Sant Jaume de Sant Cristòfol
LA BARONIA DE RIALB
Iglesia de Sant Jaume de Sant Cristòfol
A este templo dedicado al apóstol Santiago, que se encuentra en los campos de La Donzell, se accede desde la carretera C-1412b que une Gualter con Folquer, donde, entre los km 15 y 16, se toma un desvío hacia el Norte en dirección a la Masía Perdiguers. Finalmente, se continúa a lo largo de unos 3,5 km, preferiblemente a pie si no se dispone de vehículo todoterreno, por un camino señalizado en dirección a La Donzell. La iglesia está junto al pequeño núcleo de Sant Jaume.
Sant Jaume de Sant Cristòfol fue en sus orígenes un cenobio denominado Sant Cristòfol de Salinoves que, según algunos autores, posiblemente ya funcionaba en época visigótica, y así parece deducirse de la primera noticia que se tiene del mismo en el año 937. En dicho documento, el conde de Urgell, Sunifred II, hizo diversas donaciones al monasterio benedictino de Santa Cecíla de Elins et ad domum Sancti Christofori qui est fundatus subtus castro Salinovas. Las donaciones que recibió Sant Cristófol fueron las parroquias del castillo de Salinoves, la Espluga d´Olivà, actualmente el mas Oliva, y Peracolls. Es probable que se mencione Sant Cristòfol como domum porque era un establecimiento monástico supeditado al de Elins, y porque se especificaba en dicho documento que los abades y los monjes debían practicar la Regla de San Benito. Dicha obligación coincide temporalmente con la implantación de la orden en todo el territorio catalán. Sin embargo, algún historiador piensa que tal documento es una falsificación del siglo xii o xiii. Pocos años después, en 949, Guisard II, obispo de Urgell, consagró el templo bajo la advocación de san Benito. Se informa en el acta que el cenobio había sido destruido por los musulmanes y posteriormente reconstruido por Gulfí y Melandre, abades de los monasterios de Santa Cecília de Elins y de Sant Cristòfol, respectivamente. Se le reconocieron los dominios anteriores y se amplíaban las donaciones con molinos y graneros. Seguramente, los descendientes de Sunifred II continuaron con la labor de recuperación del cenobio. Estudios recientes señalan que tanto Santa Cecília como Sant Cristófol seguramente formaban una unidad monástica, ya que en la documentación no hay una distinción jerárquica entre ellos, y aparecen mencionados por igual entre los años 1004 y 1012. En un juicio celebrado en Llordà en 1076, en presencia de los condes Ermengol IV y Llúcia, se vuelven a citar las dos casas como una dualidad, et post obitum illorum remaneat solidum et quietum ad cenobium Sanctae Ceclilie et Sancti Xpristofori. Algo más tarde, ya con la comunidad femenina, el acta de consagración del monasterio de Santa Cecília de Elins de 1080, menciona Sant Cristófol como una iglesia más. En un convenio de 1089, también procedente de Santa Cecília, se mencionan las obligaciones que la condesa Llúcia de Urgell tenía con el templo de Sant Cristófol, una cantidad tan irrisoria que induce a pensar que la comunidad ya se había trasladado. Al cabo del tiempo, el antiguo monasterio pasó a ser una parroquia, categoría que ostentó como mucho hasta 1574, fecha en la que consta como dependiente del actual templo de Sant Martí de Terrassola. Hoy en día está completamente abandonada. No se sabe con certeza cuando la iglesia de Sant Cristòfol de Salinoves pasó a conocerse como Sant Jaume de Sant Cristòfol de la Donzell, si bien algunos autores piensan que este cambio de advocación podría estar vinculado a la celebración, ya en época moderna, de la fiesta mayor de la localidad el día de Santiago, o que tal vez la devoción de los fieles hacia alguna capilla del templo dedicada a este apóstol llevara a plantearse este cambio.
