Identificador
09593_01_003
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 42' 49.78'' , Lomg:3º 19' 32.72''
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Barcina de los Montes
Municipio
Oña
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
DECÍA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX Narciso Sentenach de la iglesia de Santa Eulalia de Barcina que conservaba “algunos restos de su primitiva construcción románica, de una sola nave” y que en su entorno “se hallan unos sepulcros en piedra, de muy sencilla labor, que como a tantos otros esparcidos por la región, no se le puede asignar aún época determinada”. El actual templo parroquial es claramente posmedieval, aunque a unos 100 m del caserío (en el “barrio encimero” que señala Madoz), encaramada en una loma que lo domina por el oeste, se mantiene parte de la fábrica de la primitiva iglesia de Santa Eulalia, hoy sin cubierta, ruinosa y transformada en cementerio de la localidad. Se trata de una modestísima construcción de mampostería con refuerzo de sillares en los ángulos y aun uso de piezas quizá reutilizadas de una anterior construcción romana, pues en el lugar se hallaron varias aras que parecen certificar la preexistencia de un templo pagano. Aunque la fábrica ha sufrido numerosas transformaciones, mantiene lo fundamental de la nave única coronada por amplia cabecera de testero plano en el que se aprecian restos de la ventana rasgada que daba luz al altar, hoy cegada. El codillo entre capilla y cabecera aparece sólo insinuado en la fachada meridional y en el muro norte de la nave son visibles al interior las rozas de un arco de medio punto que tal vez acogiese un retablo lateral o capilla, moderna como la ventana rasgada adintelada labrada en un solo bloque que se empotró en la zona de los pies del mismo muro. Sin duda el elemento más destacado del conjunto es la portada, realizada en piedra toba y abierta en el espesor del muro sur de la nave. Se compone de arco y una arquivolta, ambos apuntados y lisos, protegidos por un deteriorado tornapolvos y apeados sobre jambas escalonadas coronadas por imposta moldurada con listel y nacela. En la imposta del lado occidental de la portada, en su cara interior, se grabó una deteriorada inscripción en la que a duras penas leemos .../VLIAVI, quizá con referencia a la santa y virgen emeritense a la que, con las reservas al principio señaladas, estuvo dedicado el edificio (¿[E]V[LA]LIA VI[RIGINIS]?). Lo conservado manifiesta formas de cronología avanzada, con ese resabio tardorrománico que caracteriza al primer gótico rural, pudiendo pensar que su reforma se produjo ya iniciado el siglo XIII. Tan menguados vestigios, como arriba señalamos, contrastan con el dilatado y rico pasado histórico del lugar.