Santa María de la Tallada
LA TALLADA D’EMPORDÀ
El ayuntamiento de la Tallada d’Empordà engloba tres municipios: la Tallada, Maranyà y Tor, los dos últimos emplazados a menos de 1’5 km del primero, que es la cabeza de municipio. Se llega al término municipal por la carretera C-66 (unos 30 km desde Girona) o por la C-252 desde la capital de la comarca, la Bisbal (que queda a unos 15 km).
En nuestros días, la mayor parte del territorio del municipio alberga segundas residencias y a los establecimientos turísticos, gracias a lo pintoresco de sus pueblos de aire medieval, y a sus maravillosos paisajes sobre llanura del Empordà, tan cercana a las mejores playas de la Costa Brava.
Iglesia de Santa Maria
Santa Maria de la Tallada se encuentra al nordeste del núcleo urbano, en la llamada plaça del Castell o del castillo, una fortaleza documentada ya en el siglo xi de la que quedan varias estructuras, aunque de cronología tardomedieval. La iglesia dedicada a santa María era la capilla castral; se menciona documentalmente por vez primera en el año 1151, cuando figura en el testamento del magnate local Guillem Umbert de Basella. En 1234 es mencionada en otro testamento, y luego también aparece en las Rationes Decimarum gerundenses de 1279 y 1280.
Se trata de un edificio de nave única testada por un ábside semicircular, que fue sobrealzado y fortificado en algún momento entre los siglos xv y xvi para integrarlo en las defensas del lugar. Estuvo, en efecto, adosado al sector norte de la muralla del castillo, y en su pared de mediodía todavía quedan algunos restos de aquella.
El acceso se sitúa en la fachada occidental. Es una puerta sencilla, de tres arcos de medio punto en degradación, con tímpano y dintel lisos; en el dintel hay inscrita la fecha de 1770, que cabe suponer que alude a una de las reformas del templo, y de la misma portada. Remata el arco exterior una chambrana que se apea en otra, en nacela, que une los tres arcos a nivel de las impostas. Para la ejecución de la puerta se recurrió a un tipo de piedra blanquecina, que se prolonga en los sillares inmediatos, de forma coherente con el resto de las respectivas hiladas. Por encima del vano, centrada, hay una ventana de doble derrame coronada por arco de medio punto adovelado. La fachada se completa con un campanario de espadaña, del que acaso sean originales los tres pilares aunque no, desde luego, los arcos superiores.
Los muros laterales de la iglesia quedan parcialmente ocultos por el añadido de capillas en el siglo xviii. La mitad visible del meridional presenta el mismo aparejo que la fachada, pero rematado con una cornisa en medio bocel. En la zona correspondiente al presbiterio se abre una ventana de doble derrame, coronada por un arco monolítico, e inmediatamente sigue el ábside fortificado, en cuyo centro, en la parte baja, encontramos otra ventana de las mismas características; en el sobrealzado hay alguna saetera. La parte visible del muro primitivo septentrional conserva todavía, en toda su longitud, la moldura superior en medio bocel.
En el interior, la nave cubre con una bóveda apuntada corrida, mientras que en el ábside se dispone el habitual cuarto de esfera. Ambas bóvedas quedan unidas por un arco triunfal doble en degradación, encima del cual hay otra pequeña ventana, de formato cruciforme. El perímetro del abovedamiento está resaltado por una cornisa en nacela, que desaparece dónde se abrieron los arcos de acceso a las capillas laterales modernas. También es obra moderna el coro elevado situado a los pies de la nave.
El aparejo original, tanto en el interior como en el exterior es de sillares de buen tamaño, con sillares bien cortados de piedra caliza muy clara, dispuestos en hiladas rectas, ofreciendo un aspecto muy homogéneo; en el interior, para aumentar este efecto, se ha recurrido al encintado. Denota una construcción de entre finales del siglo xii y principios del xiii.
Texto y fotos: Consuelo Vila Martí – Planos: Nurias Picas Contreras
Bibliografía
Badia i Homs, J., 1977-1981, I, pp. 395-96; Catalunya Romànica, 1984-1998, VIII, pp. 318-319.