Castillo de Avinyonet
AVINYONET DE PUIGVENTÓS
El municipio de Avinyonet de Puigventós se encuentra al Oeste de Figueres, marcando el límite de la llanura del Empordà y el inicio de las montañas garrochinas. Se encuentra a tan sólo 5,5 km de Figueres. Para llegar al pueblo, desde Figueres, se debe tomar la carretera N-260 en dirección hacia Olot y, pasado Vilafant, tomar el desvío de la GIV-5101 que se dirige a Terrades. En poco menos de 1 km se llega a Avinyonet, cruzando el puente sobre el río Rissec.
El término municipal de Avinyonet de Puigventós está partido por la N-260, también conocida como eje pirenaico. El término limita con Ordis y Borrassà, Vilafant, Llers y Vilanant y Tarabaus. Contiene, además del pueblo de Avinyonet, los vecindarios de Santa Eugènia y de Tres Cases, y numerosas masías diseminadas. Geográficamente se marcan dos sectores diferenciados: en el Norte y Noreste se encuentra la Serra de la Garriga, donde el terreno es montañoso, con afloramientos de piedra caliza, pinedas y matorrales bajos que sirven de pasto; en el Sur domina el llano, laboreado con cultivos de secano. Surca el término el río Manol, que en las inmediaciones del pueblo recibe al Rissec, su afluente.
El pueblo de Avinyonet se encuentra en un rellano de la Garriga, rodeado a un lado y otro por los dos ríos, y con la confluencia al frente. El casco antiguo creció alrededor del antiguo castillo, situado en la parte más alta del montículo donde se asienta el pueblo. Hasta el siglo xiv la antigua iglesia, denominada Sant Esteve de Manol, se encontraba en la orilla sur del río, cerca de la Font de la Torre. Después de esta fecha, tras una crecida del Manol, la iglesia se trasladó junto al castillo, donde se encuentra actualmente.
La historia de Avinyonet en época medieval y moderna está íntimamente ligada con la del castillo. Hasta el siglo xiii fue ocupado por una familia noble apellidada Avinyó, como de hecho también se conocía el pueblo. A partir de esta fecha, y sin conocerse el motivo y personas implicadas, el castillo pasó a ser propiedad de la Orden del Hospital de San Juan. Los comendadores de la orden, señores feudales del pueblo, causaron poca simpatía entre la población, como se entrevé en la documentación conservada. A pesar de ello, la orden mantuvo la comanda hasta 1804 (o 1856, según otros autores). A partir de 1916, Avinyonet (diminutivo que se empieza a emplear en el siglo xiv) toma también el nombre de su monte más alto, el Puigventós, para diferenciarlo de Avinyonet del Penedès.
Castillo de Avinyonet
El castillo de Avinyonet de Puigventós se encuentra al Sur de la iglesia parroquial, en la cima del pequeño monte donde se asienta el pueblo.
La primera mención del castillo se halla en el testamento de Berenguer Bernat, fechado el 13 de junio de 1093. En una de sus cláusulas, el testador manda a su esposa Sibil·la prestar juramento de fidelidad u homenaje a Bertran y Arnau, hijos de Gaufred Seguer, para que al morir la dama no perdieran la potestad sobre el castillo. Es probable que ya estos personajes pertenecieran a la família Avinyó, y que se pueda identificar al mencionado Berenguer Bernat con un Berenguer d’Avinyó que aparece como testimonio en un documento del 1090.
La familia debió ostentar la titularidad del castillo hasta mediados de siglo xiii, siendo sus últimos propietarios los esposos Maria de Peralada y Arnal d’Avinyonet. No se conoce el motivo por el cual dieron la fortaleza a la orden del Hospital, pero en 1257 aparece ya documentado un primer comendador, Gombau de Vallfort. En 1296 le sucedió Jaume de Salanova, del cual no se conocen más noticias. Con ellos el castillo de Avinyonet empieza una nueva etapa, siendo sede de la Casa de San Juan del Hospital y acogiendo en sus muros a una comunidad monástica. Un siglo más tarde, concretamente en el año 1401, fue unida a la encomienda de Castelló d’Empúries.
Entre los siglos xvii y xviii, el castillo de Avinyonet tenía poca utilidad. No vivía allí el comendador, ni se guardaban los granos de tascas u otros derechos. Se conoce que en 1635 el patio del castillo se usaba como cementerio, debido a no tener función para la orden y por ser un espacio próximo a la iglesia de Sant Esteve. En la casa hospitalera solamente vivía un hombre que per amor a Déu (por amor de Diós) cuidaba del edificio. A pesar de la decadencia, la orden del Hospital continúo siendo la propietaria del castillo y su término hasta el siglo xix. A partir de 1804, o quizás de 1856, parte del conjunto se privatizó, y poco después, en 1907, la capilla de Sant Joan, un edificio tardomedieval, pasó a ser la sede del Ayuntamiento del pueblo.
Hoy por hoy, los restos del castillo son una serie de edificios de datación y estado de conservación diverso. El mejor conservado es el edificio situado al Sur de la iglesia, que presenta reformas en diferentes puntos y que ha sido adaptado como vivienda. Tiene una planta rectangular de unos 7 m de largo y 5 de ancho, con paramento liso y un aparejo de sillares dispuestos por lo general en hiladas regulares. Las aberturas son modernas y la fachada norte, que limita con la plazuela de la iglesia, fue muy reformada posteriormente. Al Oeste de la fachada norte existe un muro que conecta con el muro meridional de la iglesia. Este muro presenta un bonito portal de época moderna, con una puerta de arco de medio punto de dovelas bien trabajadas. El portal conduce a un jardín que presenta restos de fortificación al Sur, que se alargan con más o menos regularidad hacia el Este conectando con los restos de muralla que fortificaban el pueblo.
Quedan, además, restos de una torre al Oeste de la iglesia actual, y de otra en el extremo sureste del pueblo. Ambas torres presentan planta cuadrada y un aparejo de hiladas de sillarejo. Un poco alejada del conjunto del castillo, aún se conserva la capilla de la encomienda, dedicada antaño a san Juan, patrón de la orden del Hospital, y que hoy en día sirve de biblioteca municipal.
Los restos que presentan mayor antigüedad son la torre y el muro de fortificación cercanos a la fachada oeste de la iglesia. El edificio de planta rectangular situado al Sur mantiene restos de fortificación propios de los siglos xii y xiii. El portal que se acopla a éste en la esquina occidental mantiene una factura posterior, de finales de la Edad Media, o incluso época moderna.
Texto y fotos: Clara Poch Gardella
Bibliografía
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