Identificador
31292_05_025
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Alberto Aceldegui Apesteguía
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Zurucuáin
Municipio
Yerri
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
LA PRIMITIVA PARROQUIA se encuentra en un paraje bucólico entre piezas cultivadas de trigo y arboledas con un pequeño riachuelo. Nada queda de las casas del antiguo poblamiento pues sus piedras se utilizaron para otras edificaciones, de tal manera que la ermita está exenta y libre de elementos cercanos que impidan su completa visión, a no ser por algunos árboles. En enero de 2006 se valló completamente con alambre de espino para impedir que los rebaños de ovejas entraran en ella para guarecerse. Su situación actual es bastante calamitosa: la puerta se encuentra abierta y caída, la cubierta de los dos últimos tramos de la nave se ha hundido y los sillares del ábside se encuentran muy movidos, con grave peligro de derrumbe. Por todo ello sería importante una intervención de conservación que pudiera dejarla bien consolidada. Se trata de una iglesia que sigue pautas propias de Tierra Estella, ya que se organiza en dos zonas. Por una parte se encuentra el ábside y el anteábside, más cuidado. Un arco fajón doble los separa de la nave, que también se organiza en dos tramos diferenciados por arco fajón sencillo sobre ménsulas, construido en ladrillo y evidentemente posmedieval, que carece de los correspondientes contrafuertes. Por eso nos recuerda a otras construcciones como Leorin, Santa Catalina de Azcona, etc., que cubrían inicialmente la nave con madera. Como ya hemos mencionado, es en la parte occidental, en la nave, donde la bóveda ha cedido. No se proyectó torre, sustituida por una espadaña elevada sobre la parte occidental del muro sur. El ábside presenta buena sillería al exterior con once hiladas de unos treinta centímetros de altura de media, hasta una imposta sencilla sobre la que se abren tres pequeñas y sencillas ventanas con doble abocinamiento, apenas marcado hacia el exterior y más abierto hacia el interior. La del centro del ábside se encuentra todavía abierta, mientras que las otras dos en la actualidad se ven tapiadas. El ábside está flanqueado por dos contrafuertes que superan por poco la altura de las ventanas sin alcanzar la cornisa. En cambio, tanto el contrafuerte que separa el anteábside de la nave como el situado en la esquina noroccidental se elevan hasta la cornisa. Como curiosidad, el contrafuerte derecho del ábside fue arrancado totalmente, con el permiso de la familia propietaria, para realizar un moderno y sencillo monumento a Nuestra Señora de Irache en la localidad vecina de Arizala. En la cabecera se distinguen varias marcas de cantero con forma de S invertida, L y R. Los muros del ábside y anteábside, y también el septentrional de la nave, culminan con sencillos canecillos lisos, de leve curvatura cóncava. En el muro de la epístola se abre la portada constituida por tres sencillas arquivoltas de platabanda, la exterior semicircular y las otras ligeramente apuntadas, todas sin decoración, que descansan en una imposta sencillísima sobre pies derechos. La citada portada presenta una anchura un poco superior a 3 m y su potencia de muro es de unos 150 cm. El interior se nos presenta muy descuidado, con parte de los sillares de los plementos caídos formando montón a los pies de la iglesia, matorrales crecidos por doquier, restos de las prolongadas estancias de los rebaños y numerosas pintadas modernas en las paredes. Todo ello no impide, sin embargo, que apreciemos cómo el arco fajón de la nave se apoya en sencillas ménsulas (la meridional en cuarto bocel y la septentrional de rollo que recuerda a obras del entorno de 1200 como Iranzu). Una sencilla moldura abiselada recorre la línea de imposta de la bóveda. Por el contrario, en ábside y anteábside son dos las molduras que articulan los muros: la inferior, abiselada, marca el arranque de las ventanas; la superior, en cuarto bocel, el comienzo de las bóvedas. Esta doble moldura nos recuerda a la solución empleada en la cabecera de Irache y más tarde simplificada en Santa María Jus del Castillo de Estella. El arco de separación entre nave y anteábside -como se ha avanzado- es doblado, por lo que apea en potentes semicolumnas adosadas a pilastras. El que divide anteábside y ábside sólo posee semicolumna adosada al muro. Las meridionales han perdido totalmente sus basas, en tanto que en las septentrionales todavía quedan los plintos, toros y escocia. Las esquinas de los plintos se adornaron con flores octopétalas y frutos. Las columnas de ambos arcos disponen de capiteles esculpidos con decoración sencilla. El más simple incluye motivos bulbosos recorridos por incisiones radiales en las esquinas, a modo de conchas. Los otros tres disponen variaciones sobre el mismo tema: una esquematización de grandes hojas hendidas en las esquinas que contienen palmas y terminan en volutas. Pequeños detalles los diferencian, en el motivo central de la cara mayor (bolas y tallos) y en las hojas de los extremos, más o menos rizadas. El abovedamiento sigue las pautas más normales en época románica: medio cañón en el anteábside y de horno en el ábside. En cuanto a la cronología del edificio, cabe considerar la tipología del edificio y la decoración de los capiteles. Los templos con los que se relaciona por la distribución de espacios y por la composición de elementos constructivos pertenecen al románico tardío, ya en el último tercio del siglo XII. Lo mismo podemos decir de los capiteles, ya que, aunque el motivo de la hoja hendida que encierra otra festoneada se desarrolla en el románico pleno (la vemos en la catedral de Pamplona antes de 1127), el planismo, la rigidez y la escasa gracia con que están aquí tratados suponen una esquematización de modelos de gran difusión en Estella y su entorno a finales de dicha centuria, por lo que cabe emplazarla bien en sus últimos años, bien poco superado el 1200. En cuanto a la pila bautismal, hasta finales de 2005 se conservaba en los jardines de la parroquia de la Asunción de la vecina localidad de Villatuerta -como señalan algunos autores- pero desconociéndose su origen. A comienzos de 2006, se decidió colocarla en una capilla de la citada parroquia y añadirle una base metálica con ruedas que hace factible su desplazamiento. Según hemos podido averiguar por tradición oral, la pila fue trasladada desde Montalbán hasta su actual ubicación por varios vecinos de Villatuerta en el año 1953. Se trata de una pieza muy sencilla con fuste cilíndrico y taza semiesférica totalmente lisa, coetánea de la fábrica.