LA ACTUAL IGLESIA PARROQUIAL de San Román presenta una fábrica que responde a las transformaciones habidas a partir del siglo XVI. Es un templo de una sola nave, de compromiso con la cruz griega, muros de sillarejo y cadenas de sillares en los ángulos, cabecera recta cubierta de bóveda de crucería con terceletes, portada abierta en el muro occidental, sobre el que se alza una espadaña rematada a piñón, y atrio protegiendo el acceso. Los únicos vestigios de su pasado románico los encontramos en la espadaña, la portada y un elevado número de canecillos reutilizados en los aleros del actual muro, así como parte del muro septentrional de la nave. A ello se debe sumar el nártex de los pies, que se cubre con bóveda de cañón apuntado y se abre mediante arco apuntado y doblado, cuya sencilla traza mantiene un lenguaje aún románico pese a su fecha avanzada, mediados del siglo XIV, como corrobora la inscripción labrada en la jamba izquierda de la portada. Se trata pues de un templo básicamente levantado en el siglo XVI que conserva a los pies una espadaña y una portada románica y en el que además han sido reutilizados tramos de muro románico en los que son visibles algunos vanos tapiados e incluso en el muro norte un trozo de cornisa y un canecillo a media altura del muro actual, que nos indica de dónde arrancaba la cubierta de la primitiva iglesia. Los restos escultóricos se limitan a los canecillos antes mencionados y los capiteles de la jamba izquierda, porque los de la derecha están perdidos. Son todos muy toscos desde el punto de vista técnico. Desde el punto de vista iconográfico, predomina la temática animal representada por una serie de bustos de distintas especies (carnero, lobo, macho cabrío...). La figura humana, presente en dos canecillos, está resuelta con gran parquedad de medios y notorias desproporciones anatómicas. La espadaña, algo oculto su muro este por el actual templo, se articulaba en cuatro cuerpos, los tres últimos con vanos ligeramente apuntados planteados en cascada. La portada la componen tres arquivoltas de arco de medio punto, tiene formas bastante abocinadas y se apea sobre triple columna en cada jamba. La escultura tanto de los capiteles de la portada como de los numerosos canecillos (más de treinta) nos presentan un relieve de poca calidad y cierta tosquedad. En el interior se conserva un ejemplar de pila bautismal de traza románica aunque sospechamos que tardía cronología. La copa se decora interiormente con gallones y en el exterior mediante profundos arquillos de medio punto que cobijan dos toscos bustos, rosetas y pomos, bajo una cenefa de rosetas y cruces inscritas en roleos. La copa mide 118 cm de diámetro x 50 cm de altura y el pie y la basa, cilíndricos, suman 44 cm de alto.