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Restos del castillo de Tarroja de Segarra

Identificador
25219_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.730522, 1.274668
Idioma
Autor
Helena Soler Castán
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Villa amurallada y castillo de Tarroja de Segarra

Localidad
Tarroja de Segarra
Municipio
Tarroja de Segarra
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Castillo de Segarra

Descripción

TARROJA DE SEGARRA

Tarroja, conocido oficialmente también como Tarroja de Segarra, es un pueblo situado en la margen derecha del río Sió, que es la cabeza del municipio al que da nombre. Goza de una inmejorable situación estratégica, no sólo por estar a medio camino entre Guissona y Cervera, sino también por ser el límite meridional con la plana de Guissona y  el oriental con Ribera de Sió. El topónimo deriva de la aglutinación y contracción del sustantivo “torre” y el adjetivo “roja”. Ya en el siglo xi, aparece en varios documentos ya sea latinizado con el nombre de Turre Rubea, ya con la versión catalana, Turreroga.

 

Durante la Edad Media, al igual que muchas otras localidades de la comarca, fue un núcleo amurallado. La población vivía concentrada en viviendas al lado de la primitiva fortaleza medieval, lo cual confería al pueblo un trazado de forma circular, de estrechas calles tortuosas, las cuales muchas aún perduran. Destaca la iglesia parroquial de Sant Salvador de Tarroja, que aunque conserva una portada de época románica, la fábrica en su mayor parte responde al siglo xviii. En el Museu Diocesà de Solsona se expone, procedente de este templo, una talla medieval realizada con piedra de Santa Llúcia.

 

Al principio del siglo xi el lugar pasó a estar bajo dominio cristiano, gracias a la conquista de Guissona y sus alrededores por parte del conde y obispo de Urgell, junto con señores procedentes de Solsona y del Segre, entre los cuales destacó la figura de Miró de Solsona. En 1055, Ecard Miró y su esposa Magència eran señores de Solsona, Tarroja, la Aguda y Torà. En el año 1217, Tarroja y otros dominios de los señores de Solsona pasaron a manos del vizconde de Cardona, Ramon Folc por medio de su matrimonio con Agnès de Torroja. El hijo de ambos, Ramon Folc de Cardona, en el año 1269, otorgó a la población una carta, les Franqueses de Tarroja, en la cual liberaba a los nuevos habitantes de la zona de prestaciones dominicales y también de las de carácter señorial.

Villa amurallada y castillo de Tarroja

Los escasos vestigios que han perdurado del castillo de Tarroja se encuentran localizados dentro del casco urbano, donde ahora se erige la iglesia parroquial de Sant Salvador.

 

La primera referencia a Turre Rubea, Torre Roja, data de 1040, y se encuentra en el acta de consagración de Santa Maria de La Seu d’Urgell. Cuatro años más tarde, Adelaida, esposa de Sunifred, vizconde de Girona, hizo donación del castillo a la catedral de La Seu d’Urgell. En otra acta testamentaria datada en 1085, Ecard Miró y su esposa Magència legaron el castillo a su hijo, Bernat Ecard de Torroja, quien a su vez, en 1142, testó parte de la aldea de Tarroja a favor de Santa Maria de Solsona, mientras que el castillo lo donó a su hijo Ramon. El linaje de los Torroja se emparentó en el siglo xii con la familia condal de Barcelona mediante el casamiento de Ramon II de Torroja con Gaia de Cervera, nieta del conde Ramon Berenguer III, y con la casa condal de Cardona, por el matrimonio de Agnès de Torroja con Ramon Folc. A partir del siglo xiii, los conflictos jurisdiccionales entre los dominios de las baronías de los Cardona y los territorios bajo dominio real provocaron diversos enfrentamientos entre Tarroja y Cervera. Como consecuencia de ello, el pueblo se rodeó de una muralla durante la Baja Edad Media, la cual ha definido el trazado actual del pueblo. Los Cardona mantuvieron el dominio sobre el término hasta la extinción de los señoríos en el siglo xix.

 

Al igual que muchos otros pueblos de la comarca de la Segarra, tal y como evidencia   su actual trazado, Tarroja fue un recinto amurallado. El primitivo recorrido de las murallas se extendía por el actual camino de Sedó y la calle del Gual. Actualmente, se conservan dos de sus tres antiguos portales, realizados con arcos de medio punto y emplazados en los lados meridional y septentrional, sobre el curso del río Sió. Desgraciadamente, con el paso de los siglos, el conjunto fortificado se ha ido deteriorando y destruyendo por la construcción de nuevas viviendas.

 

En el centro de la población, cerca de la iglesia parroquial de Sant Salvador se halla una construcción de planta cuadrangular que fue levantada aprovechando una edificación anterior. Posiblemente sea este el único vestigio identificable del antiguo castillo de los condes de Cardona. Los lienzos sur y este miden 6,75 m y 3,2 m, respectivamente. Conserva una ventana en forma de saetera y una puerta cegada a 1 m del nivel del suelo, resuelta con un arco de medio punto. El aparejo está formado por sillares rectangulares bastante grandes.

 

A pesar de los exiguos restos que se han conservado del castillo, por su tipo de planta, así como por su ubicación, puede datarse entre los siglos xii y xiii. Otros ejemplos de la zona con estructuras similares son Guàrdia Lara y Llor.

 

Texto y foto: Helena Soler Castán

 

Bibliografía

 

Castells Catalans, Els, 1979, VI (I), pp. 782-787; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, p. 466; Markalaín i Torres, J., González Pérez, J. R. y Rubio Ruíz, D., 1991, II, pp. 230-235; Moya i Matas, J. y Roig i Grau, J., 2011, p. 158; Pérez Serra, M., 2008, pp. 26-43.