Sant Esteve de Cantallops
CANTALLOPS
El municipio de Cantallops, con una superficie de 19,62 km², se extiende por la vertiente meridional de la sierra de l’Albera, en la zona de transición hacia la llanura ampurdanesa, constituida por una gran superficie de erosión con bosques de encinas y robles. Al norte del pueblo está la montaña de Requesens, en pleno Parque Natural de Interés Nacional de la Albera. Una carretera local comunica el pueblo con la N-II, a unos 2 km al Sur de la Jonquera.
El lugar y la iglesia son mencionados en un precepto fechado en el año 844, otorgado a favor del monasterio de Sant Quirze de Colera, donde consta que los monjes de este cenobio habían poblado el territorio y edificado la iglesia de Sant Esteve de Cantalupis; no obstante, este documento parece que se falsificó en los siglos xii o xiii. Además de la comunidad de Colera, también poseían bienes en la zona los monasterios de Sant Martí de les Escaules y de Sant Pere de Rodes. En el año 982, el rey Lotario confirmó precisamente al monasterio de Rodes posesiones en varios lugares, entre las cuales un alodio en Cantalupus. La iglesia de Cantallops fue asaltada por las tropas francesas en el año 1288.
Texto: MJV
Iglesia de Sant Esteve
La iglesia de Sant Esteve se encuentra en el centro del pueblo, junto al antiguo castillo. Está documentada sólo tardíamente, ya en el siglo xiii, en las Rationes Decimarum de los años 1279 y 1280.
La iglesia de Sant Esteve es de dos naves y cabecera cuadrangular. A lo largo de los siglos ha sufrido distintas alteraciones, en particular el añadido de dos capillas laterales en la nave norte, y la reforma competa del sector oriental del templo. El actual campanario, adosado a la fachada occidental del templo, es en realidad una torre del antiguo castillo de la población, de planta cuadrangular y alzada con un aparejo de pequeños sillares, apenas labrados. La torre presenta varias aspilleras originales, mientras que los grandes vanos de la planta superior se realizaron cuando se cambió su función defensiva por la de campanario.
El aparejo exterior de la iglesia en el sector norte está realizado con sillares graníticos poco trabajados y con abundante mortero, recordando al sillarejo. La parte superior de la fachada noroeste presenta un muro añadido que lo realza, y que enmascara la antigua espadaña de la iglesia. El paramento de la fachada sur está parcialmente rebozado. En la parte inferior es donde mejor se distingue un aparejo de sillares graníticos, mejor labrados que los del sector norte. En esta fachada es donde también se sitúa el acceso al templo, una portada realizada con un arco de medio punto con chambrana de bisel que enmarca un dintel monolítico y un tímpano que hoy en día es hueco. El templo no conserva ventanas originales, aunque en la fachada sur, al lado de la ventana moderna más occidental, aún se puede apreciar una jamba y el arranque de un pequeño arco dovelado.
El interior del templo, al hallarse reformado y rebozado, conserva pocos vestigios de época románica. Destacan las cubiertas de las naves: la septentrional presenta una bóveda de cañón, la meridional se cubre con una bóveda de cuarto de cañón.
La estructura de esta iglesia presenta dos momentos constructivos distintos. El sector más antiguo correspondería a la nave norte, en especial por el aparejo de su fachada occidental que recuerda a la técnica constructiva del siglo xi. La nave sur, por su aparejo y portada, responde a una construcción propia del último románico, desarrollado en zonas rurales entre el siglo xii y el xiii.
Texto: Clara Poch Gardella – Foto: Juan Antonio Olañeta Molina
Bibliografía
Badia i Homs, J., 1977-1981, II-A, pp. 89, 91; Catalunya Romànica, 1984-1998, IX, pp. 441-442.