LA TORRE DE CABDELLA

Villa fortificada de Antist y torre del Carlà

Antist se erige sobre una pequeña ladera en la ribera derecha del río Flamisell, cerca de la vecina montaña de Santa Bárbara. Desde Sentera, por la carretera L-503, tras pasar La Plana de Mont-ros, se toma un desvío a la izquierda, el cual lleva por un estrecho y sinuoso camino asfaltado bien señalizado. Esta localidad tiene sus orígenes en la formación de un pequeño castro fortificado coronado por una torre –conocida como torre del Carlà–, casi con toda seguridad con anterioridad a su primera mención en la documentación en 1281. En este año el conde Guillem de Bellera, uno de los participantes en la revuelta nobiliaria contra el rey Pedro el Grande, fue derrotado en el sitio de Balaguer, motivo por el cual tuvo que entregar al monarca todos sus castillos, entre ellos el de Antist.

La estructura básica del castro de Antist se compone de varias zonas y restos diferenciados, como la torre del Carlà, las casas del pueblo junto a sus antiguas eras y la iglesia de Sant Esteve, que formaban un recinto fortificado compacto y homogéneo, todavía visible en un plano actual de la localidad. El acceso debía de realizarse antaño por la zona noreste, precisamente la que presenta una mayor verticalidad tanto por la pendiente de la ladera como por la altura de los edificios. Es por ello que el camino de acceso al interior parte desde aquí, de manera escalonada, hacia la única entrada a la calle principal. En alguna zona del camino todavía es posible identificar algunos de los materiales del sistema constructivo original. Al llegar a la zona superior, se abre un pequeño, estrecho y sinuoso callejón, llamado calle del Portal, que arranca desde la misma base de la torre fortificada que da acceso al interior del pueblo, y lo atraviesa de Este a Oeste. La torre, de planta cuadrangular de unos 4,5 m de lado, tan sólo conserva la mitad inferior hasta una altura de unos 8 m. Únicamente tres de sus frentes son visibles, pues el lado sur queda oculto por diferentes viviendas adosadas, aunque originalmente. Ésta pudo ser la principal torre del núcleo fortificado. En su costado oeste se abre una puerta de acceso al interior, hoy día impracticable al estar llena de tierra y cascotes. En los paramentos de la torre del Carlà se utilizó un aparejo compuesto por sillarejo muy irregular, de tamaño muy diverso, y dispuesto en hiladas horizontales.

El núcleo de la villa fortificada se encuentra en torno a la torre, y está constituido por las casas del pueblo, dispuestas de tal manera que las puertas quedaban en el interior del recinto, mientras que los muros traseros de las casas hacían las veces de muralla exterior. Las eras y corrales casas se situaban, por lo general, a escasos metros de éstas, en la zona sur de la villa, separadas por la calle del Mig, reformada en el siglo xviii. Algunos metros más allá, en la zona suroeste, se alzaba la iglesia románica de Sant Esteve, profundamente transformada con el paso del tiempo.

Antist forma parte de una tipología de asentamientos fortificados cuyo origen, de carácter eminentemente defensivo, se remonta a una época anterior al siglo xi, y que se diferencia de los núcleos creados alrededor de una fortaleza señorial con torreón y muralla propia como, por ejemplo, los castillos de Llordà o Mur.

Texto y fotos: David Antonio Rico

Bibliografía

Castells Catalans, Els, 1979, VI (II), pp. 1334-1335 y 1386; Catalunya Romànica, 1984-1998, XV, pp. 481-482; Coy i Cotonat, A., 1906, p. 97.