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Ventana abocinada del interior

Identificador
31310_01_014
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 22' 47.49'' , -1º 26' 41.45''
Idioma
Autor
Alberto Aceldegui Apesteguía
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia del Salvador

Localidad
Carcastillo
Municipio
Carcastillo
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
SE TRATA DE UNA IGLESIA con acusada influencia de la arquitectura cisterciense en lo que se refiere a su austeridad ornamental, monumentalidad y buen aparejo, lo que se entiende perfectamente por su cercanía y dependencia como posesión, ya citada, del monasterio de La Oliva. Fue consagrada en 1237 o 1232, según los autores, por el obispo Agno de Fez, quién habría sido nombrado para tal honor por don Rodrigo Ximénez de Rada arzobispo, a su vez, de Toledo y oriundo de Navarra. Constituye uno de los pocos casos en los que contamos con el documento de consagración de la iglesia. Éste se guarda enmarcado en la casa parroquial y es de destacar que, junto al original, existe una copia del siglo XVIII y otra moderna que fija la fecha en 1232 aunque, según nuestra opinión, en el documento se lee más bien 1237. Aún y así transcribimos la cita tal y como se encuentra en la iglesia: “Esta iglesia fue consagrada con tres altares en honor de San Salvador, de la gloriosa Virgen y del apóstol San Bartolomé, por el Padre Agno, de la Orden Menor, obispo de Fez, el 10 de septiembre de 1232. El altar de San Salvador contiene las reliquias de los santos mártires Nereo, Aquiles y el beato Geroncio, y del Sepulcro del Señor”. Estructuralmente se trata de una iglesia de una sola nave cuya cabecera fue totalmente reconstruida, formando un crucero, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, por el arquitecto Félix Medinabeitia. De esta manera, solo mencionaremos su fábrica original, constituida por la nave, la fachada y su portada. Para la obra nueva fue empleada piedra procedente del cenobio de La Oliva, concretamente de la demolición de la nave del refectorio. La fachada, situada a los pies de la iglesia y edificada en sillería de notable calidad como el resto de la iglesia, presenta dos potentes contrafuertes laterales y una hilera de arquillos ciegos que delimitan el primer piso. Éste está compuesto por un arco central de medio punto, que constituye la entrada al templo, y dos laterales apuntados y ciegos. Las dos arquivoltas baquetonadas del arco central están formadas por gruesos boceles flanqueados por sendas mediascañas. El vano interior está delimitado por un arco en platabanda sobre pies derechos. Las arquivoltas descansan sobre columnas elevadas en alto zócalo y basas deterioradas, compuestas por toros decrecientes separados por escocias. Los capiteles fueron decorados a base de sencillas esquematizaciones de las habituales hojas lisas grandes, unidas por combados tan frecuentes en el último tercio del siglo XII y comienzos del XIII. Muestran rebordes resaltados mediante tres líneas incisas, terminaciones alancetadas que denotan una ejecución tardía y adornos lineales también incisos en la parte superior, consistentes tanto en horizontales paralelas como en sucesión de cabrios. Sin ninguna duda han de relacionarse con capiteles del primer tercio del siglo XIII realizados para dependencias del monasterio de La Oliva. La sobriedad decorativa de la portada, únicamente se ve enriquecida por un último elemento: un crismón trinitario de factura sencilla situado en la clave del arco interior. En la zona de la portada, se localizan algunas marcas de cantero con forma de Cruz griega que han sido vinculadas con algunas que aparecen en el vecino monasterio de La Oliva. Sobre la portada, se eleva un segundo cuerpo con una ventana simple de medio punto que da al coro alto de la parroquia. El tercer cuerpo, de sillarejo y ladrillo, es consecuencia de reformas muy posteriores. Los muros laterales presentan buen sillar -como ya hemos dicho-, contrafuertes prismáticos de un escalonamiento y elevados hasta la cornisa muy parecidos a los de la cabecera de Santa María de la Oliva, canecillos lisos (dos por tramo) y simples ventanas de medio punto, con derrame al interior, similares a la de la fachada de los pies. Del interior debemos reseñar, en primer lugar, su nave única con ocho tramos, puesto que -como dijimos-, la cabecera es una construcción moderna. Los tramos se articulan a base de fajones apuntados muy próximos entre sí que descansan, en este caso, sobre el propio muro del edificio, en tanto que los estrechos tramos de bóveda que los conectan son de medio cañón apuntado. El modo como los gruesos arcos penetran directamente en el paramento nos recuerda a otras obras de finales del siglo XII, como la sala semisubterránea del palacio real de Pamplona. La misma solución se repite en las naves de algunas iglesias rurales de la Valdorba. Todo el conjunto da la sensación de un refectorio monástico más que de una nave de iglesia, siendo esto un dato a tener en cuenta por las relaciones de filiación entre Carcastillo y La Oliva. En el tramo de los pies, se encuentra el coro alto al que se accede por una escalera de caracol, de época románica, muy similar también a la del monasterio citado. En el tercer tramo, vemos una puerta formada por arco de medio punto que en su día daba acceso al cementerio parroquial y por el que hoy ingresamos en la moderna capilla bautismal, donde se conserva la primitiva pila románica. Se trata de una pieza realizada en un solo bloque de piedra con pie moldurado decorado con una teoría de semicírculos, fuste pequeño y cilíndrico y taza semiesférica, ornamentada por trece arquitos de medio punto cuyos fustes descansan en resaltes circulares. Su estética de nuevo se corresponde con la sencillez del resto del edificio y puede fecharse por ello en la misma época de ejecución del templo, es decir, en la segunda y tercera décadas del siglo XIII.