillo hasta el siglo xiv.
Se conservan parte de los muros de las zonas sur, norte y este. Dichas estructuras están formadas por sillares de piedra basáltica de tamaño irregular, sin escuadrar, unidos con mortero. Han llegado a nuestros días en mejores condiciones los muros del sector próximo a lo que fue la antigua capilla de Sant Maurici, integrada en el conjunto; en ellos se pueden apreciar algunos mechinales, así como ventanas y contrafuertes que atestiguan el reaprovechamiento de las paredes para convertirlas en casas.
En el sector noreste se alza una pequeña torre cuadrada de unos 7 m de altura, construida con un aparejo de las mismas características. Recientes intervenciones arqueológicas han dejado al descubierto restos de más estructuras al Oeste del recinto.
Capilla de Sant Maurici
Entre los vestigios del antiguo castillo subsisten los restos de medio cilindro absidal de la antigua capilla. Este ábside formado por un aparejo de sillares irregulares, conserva una pequeña parte de la curvatura de la bóveda. A su vez, se conserva parte de la base donde estaría situada la puerta de acceso a la capilla. Esta era una pequeña construcción de planta rectangular, de la cual, a pesar de la antigüedad del castillo, no se tiene ninguna referencia hasta el año 1412. En el siglo xix se construyó, al lado de la fortificación, una nueva capilla dedicada también a San Mauricio, reaprovechando elementos del castillo.
Texto y fotos: Marina García Carbonell