Identificador
40520_01_089
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 25' 39.20'' , -3º 23' 0.21''
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Ayllón
Municipio
Ayllón
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LA PORTADA DE ACCESO al Cementerio Viejo de la Villa, así como otros tantos restos de estilo románico que se reparten en sus muros, pertenecieron a la antigua ermita de San Nicolás. Dicho templo se encontraba en las inmediaciones y a la izquierda de la antigua puerta de Languilla, por lo tanto no muy alejado de la localización del cementerio. De hecho, es bastante probable que una pequeña parte del muro este del recinto haya sido reaprovechado de las ruinas de la ermita. Dependiente del Real Monasterio de las Huelgas de Burgos, quien cargaba cincuenta misas anuales, en 1709 consta que, al encontrarse en un estado bastante ruinoso, el Obispo de Sigüenza la mandó retejar, pero dichas intervenciones llevaron al edificio a la destrucción total. Nada sabemos de cómo eran la planta y alzado de la ermita ya que no hay descripción ni imagen alguna anterior a la destrucción, pero lo más probable es que se tratase de un templo sencillo de una sola nave, con cabecera absidada y una única portada de acceso que es la que fue reconstruida para acceder al cementerio. Los restos que pudieron salvarse fueron empleados en la construcción del recinto del Cementerio que ya funcionaba como tal en 1833. En el muro este del cerco hay una gran concentración de elementos constructivos tales como fustes de columnas, dovelas de arcos, algunas de ellas con decoración de bolas así como una gran cantidad de sillares de caliza perfectamente escuadrados. También en esta pared, en el interior del cementerio, se conserva un arco de medio punto sin decoración y probablemente reconstruido. Es en la puerta de acceso en donde se concentran la mayor parte de los elementos que fueron rescatados de la ruina todos ellos colocados de una forma un tanto peculiar. La portada es de triple arquivolta contando cada una de ellas con una decoración diferente: entrelazado de motivos vegetales, ancho bocel seguido de una decoración de bolas y, por último, flores envueltas por roleos perlados unidos entre ellos. Por otro lado, únicamente hay una columnilla acodillada sin capitel sobre la que se apoya la arquivolta central, en los otros dos casos las sencillas jambas son las que ejercen su papel. Los cimacios cuentan con diferente decoración hecho evidente de la recolocación de la portada, la mayor parte de ellos repiten la decoración de las dovelas del la primera arquivolta, mientras que dos de ellos muestran los motivos ya señalados en la última. A la hora de poner en pie esta portada intentaron integrar elementos decorativos de varias partes de la ermita de la forma más homogénea posible, tomando para ello capiteles, canecillos y líneas de imposta. En las esquinas superiores de la portada se colocaron los capiteles que originariamente estarían en el arco triunfal de la cabecera; el situado en el lateral derecho presenta dos leones con las cabezas enfrentadas, mientras que el colocado en el lado opuesto, mantienen las mismas figuras animales, pero en este caso, están devorando un cerdo. Otro capitel, decorado con dos águilas, fue colocado como clave del arco de la última arquivolta. Como remate de la portada, a modo de cornisa, se colocaron varias parte de la línea de imposta, o más probablemente, parte de la cornisa primitiva, la cual está decorada con roleos vegetales entrelazados. Dado que las piezas con las que se podía contar eran insuficientes para cubrir todo el espacio, se emplearon piezas con decoración vegetal pero de estilo muy diferente. Bajo los capiteles de las esquinas, y bajo la línea de cornisa, se dispusieron, en cada uno de los laterales, un canecillo. El situado a la derecha está decorado únicamente con una cabeza de hombre barbado, mientras que en el opuesto, aun estando muy deteriorado, es evidente la escena erótica protagonizada por un hombre y una mujer, posible decoración de otro canecillo que se encuentra aislado en la fachada y muy erosionado. Consiguientemente, es destacable el rescate que se llevó a cabo, de la mejor manera posible, de la ermita llevada a la ruina. Se trata de un ejemplo claro de reutilización y reaprovechamiento de materiales, y, a la vez, muestra de un cierto interés por conservar las partes más nobles del templo.