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Fachada oeste de Sant Esteve de Brió

Identificador
17174_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.1690047,2.6888658
Idioma
Autor
Montse Jorba i Valero
Almudena Montenegro Gallardo
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Esteve de Brió

Localidad
Briolf
Municipio
Sant Miquel de Campmajor
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Esteve de Brió

Descripción

Ermita de Sant Esteve de Brió (o de Briolf)

 

La iglesia de Sant Esteve de Brió está situada en el antiguo núcleo de Briolf, en el extremo septentrional del término de Sant Miquel de Campmajor. Se halla justo al lado de la casa fuerte de Brió.

 

El nombre de Villam Briulfo aparece en el testamento del conde Miró, del año 979, en el cual cede estas propiedades al cenobio de Sant Pere de Besalú. En el año 1017 aparece llamado Ricolfo en las posesiones del monasterio de Sant Esteve de Banyoles. En el año 1216, Vriolf formó parte de unas donaciones del rey Juan II a Francesc Vernatallat como patrimonio del vizconde de Hostoles. En el censo del año 1359, la parroquia de Briolif constaba de cinco fuegos.

 

Desde un primer momento la iglesia fue una parroquia independiente y no sería hasta el año 1530 cuando pasaría a ser sufragánea de Sant Miquel de Campmajor. En el año 1888 se realizaron una serie de reformas: se construyeron el campanario y el altar y se redecoró el interior con pinturas neobarrocas. El lugar de Briolf fue perdiendo población, y ya a mediados del siglo xx quedó totalmente despoblado, de modo que la iglesia quedó perdió el culto a mediados del siglo xx.

 

El templo, de pequeñas dimensiones, actualmente se halla abandonado y muy cubierto de maleza. Está formado por una sola nave y un ábside semicircular a levante. La puerta de acceso se abre en la fachada de mediodía y presenta un arco de medio punto en degradación. En la fachada lateral sur destaca el gran campanario de espadaña, fruto de la restauración de época barroca. Asimismo, se observa la imposta marcada por una moldura. La nave estaba cubierta con bóveda de cañón, si bien ahora no se conserva en su totalidad. En los muros laterales se abren dos capillas de pequeñas dimensiones. Antiguamente, sobre la cubierta se localizaban las dependencias del rector (en el muro de tramontana existen las escaleras exteriores que permitían acceder al habitáculo). La construcción es bastante regular, con sillares cuadrangulares de piedra arenisca. Hay que decir que el ábside fue añadido posteriormente.

 

Viendo las características constructivas del edificio, es muy probable que se tratara de una construcción civil, como una torre con habitáculo y una sala del siglo xii, que habría sido convertida en iglesia en el siglo xiii.

 

En la puerta del templo fue reaprovechado un cerrojo de hierro forjado románico. Está sostenido por tres pasadores cilíndricos, dos en el batiente derecho y uno en el izquierdo. Tanto los pasadores como el brazo vertical del baldón presentan una decoración incisa muy sencilla, hecha con gubia. Presenta segmentos de circunferencia que recorren los bordes y otras composiciones elípticas. La barra del cerrojo se curva en el extremo, en donde presenta una cabeza zoomórfica con la boca es abierta y mostrando los dientes y las orejas están en punta.

 

Texto: Almudena Montenegro Gallardo – Fotos: Montse Jorba i Valero

 

 

Bibliografía

 

AA.VV., 2005, pp. 515-516; Badia i Homs, J. y Olavarrieta i Santafè, J., 1991, p. 161; Catalunya Romànica, 1984-1998, V, pp. 458-459; Constans i Serrats, L., 1954, pp. 96; Marquès i Planagumà, J. M., 2000, pp. 134.