La estructura arquitectónica del edificio también es un reflejo de buena parte de los cambios históricos mencionados, pues el templo actual de Sant Jaume de Sant Cristòfol tan sólo ocupa la nave del antiguo cenobio, en la que, a pesar de las distintas remodelaciones, se conservan ciertos vestigios de su estructura original. Seguramente la iglesia del antiguo monasterio estaba formada por una nave y una gran cabecera trebolada constituida por tres ábsides semicirculares y con pequeñas hornacinas en cada lado del tramo previo a cada uno de ellos. De esta interesante y espectacular cabecera, solamente se ha conservado el arco toral occidental del crucero, con los dos pilares en los que se apoya, estructura que actualmente enmarca el muro oriental de la iglesia, el arranque oeste del ábside norte, y las dos hornacinas occidentales de los ábsides laterales, aunque la del lado meridional, que se conservaba integra en la década de 1990, en la actualidad sólo ha preservado medio arco adovelado. En Cataluña se conservan varios ejemplos de iglesia con cabecera en forma de trébol, como Sant Serní de Cabó, Sant Serní de Tavérnoles, Sant Martí de Ur, Sant Pere de Abrera, pero el más cercano geográficamente es Sant Pere de Ponts. Tan sólo en Sant Serni de Cabó se observa la existencia de espacios presbiterales previos a los ábsides como en Sant Jaime, pero no son tan profundos ni desarrollados como en éste, ni cuentan con las hornacinas que se ubican en los laterales de dichos cuerpos. En la comarca se encuentra otro ejemplo de cabecera trebolada, la iglesia de Sant Bartolomé de la Baronia de Sant Oïsme, sin embargo, dada la irregularidad de la planta de ésta y la forma como se traban los ábsides, queda lejos de lo que pudo ser Sant Jaume.
El muro sur, que se encuentra en buena parte cubierto por la vegetación y cercado por un cementerio, presenta tres lesenas y una banda de engrosamiento del paramento, en la zona donde se abría la puerta, que delimitan cinco entrepaños en los que no se han conservado los frisos de arcos ciegos que posiblemente los coronaban. De las dos ventanas de doble derrame que se abren en este lienzo, la de poniente está formada por un arco de medio punto monolítico realizado en piedra toba. El muro norte queda oculto por un edificio anexo. En la fachada occidental, tres bandas verticales de anchura desigual resaltan, a modo de amplias lesenas, respecto a los dos entrepaños que delimitan. En la central se abre la actual portada de acceso, de factura moderna, la cual debió sustituir a una puerta anterior situada en el mismo emplazamiento. En el lado norte de esta misma fachada, se aprecia un arco de medio punto extradosado por una hilera de losas planas que, más que corresponder a otra puerta, considerando que coincide al interior con una pilastra, posiblemente fuera un arcosolio, quizás con una función funeraria. Por encima de la puerta central se observan los restos de una ventana geminada. No queda ni rastro de la espadaña que coronaba el frontispicio.
En el interior, la nave, cubierta mediante una bóveda de cañón, está revocada y pintada de azul. En tramo occidental del muro sur hay una escalera, que permite el acceso al coro elevado en los pies del templo, y la ya citada puerta tapiada. Sendos arcosolios, unos de ellos de arco apuntado, se abren a ambos lados del presbiterio, el cual queda diferenciado del resto de la nave al estar ligeramente más elevado.
El aparejo utilizado en este edificio está compuesto por sillarejo bastante alargado y plano en el muro meridional, que contracta con el más estrecho y alto de la fachada oeste. Se dispone en ambos lienzos en hiladas más o menos uniformes.
Se ha fechado la construcción de este edificio en la segunda mitad del siglo xi. Quizás, si se tiene en cuenta que, tras pasar a ser una parroquia, no sería lógico la realización de un edificio de estas dimensiones, tal datación podría concretarse algo más, en el tercer cuarto de dicha centuria.
Texto Nuria Font Marco /Juan Antonio Olañeta Molina - Fotos: Nuria Font Marco
Bibliografía
Adell i Gisbert, J.-A., 1994, p. 265; Bach i Riu, A. y Gabriel i Forn, M., 2005, pp. 150-154; Cataluya Romànica, 1984-1998, XVII, pp. 291-294; Riu i Riu, M., 1964, pp. 177-189; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1984. pp. 444 y 446-448.