Sant Julià d'Estaràs
ESTARÀS
Aunque los seis pueblos que configuran el municipio de Estaràs surgieron entre los siglos xi y xii, después de que la casa condal de Berga conquistara un pequeño territorio perteneciente a los condes de Urgell y de Manresa, conocido como la Marca de Berga, se unieron a principios del siglo xix, para formar un solo término.
Para acceder a Estaràs, cabeza de municipio, desde Lleida se debe salir por la autovía A-2 en dirección a Barcelona y, tras unos 54 km, tomar la salida 520 para incorporarse al eje trasversal C-25 donde, en 7 km, se ha de girar a la derecha hacia la carretera LV-1004 que, tras 3 km, llega al caserío.
Históricamente el primer lugar documentado es Gàver, pueblo que en 1015 aparecía como frontera entre cristianos y musulmanes. Poco después, en 1035, ya se incluye dentro de la marca del condado de Berga formado por Gàver junto a los caseríos de Portell y Gospí, en origen, y más tarde por Ferran y Malacara. Estaràs, Gàver y Alta-riba estuvieron bajo la jurisdicción de la familia Cervera hasta el siglo xiii. En 1252, Guillem de Cervera vendió Estaràs y Gàver al rey Jaime de Aragón.
Iglesia de Sant Julià de Estaràs
La iglesia dedicada a san Julián se sitúa en el extremo este del caserío de Estaràs, lugar donde se sabe que en el siglo xi los Oluja tenían derechos, y que en 1175 aparecía incluida entre las poblaciones que Ramon de Cervera eximía de los malos usos feudales. Más adelante, en 1246, Guillem de Cervera le donó a su hija Sibil·la, como dote esponsalicio para su boda con Ramon de Montcada, el castillo y el pueblo de Estaràs, que poco después, y junto a Gàver, constaban en manos de Jaime I el Conquistador. Pese a que se tiene escasa información sobre Sant Julià, se conoce que fue sufragánea de Santa Maria de Gàver desde sus orígenes, y que perteneció al obispado de Vic. En una visita pastoral de 1685 el templo constaba dedicado a santa Magdalena, aunque en un momento indeterminado volvió a su antigua advocación, que todavía hoy se mantiene.
El edificio conserva tan sólo parte de su estructura original como consecuencia de haber sufrido profundas reformas, en las que se añadieron dos capillas laterales y una espadaña, se eliminó el ábside original, se transformó sustancialmente el espacio interior, se incorporó un coro a los pies y se sustituyó la portada original, que todavía se aprecia, tapiada, en el muro meridional, por una nieva en la fachada occidental. La única nave del templo se cubre con bóveda de cañón. El material utilizado en todo el edificio es sillarejo de pequeño tamaño dispuesto en hiladas regulares. Se le ha asignado una cronología entre los siglos xi y xii, si bien, la presencia de una hilada de finas losas a modo de chambrana que enmarca la portada lateral nos lleva a pensar que al menos parte de la obra se debió de llevar a cabo en la primera de estas centurias.
Pila bautismal
En el interior del templo, en un nicho situado en la esquina suroeste, se halla una pila bautismal de piedra calcárea bastante deteriorada, cuyo vaso superior es el único elemento que conserva original. Tiene unas medidas de entre 45 y 48 cm de altura, 79 cm de diámetro exterior y 35 cm de profundidad. La superficie exterior del vaso está decorada con dos series paralelas de círculos que encierran, en la superior, estrellas incisas de ocho puntas, y soles con el mismo número de puntas en la inferior. Se ha comparado, por su decoración basada en una doble hilera de círculos, con la pila de Sant Jaime dels Domenys (Tarragona), si bien tanto por la forma de la pila, como por la disposición y características de la propia decoración, entendemos que es un paralelismo muy lejano. La historiografía ha fechado la pieza entre finales del siglo xi y principios del siglo xiii basándose en el momento constructivo del templo donde se encuentra.
Texto y fotos: Raquel Cardona Segura
Bibliografía
Castells Catalans, Els, 1967-1979, VI, pp. 373-380; Catalunya Romànica, 1984-1998, XXIV, p. 403; Diví López, M. del C., 2002, pp. 34,35, 79, 97 y 98.