Identificador
31292_02_026
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 40' 55.86'' , -1º 59' 48.92''
Idioma
Autor
Alberto Aceldegui Apesteguía
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Grocin
Municipio
Yerri
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Claves
Descripción
LA ERMITA DE SANTA MARÍA MAGDALENA se encuentra fuera de la localidad, en un altozano, a unos trescientos metros desde el final de las casas. Recientemente se ha acondicionado su acceso por medio de una pista de cemento. La edificación original medieval ha sufrido dos transformaciones, como reza en una placa en su portada. En el siglo XVIII fue ampliada, y muy recientemente (2005) ha sido restaurada. El resultado es una planta rectangular sin tramos ni ábside. La cubierta a dos aguas es moderna, al igual que el suelo y la mayor parte de los muros perimetrales. Así, los únicos vestigios románicos se reducen a la cabecera (parte oriental de los muros de la epístola y del evangelio) y a una curiosa reconstrucción del hueco situado detrás del altar. Los fragmentos de muro románico conservados presentan dos contrafuertes en el lado septentrional y uno en el meridional, que terminan a media altura. La sillería en todos los casos es bastante irregular, con hiladas perdidas. Estas características constructivas han hecho pensar en que la fase románica se hizo a partir del reaprovechamiento de una edificación previa. En el exterior, los elementos más destacables son la cornisa y los canecillos que la sostienen. La cornisa, muy sencilla, está formada por dos hileras del taqueado, tan frecuente en el románico pleno. En el muro de la epístola se conservan nueve canecillos de curvatura cóncava decorados con motivos figurativos o geométricos. A partir de la cabecera vemos círculos concéntricos, doble espiral, cabecitas (una de ellas parece retocada), rollos y recuadros. Curiosamente, el motivo de la espiral y los círculos concéntricos se repite en un sillar de esquina. Dada su rareza, se ha pensado que la pieza fue reaprovechada. En el muro del evangelio tenemos diez canecillos que presentan dos aves, caras semejantes a las del otro lado, un contorsionista, espirales, un barril, molduras circulares y lo que parece un curioso Crucificado, muy deteriorado. En el interior, únicamente llama nuestra atención el nicho emplazado sobre altar, reconstruido en 2005. Está enmarcado por un arco de medio punto de sillería muy pobre, sostenido por dos columnas. Ninguna de ellas pertenece a la ermita, ya que una fue descubierta durante unas excavaciones realizadas en 2002 por los vecinos de la localidad para restaurar la ermita -la de la derecha- y la otra fue copiada por un cantero local para colocarlas en su actual emplazamiento. La columna original presenta un fuste liso con una basa moldurada mediante la sucesión de dos toscos toros separados por escocias. La culmina un capitel que intenta representar de manera muy pobre una flor abierta de seis pétalos sobre collarino. Como hipótesis puede plantearse su pertenencia a un pie de altar de época románica, pues es demasiado alta como para corresponder a una ventana de tan pequeño edificio (vano del que por otra parte no quedan vestigios). Son muy escasos los datos útiles a la hora de aventurar una cronología, ya que apenas existen elementos estilísticos que, además, están tratados con gran tosquedad. Cabe proponer su realización durante la segunda mitad del siglo XII.