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Pila bautismal

Identificador
09239_04_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 16' 57.04'' , Lomg:3º 50' 40.03''
Idioma
Autor
Augustín Gómez Gómez
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Pedro Apóstol

Localidad
Cabia
Municipio
Cavia
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL dedicada a San Pedro Apóstol se emplaza en el punto más alto del pueblo. El edificio actualmente conservado responde a planteamientos arquitectónicos góticos y de centurias siguientes. Posee planta basilical de tres naves, ábside poligonal con contrafuertes, gruesas columnas con pilares adosados, y el añadido en el brazo norte del crucero de dos arcosolios, en su brazo sur de la sacristía, y a los pies dos grandes hornacinas y coro elevado. Adosado a los pies se encuentra el pórtico cerrado con tres puertas, por una de las cuales se accede al templo. La torre de la iglesia fue proyectada en 1783 por el arquitecto Fernando González de Lara. El único vestigio románico se localiza en el interior y corresponde a un notable ejemplar de pila bautismal, decorada con una arquería que recorre todo el perímetro de la copa. Anteriormente ocupaba un pequeño habitáculo en el muro de la epístola y en la actualidad está ubicada junto al altar. La altura total de la pieza, incluido el pedestal, es de 95 cm, la copa troncocónica tiene 128 cm de diámetro y 68 cm de altura. Su interior se decora con 17 gallones, como sucede en las pilas de Cojóbar y Santa Cruz de Juarros, y posee un borde con una orla entrelazada, muy similar a la vista en el ejemplar de Cayuela. El pie circular sobre el que se apoya presenta una molduración nacelada muy baja. El desarrollo decorativo, de notable belleza, se concreta en el exterior de la copa. Se sucede en él una arquería de medio punto con un total de 15 arcos sobre columnillas de simples capiteles vegetales -misma distribución que se observa en las pilas de Cojóbar, Santa Cruz de Juarros o Revillarruz-, cobijando figuras humanas cinceladas que representan a los doce apóstoles acompañados por tres ministros eclesiásticos, recordándonos la pila tardorrománica de Santa Tecla y otras con ornamentación combinada como las de Villamiel de Muñó, Cayuela o Cueva Cardiel. Podemos reconocer entre el apostolado claramente a San Pedro, portador de las llaves del cielo, cuya significación más profunda se relaciona con el bautismo y la redención de los pecados, y a tres eclesiásticos, que portan báculo y cubren sus cabezas con mitra, una de las cuales tiene una cenefa perlada. Destaca también su disposición en la pila, ya que dos ministros se colocan al lado de San Pedro y el tercero en un lugar opuesto, entre dos apóstoles. Como señala Garbiñe Bilbao, la misión evangelizadora de la Iglesia descansa sobre sus ministros, herederos de los apóstoles, y por tal motivo se representan ambos en conjunción simbólica, portando libros en diez figuras. La talla es esquemática y poco detallista, lo cual se observa primeramente en el tratamiento de los tejidos. Las figuras presentan atuendo talar con amplias mangas, visible sólo en tres figuras, en ocho llevan capa y en dos casos llevan cinturón. La tosquedad de la indumentaria no permite traslucir el volumen anatómico. Los personajes que se muestran en visión frontal, salvo en un caso que aparece con la cabeza más grande y ladeada, con rostros ejecutados de forma rudimentaria, las cabelleras y barbas apocadas siendo simples incisiones de rectas paralelas, los ojos almendrados y hieráticos como meros bultos convexos, las manos abiertas, estereotipadas, manifestando la aceptación de los designios divinos. Apunta Frontón Simón que esta pila recoge prototipos silenses utilizando un mismo lenguaje técnico, pero llegando al último estadio del proceso y limitado por la impericia del artista. Este aspecto como las relaciones que mantiene con algunas de las pilas bautismales mencionadas nos permite situar la pila de Cabia a finales del siglo XII, cuando la austeridad y la repetición de fórmulas heredadas imperaba ya en el estilo.