Santa Maria de l'Estela
Iglesia de Santa Maria de l’Estela
L’Estela es un pequeño poblado de masías diseminadas la mayor parte de ellas, hoy en día, deshabitadas. La iglesia de Santa Maria se halla en la cima de un pequeño rellano, junto a la rectoría y el Mas Cristòfol, que están en ruinas. Se puede llegar a ella tanto partiendo del pueblo de Lledó como del de Cistella, si bien es desde este último que la pista está en mejor estado y mejor indicada.
La primera mención del lugar de Stella data del año 1017 y se halla en una bula que el papa Benedicto VII emitió a favor del monasterio de Sant Pere de Camprodon, que poseía distintos bienes en el lugar. Se conservan pocas noticias de la iglesia de Santa Maria. la primera es la donación de la pequeña parroquia al priorato de Lledó, efectuada por el obispo de Girona en el año 1270. El priorato ya poseía otra iglesia en el lugar, la de Sant Cristòfol (hoy en día el templo se halla en la masía homónima), que pertenecía al priorato de Lledó desde el 1095. Sin embargo, dicha iglesia de Sant Cristòfol fue perdiendo importancia y feligreses, hasta que en 1320 se efectuó el traslado de su altar a la iglesia de santa María. En 1371 los tres únicos parroquianos que poseía Sant Cristòfol dieron las riendas de la parroquia al párroco de Santa Maria, puesto que su iglesia se hallaba derruida, hecho que se reitera en 1386. A partir de entonces, la parroquia de Sant Cristòfol permaneció unida a la de Santa Maria, que mantuvo la categoría parroquial hasta el 1928, cuando fue unida a Lledó. El culto en la iglesia se mantuvo hasta 1936, y se abandonó a parejas con la pérdida de habitantes del lugar de l’Estela.
La iglesia de Santa Maria de l’Estela presenta una sola nave de planta rectangular sin ábside destacado. Aún pervive el antiguo edificio de la rectoría adosado en el muro oriental del templo. En la fachada meridional arranca una escalera que conduce a la torre campanario, de época moderna, que se halla en el sector occidental. Esta torre destruyó parcialmente la antigua espadaña, de la cual se conservan solamente tres pilares. En el muro oriental se alzan dos pequeños pilares; quizás ejercieran también de campanario.
El aparejo exterior es de sillares de buen tamaño, de piedra arenisca dispuestos en hiladas regulares. El paramento es prácticamente liso, solamente los muros laterales presentan una sencilla ornamentación realizada por una cornisa de caveto. Hoy en día se pueden observar tres ventanas en el templo. Todas ellas son de doble derrame y pequeños arcos de medio punto dovelados, dos de ellas se hallan en el muro sur y la otra en el occidental. Es posible que en el muro este exista otra ventana similar a las anteriores, si bien el hecho que este muro esté oculto tanto en el interior por un retablo, como en el exterior por la rectoría, impide visualizar la última ventana.
El templo presenta una puerta de acceso situada en la fachada meridional. La portada está compuesta por tres arcos de medio punto en gradación que enmarcan un dintel y tímpano monolíticos. La única decoración que se halla en la entrada es una moldura de caveto recorre la portada a modo de chambrana.
El edificio está cubierto por una bóveda apuntada y corrida que no diferencia el espacio de la nave del presbiterio; una moldura de caveto recorre los muros marcando el arranque de la bóveda. Restos de un rebozado a base de cal y pinturas del siglo xix impiden observar el paramento original y el aparejo interior.
La estructura que presenta la iglesia de Santa Maria de l’Estela, con una sola nave sin ábside diferenciado, cubierta por una bóveda apuntada y cierta austeridad ornamental, la asemeja a otros templos ampurdaneses construidos a finales del siglo xii y principios del xiii. Se trata de las iglesias, por ejemplo, de Vilafant, Vila-sacra o Vilamalla. Todas ellas presentan una arquitectura de transición en la que perviven ciertos rasgos propios del románico en edificios construidos bajo una clara influencia del Císter y primer gótico.
Texto: Clara Poch Gardella – Foto y planos: Carlos Javier García Muñoz
Bibliografía
Badia i Homs, J., 1977-1981, II-A, pp. 58-59; Catalunya Romànica, 1984-1998, IX, pp. 425-426.