JUNTO AL NÚCLEO URBANO se eleva su iglesia parroquial, construida en sillería arenisca. El exterior, muy deteriorado, conserva de la primitiva construcción románica la portada, el ábside semicircular con tramo recto y gran parte de la caja de muros de la nave. El ábside se articula en tres paños divididos por dos columnas adosadas con capiteles vegetales. En el eje central encontramos una estrecha aspillera cegada que arranca de una imposta biselada. Está enmarcada por un arco de medio punto soportado por una pareja de columnas con capiteles decorados con esquemáticas hojas de forma avenerada, idénticos a los del ábside. La ventana se completa con una chambrana también de bisel. El acceso al interior se realiza a través de una portada abierta en el muro sur. Consta de una chambrana muy desgastada formada por dos mediascañas y tres arquivoltas apuntadas de grueso bocel, las dos interiores también de mediacaña. Como soportes encontramos tres parejas de columnas acodilladas que rematan en capiteles vegetales de buena labra formados por hojas planas que se vuelven en el tercio superior, a veces albergando frutos. El muro se remata con una cornisa soportada por una serie de maltrechos canecillos de diferentes tipos (proa de nave, nacelas, rollos, animales y cabezas antropomorfas). A los pies de la iglesia se levanta un campanario, en gran parte reconstruido en época moderna. El interior, muy transformado en los siglos XVI y XVII, apenas conserva de época románica la concepción del espacio. Una nave dividida en tres tramos por arcos fajones enlaza con el presbiterio a través de un arco triunfal apuntado. Este espacio único queda rematado por un ábside semicircular que se eleva sobre un banco corrido decorado con bocel en la parte superior. Se cubre con bóveda de horno en el ábside y de cañón apuntado en el resto. En el siglo XVI se construyeron la sacristía y el pórtico meridional y en el XVII la capilla del evangelio.