Pasar al contenido principal
x

Virgen del retablo

Identificador
33810_01_017
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
43º 2' 15.07" , -6º 52' 20.48"
Idioma
Autor
Diego Martínez Fuenteseca
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Antolín

Localidad
San Antolín
Municipio
Ibias
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SAN ANTOLÍN está actualmente muy reformada, pero aún guarda importantes restos de su fábrica medieval. En origen, la obra se construyó siguiendo esquemas protogóticos, en los que se suman a las estructuras tradicionales románicas algunos elementos constructivos, en este caso las portadas y ventanas, e iconográficos, como la imagen del santo patrono sobre la portada del imafronte, propios del gótico. Es de mayores proporciones que otros ejemplos próximos de estilo románico y consta de una sola nave y un ábside semicircular. El ingreso al presbiterio se efectúa bajo un arco triunfal de dos roscas semicirculares que da entrada al tramo recto que precede al hemiciclo del ábside. La cubierta, según es habitual, es de armadura de madera en la nave y abovedada en la cabecera, donde se suceden la bóveda apuntada y la de horno. En los muros del presbiterio se abrieron diversos arcosolios rematados en ojiva: uno en el muro norte y dos en el muro sur, uno de ellos convertido en paso a la sacristía. Las dos portadas de las que consta el templo se encuentran protegidas por un pórtico que recorre las fachadas occidental y meridional del templo. La principal se abre en el imafronte y sigue un sencillo trazado de arco apuntado rodeado de un guardapolvo. Sobre su clave, como signo novedoso, hay que destacar la presencia de un relieve con la imagen tallada en piedra del santo patrón. En la parte alta de la fachada el muro está perforado por un gran óculo, que es preciso interpretar como una simplificación de los rosetones góticos. La portada meridional repite el esquema de la principal; es también de arco ojival, pero de peor factura y con dovelas menos regulares, sobre las que se tallan varios motivos simbólicos: una concha de peregrino, los clavos de Cristo, la llave de San Pedro y la cruz de San Andrés. Lo hasta ahora comentado da cuenta de la cronología tardía del templo, que hubo de construirse ya en época gótica, en los últimos años del siglo XIII o incluso en la centuria siguiente. Y a esa datación tardía también apunta el gran desarrollo de la cabecera que se eleva sobre un alto zócalo y se articula horizontalmente en tres pisos por medio de impostas corridas. En el piso central se abren tres vanos de tipología novedosa en la zona, con tracería sencilla y disposición geminada. El muro del ábside está recorrido verticalmente por dos columnas entregas que también arrancan del zócalo. En uno de los sillares del lado sur de la cabecera fueron grabados en época incierta algunos relieves, uno de ellos representa un recipiente del que brota un tallo con tres hojas, a modo de trébol, coronadas por una estrella de seis puntas; los restantes reproducen los atributos de la peregrinación jacobea: el bastón, la calabaza y venera. Las cornisas del presbiterio y el ábside conservan un amplio número de canecillos. En ellos coexisten formas ornamentales sencillas y elementos figurativos más complejos. Aparece, como es frecuente en toda la zona suroccidental, el canecillo liso y convexo con un filete en su panza; pero también los hay decorados con una bola, con una concha y con un rollo, que es el elemento que más se repite. Junto a ellos, algunos canecillos representan rostros humanos, que en dos ocasiones se enmarcan con las manos. El templo no conserva ninguna imagen de estilo románico. En el altar mayor la talla de la Virgen con el Niño es gótica, lo mismo que otras imágenes de santos ubicadas en distintos puntos del templo, en ocasiones incluso posteriores. El presbiterio conserva restos de pintura mural de la época moderna que narran escenas de la vida de Cristo. En el exterior del templo, ocultas en la actualidad, existen cuatro piezas de pizarra labradas que recogen los elementos del escudo de armas de los Ibias junto a la inscripción “ibias ibias / deus me a / iude”.