Sant Miquel de Colera
COLERA
El municipio de Colera está situado en el extremo nordeste de Cataluña; es fronterizo con Francia en algunos puntos de su término municipal. Dista 27 km de la capital de la comarca, Figueres, desde donde puede seguirse la carretera N-260 que lleva directamente al pueblo, emplazado en el extremo septentrional de la Costa Brava.
Las primeras informaciones sobre el lugar (collum de Collaria; vallem quam vocant Colera) aparecen en el acta de consagración de la iglesia del monasterio de Sant Quirze de Colera (hoy en el término municipal de Rabós), del año 935. Más tarde, en la bula papal de Benedicto VII de 1017, donde se confirman las posesiones del monasterio de Sant Esteve de Banyoles, también se especifica in collo de Colaria para referir el emplazamiento de la celda y alodio de Sant Martí de Vallmala. En documentos posteriores, el lugar es citado repetidamente puesto que está en un punto estratégico entre los condados de Empúries y del Rosellón, donde abundan caminos y pasos forestales que fueron de gran importancia en la Edad Media.
El pueblo de Colera se emplazaba, originariamente, en el interior, vinculado a la conservada iglesia románica de Sant Miquel, que ejercía como parroquial. Sin embargo, dicho hábitat primitivo fue prácticamente abandonado en el siglo xviii, cuando la población se desplazó a la ubicación actual, en la línea costera. En el interior quedó sólo algún pequeño vecindario, como el que subsiste todavía del Molinàs.
Iglesia de Sant Miquel
La antigua iglesia parroquial de Colera, Sant Miquel, está situada a unos 4 km al Oeste del actual núcleo urbano; en época medieval debía presidir el pueblo, antes de su moderno traslado a la zona costera. Para acceder al termplo se debe tomar la pista forestal que conduce a la colina llamada Puig d’Esquers, pista que nace en el punto kilométrico 12 de la carretera N-260.
La referencia documental más antigua que se conoce de Sancti Michaelis de Coleria consta en un documento referente a las posesiones del vecino monasterio de Sant Quirze de Colera, del año 1219, donde ésta aparece citada. Posteriormente, es mencionada también en las Rationes Decimarum de 1279 y 1280.
El templo es una pequeña construcción de nave única con cubierta en bóveda de cañón apuntado, y ábside semicircular situado al Este. Se ilumina mediante dos ventanas, una de ellas de derrame simple situada en la fachada occidental, y la segunda ubicada en el eje central del ábside, de doble derrame. El único elemento destacable del interior de la iglesia es una fornícula excavada en el muro norte.
La portada de acceso está situada en el costado sur; tiene cierto desarrollo ornamental, con cuatro arquivoltas en degradación, tímpano liso moderno (el original desapareció) y enorme dintel inferior. La estructura, aquí simplificada, es habitual en la arquitectura románica del Noreste de Catalunya. Hay que señalar, por último, la presencia en el muro occidental de los restos de un campanario de espadaña, del cual se conserva el arranque de tres robustos pilares.
El aparejo empleado en la iglesia está constituido por losas de pizarra bien trabajadas, de tamaño mediano y algo irregulares. Corresponde bien con el tipo de construcciones propias de la arquitectura rural de la segunda mitad del siglo xii o de principios del xiii.
Texto y fotos: Lorena García Morato– Planos: Ángela Trapero Rodríguez
Bibliografía
Badia i Homs, J, 1977-1981, II-A, pp. 110-120; Catalunya Romànica, 1984-1998, IX, p. 453-454; Custoja i Ripoll, A, 2002, p. 47; Marquès, J. M, 1995, pp. 411, 421, 429; Montsalvatje i Fossas, F., 1909, p. 246.