CONOCEMOS, POR UN DOCUMENTO existente en el archivo de la catedral de Segovia, como Colladillo ya existía a mediados del siglo XIII; en concreto se cita como El Collado y rentaba al canónigo Gundissalvus de la citada catedral seis maravedis, dos sueldos y tres dineros. Esta pequeña aldea, hoy considerada un barrio de Arcones, ha sufrido durante años una curiosa dicotomía: en lo que se refiere al apartado de los temas civiles Colladillo pertenecía a Arcones, pero en todo lo relacionado a lo eclesiástico se consideraba anexo de Matabuena. Por eso existe un viejo refrán referente a los habitantes de Colladillo que dice que mientras que los cuerpos pertenecían a Arcones las almas eran propiedad de Matabuena. La pequeña iglesia que fue en su día San Bartolomé, se encuentra hoy totalmente arruinada. Juan Manuel Santamaría en su recorrido por las iglesias de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza realiza una descripción bastante completa del antiguo edificio. Según este autor se trataría de una iglesia, construida con ruda mampostería, de una sola nave, cubierta con armadura de madera, y una capilla mayor semicircular en la que se emplearía la bóveda de cuarto de esfera para cubrir el ábside y bóveda de cañón para el tramo presbiterial. En cuanto a la decoración de la cabecera sólo destacaba los canecillos que sustentaban la cornisa todos ellos de perfil de nacela a excepción de uno en el que se talla una cabeza de monstruo. En la parte central del tambor absidal se abría una ventana con forma de arco de medio punto sobre columnas. La portada se ubicaba en la fachada sur con un arco de medio punto sostenido por columnas con capiteles lisos y cimacios de rosetas dentro de círculos. En el estudio de Santamaría se recoge también como la iglesia tendría adosado en su lado meridional un pórtico posterior a la época románica y una sacristía a la altura del presbiterio, aunque él mismo señala como estas construcciones fueron derribadas en torno a 1950. Es en la segunda mitad del siglo XX cuando se produce la degradación progresiva del edifico. El inmueble pasó a manos privadas tras ser vendido por el obispado en 1970 y fue recuperada posteriormente por el propio obispado adquiriéndosela, por el simbólico precio de una peseta, a una sociedad creada para la promoción del turismo que tenía su sede en Pedraza. Se llegó a recuperar incluso la imagen de San Bartolomé, titular de la iglesia, una talla de época barroca que actualmente se conserva en la iglesia parroquial de Arcones. En el momento de la recompra por parte del obispado y aunque el edificio no se encontraba en buen estado todavía permanecían en pie la totalidad de sus muros presentando como nota mas preocupante una pequeña abertura en el tejado de la nave por el que se introducía el agua. Sin embargo, a finales de 1994, estando como párroco de la localidad don Félix Arribas y según su relato, el ábside fue derrumbado intencionadamente permaneciendo en pie el resto del perímetro mural de la iglesia, incluida la espadaña ubicada sobre el muro occidental. Después de este triste acontecimiento, la estructura de la iglesia quedó gravemente afectada y con riesgo de derrumbe, motivando tiempo después la intervención del Ayuntamiento de la localidad que decidió la destrucción total de la iglesia al constituir ésta un serio peligro para los vecinos. Muchas de las piezas que conformaban la estructura general del edificio todavía permanecen en sus alrededores pudiéndose observar todavía varios sillares con labra a hacha, algunas dovelas, e incluso los pequeños capiteles lisos que formaban parte de la portada sur. Actualmente se está desarrollando un proyecto de conservación de ruina con el impulso del Ayuntamiento en el que se ha reconstruido la planta original de la iglesia a una altura aproximada de un metro.