Sant Martí de les Serres
Iglesia de Sant Martí de les Serres
La iglesia de Sant Martí de les Serres se halla en un altozano en la margen derecha del Aigua d’Ora, en la zona oriental del municipio. Desde Navès, saliendo hacia Berga por la carretera C-26, se ha de tomar entre los kilómetros 119 y 120 una pista forestal en buen estado hacia el Norte, desde la que, tras recorrer unos 8 km y poco antes de llegar a Valldora, se toma un desvío a la izquierda hacia la Selva. Pasada esta localidad, después de 2 km, se encuentra Sant Martí.
La datación de esta iglesia resulta difícil debido a una controvertida noticia. Un documento de 1044 que suscita dudas de interpretación hace referencia a una venta de la parroquia de Sant Martí con sus términos entre Guilla, hija de Sunyer de Malanyeu, su hermano Miró y su esposa Ermessendis. Joan Serra Vilaró identifica dicha parroquia con la de Sant Martí de Tarascó, en el mismo municipio de Navès. Sin embargo, Antoni Bach defiende la identificación con la iglesia de les Serres, por los límites de su parroquia citados en el documento y por su localización al Oeste del río Odera (Aigua d’Ora). Por la cercanía de Sant Martí de les Serres con la parroquia de la Selva, Albert Benet se inclina por sugerir una tercera opción, Sant Martí de Ventolrà, que igualmente encajaría dentro de la zona descrita en el documento. En el mismo siglo xi, concretamente en 1088, Sant Martí de les Serres aparece perfectamente identificada en la donación que el conde Ermengol IV de Urgel y su mujer Adelaida de Provenza hicieron a la iglesia de Santa Maria de Solsona. En este momento, la iglesia no figuraba como parroquia, lo que justifica su ausencia en la documentación posterior.
Esta iglesia, dedicada a san Martín, se encuentra muy desfigurada por las reformas posteriores, y escondida entre construcciones adosadas de época moderna. Los vestigios románicos parecen hallarse únicamente en el sector occidental. En el muro meridional se encuentra el acceso original del edificio, una puerta, hoy tapiada, de arco de medio punto con grandes dovelas. La cubierta de la nave debía de resolverse con una bóveda de cañón, ligeramente apuntada, que sólo puede adivinarse. El aparejo está compuesto por sillares bien cortados, dispuestos en hiladas regulares. Por las características citadas, el edificio debe de ser de construcción tardía, del siglo xiii, pudiéndose retrasar quizás todavía más la datación, teniendo en cuenta que es habitual que en las modestas arquitecturas rurales se perpetúen soluciones ancladas en la tradición. Tras la construcción de la iglesia moderna en el siglo xvii, orientada al Norte y adosada al Este del templo, la fábrica románica fue reutilizada como residencia del rector, con la vivienda en la parte superior y las cuadras en la inferior.
Texto y foto: Montserrat Barniol López
Bibliografía
Bach i Riu, A., 1988, p. 20; Bolós i Masclans, J., p. 69; Catalunya Romànica, 1984-1998, xiii, pp. 169-170; Montanyà, E., pp. 239-240; Riu i Riu, M., 1979, p. 226; Riu i Riu, M., 2006-2007, pp. 426-427; Serra i Vilaró, J., 1909, pp. 302-303; Serra i Vilaró, J., 1966; Vidal Sanvicens, M. y Vilaseca López, M., 1979, pp. 283-284.