LA IGLESIA DE SAN MARTÍN es un edificio de planta de cruz latina, cabecera recta y nave de dos tramos. En el exterior nos ofrece una gran variedad de estilos y épocas, pues a los restos románicos hay que añadir una amplia reforma gótica y una serie de añadidos posteriores. Originariamente debió de ser una iglesia románica de una sola nave con una torre adosada al muro norte. De esta época pervive un lienzo del muro sur que quedó cortado por el crucero gótico a la altura de una antigua ventana -en parte mutilada- formada por un arco de medio punto doblado, una chambrana decorada con tacos y dos columnillas provistas de capiteles adornados con entrelazos. Este muro va rematado por una cornisa sin decoración que se apoya sobre seis canecillos de nacela. A partir de ahí y hacia el lado este entendemos que el muro es gótico así como la cabecera, si bien se reutilizaron algunos elementos románicos, como las cornisas con decoración de entrelazo y varios canecillos, entre los que destacan un contorsionista y una cabeza de león. En el lado norte se conserva la vieja torre románica a la que se añadió en época renacentista un remate con ocho chapiteles y otros tantos aliviaderos o gárgolas para evacuar el agua de lluvia. Presenta planta cuadrada y tres cuerpos separados por impostas: el inferior con una ventana cuadrada, el segundo con arquerías ciegas y el tercero con una tronera en cada lado. Rematando el campanario hay un total de veintiocho canecillos repartidos seis por cada lado y uno más en cada esquina. Todos ellos van decorados con diversos motivos que apenas se aprecian por estar cubiertos por una fina capa de musgo. En el interior se aloja una escalera de caracol que llega hasta el cuerpo de campanas, el cual se cubría con una bóveda de crucería de la que sólo queda el arranque de los nervios. El muro norte del crucero corresponde a la ampliación gótica, pero también se aprovecharon en él la cornisa de tacos y varios canecillos con figuras antropomorfas y de animales. Algo parecido sucede con el hastial occidental, donde se abre la portada de acceso gótica, que aparece coronado por una serie de canecillos de nacela y uno con una cabeza humana. Dentro de la capilla adosada al lado norte del presbiterio se encuentra depositada una pila bautismal románica que fue trasladada hace unos años desde la cercana ermita de San Pedro. Al transportarla se rompió un pequeño trozo de la basa que ahora está pegado. La pieza está realizada en un solo bloque de piedra arenisca, de 129 cm de diámetro y 92 cm de altura, sobre una basa de 20 cm decorada con un cuarto de bocel. Presenta forma troncocónica, con el interior avenerado y el exterior decorado con trece arcos de medio punto en cuyas enjutas se tallaron sencillos motivos a base de círculos incisos y excisos, así como rudimentarias cruces. Enmarcando esta decoración, se disponen dos molduras sogueadas, una en la parte superior y otra en la inferior. Pertenece al mismo tipo que la de la parroquial de Cueva de Juarros.