Sant Martí de Ansovell
CAVA
El municipio de Cava, situado en el extremo oriental de la comarca, cuenta con tres núcleos de población: Cava, Ansovell y Querforadat. El término afronta por el Norte con Arseguell y Pont de Bar, por el Este con la Cerdanya, por el Sur con Josà i Tuixén, y por el Oeste con Alàs i Cerc. Cava se sitúa en el espacio histórico que marca la transición entre el Urgellet y el Baridà y que, además, cuenta con el Cadí-Moixeró como gran barrera natural y defensiva.
El término municipal conformó, en el pasado, parte del originario núcleo del condado de Urgell. Las primeras menciones documentales de lugares situados dentro del municipio de Cava datan del último tercio del siglo xi. A partir del siglo x y, especialmente, en la centuria siguiente, la construcción de diversos puentes por iniciativa episcopal, pudo propiciar que se beneficiara del tráfico de personas y mercancías entre la Cerdanya y el Norte de los Pirineos. Se conservan muy pocos restos del castillo de Cava, fortaleza que aparece documentada de forma tardía, en 1277, en el testamento de Galceran III de Pinós.
Iglesia de Sant Martí de Ansovell
Sant Martí de Ansovel se encuentra al Oeste de Cava, y a ella se llega por la carretera L-4052, que arranca hacia el Sur desde la N-260, entre los kilómetros 215 y 216. Pasado Arsèguel, a 2,5 km se ha de tomar un desvío a la derecha en dirección a Ansovell, el cual, tras recorrer 5 km llega a esta iglesia dedicada a san Martín, situada al pie de carretera, justo antes de entrar en el pueblo.
El lugar de Ansovell aparece en la documentación capitular de Urgell con cierta frecuencia a partir del primer tercio del siglo xi, por lo general en pequeñas transacciones económicas entre particulares. Durante esa época el topónimo del lugar sufrió algunas variaciones, pues aparecía citado como Nonsovel, Nansovel, Ansoel, Assovel o Ansovel. En época medieval, el lugar de Ansovell perteneció al señorío de los Pinós y, posteriormente, fue a parar a una rama familiar escindida, los Castro-Pinós. La primera mención documental de la iglesia se remonta a 1037, año en el que Seniofred legó en su testamento un sueldo a Sancti Martini de Nansovel para la iluminación del templo. La parroquia también aparece citada, como Nonsuvelle, en la falsa acta de la catedral de La Seu d’Urgell.
La iglesia de Sant Martí de Ansovell, que se encuentra en la actualidad en un estado de lamentable ruina, presenta una planta formada por una nave rectangular y un ábside semicircular. En éste se abren dos ventanas, una en el centro y otra en el lado sur, ambas de doble derrame y arco de medio punto formado por dovelas de piedra toba. Dado que el flanco septentrional del lienzo absidal no se ha conservado, no es posible confirmar si en origen contaba con tres ventanas. Una grieta vertical arranca de la base de la ventana sur y atraviesa la parte inferior del lienzo hasta el suelo. Cotona este lienzo absidal una moldura biselada realizada en piedra toba. En el muro meridional se abren otra ventana, de características similares a las anteriores y, en el tramo occidental, la puerta, la cual está formada por tres arquivoltas carentes de decoración, realizadas con dovelas muy bien trabajadas, que configuran una solución idéntica a la que se observa en la cercana iglesia de Sant Cristòfol de Vinyoles. El tramo del paramento situado entre la ventana y el ábside se ha venido parcialmente abajo. Tampoco se ha conservado la parte superior de todo este lienzo sur. Por su parte, lo que se ha conservado del muro norte se encuentra en un pésimo estado de conservación y totalmente invadido por la vegetación. La fachada occidental, que a causa del desnivel del terreno se alza en un punto más elevado que el resto del edificio, cuenta con una ventana cuadrada en su centro y con un campanario de espadaña de un solo ojo.
En el interior, que está invadido por la vegetación, se ha perdido la cubierta de la nave, que debía de ser una bóveda de cañón. Sin embargo, sí se conserva, al menos por el momento, y gracias a que se apoya en un montón de escombros, una parte de la bóveda de cuarto de esfera del ábside.
El aparejo utilizado en los paramentos está compuesto por alargado sillarejo toscamente labrado y dispuesto en hiladas uniformes. Además de las zonas que se ha comentado en las que se utiliza piedra toba, también se emplean, de forma dispersa intercalados entre el resto del material, sillares de gres rojizo. Tanto en el ábside como en el muro sur se distribuyen varios mechinales.
Se ha datado la construcción de este edificio en el siglo xii.
Texto: Juan Antonio Olañeta molina/Fernando Arnó García de la Berrera - Fotos: Fernando Arnó García de la Berrera
Bibliografía
Baraut i Obiols, C., 1982, pp. 42-45; Baraut i Obiols, C., 1984-1985b, p. 118; Catalunya Romànica, 1984-1998, VI, pp. 173-174.