LA IGLESIA PARROQUIAL DE SANTO TOMÁS estuvo bajo la jurisdicción del abad de Covarrubias primero y de la abadesa de Las Huelgas de Burgos después. Aunque no aparezca citada como tal corresponde al edificio que podemos ver en la actualidad que en lo esencial conserva la fábrica románica, sobre todo en lo referente a la nave, portada y arranque de la espadaña, mientras que el ábside primitivo se sustituyó por el actual poligonal a finales del siglo XV. La nave responde al clásico templo de planta basílica de una sola nave, con muros de piedra sillería de aparejo regular, cubierta de armazón de madera, espadaña levantada sobre el hastial oeste y portada adosada el muro meridional. El elemento más notable de la antigua fábrica tardorrománica es la portada. Está adosada al muro sur, bien centrada en el mismo, pero algo alterada al levantar el actual pórtico por lo que carece de tejaroz. Consta de guardapolvo ornamentado con puntas de diamante y tres arquivoltas apuntadas decoradas con sencillo baquetón. La línea de imposta muy significada marca la transición a las jambas entre las que se intercalan columnillas. El relieve de los capiteles no presenta notables calidades técnicas ni temáticas, reduciéndose a sencillas hojas planas, esquemáticas lises, bolas y una pareja de seres fantásticos afrontados, probablemente una arpía y un dragón. Tanto las formas constructivas como el tipo de relieve nos están indicando que el templo corresponde al mundo tardorrománico de finales del siglo XII o más bien de las primeras décadas del XIII. En el interior se conserva una pila bautismal del mismo momento formada por una basa con toro y escocia sobre la que apoya una copa semiesférica decorada con arcos de medio punto de trasdós perlado dispuestos sobre gruesas columnas provistas de capiteles. Uno de los arcos cobija una cruz patada inscrita en un círculo. Sus dimensiones son: 112 cm de diámetro y 90 cm de altura.