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Detalle de la imposta del arco triunfal desde interior del ábside

Identificador
33392_02_012
Tipo
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Adriana Carriles García
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santa María Magdalena

Localidad
Ruedes
Municipio
Gijón
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
NO SE CONOCE ninguna noticia documental referida a esta iglesia. Según F. Roel y L. Tolívar, en esta zona habría existido en época bajomedieval una malatería para atender a los leprosos, recuerdo que la tradición habría mantenido a través de la imaginería, pues en la actual iglesia se pueden ver dos imágenes, de factura reciente, de San Lázaro. Concretamente, Bonet habla de 1331, año en el que pudieron contabilizarse “en la provincia, trece malaterías”. En cualquier caso, tampoco de esto tenemos evidencias documentales o arqueológicas. Se trata de una iglesia de carácter rural, probablemente destinada en origen a dar respuesta a las necesidades de una población no demasiado numerosa. Tanto la iglesia como el cementerio han sido restaurados recientemente, junto a las dependencias auxiliares que fueron añadidas en épocas posteriores a la edificación románica. En origen, Santa María Magdalena de Ruedes debió de ser un templo de pequeñas dimensiones, de una única nave y cabecera de testero recto. Actualmente, las trazas básicas de la planimetría siguen manteniéndose pero, como ya se ha mencionado, con los añadidos de la sacristía y un gran pórtico en sus frentes sur y oeste. Elementos de su construcción original se conservan pocos. En el interior, un sencillo arco triunfal, de perfil apuntado y ligeramente desnivelado en su estructura. Este arco se articula en dos arquivoltas, completamente desornamentadas y protegidas por un guardapolvo, también liso. No hay columnas; las roscas del arco descansan sobre las pilastras de las jambas. Las impostas que sirven de nexo de unión entre arquivoltas y pilastras son apenas una fina moldura de aspecto geométrico y perfiles secos. La cabecera fue modificada en un momento no muy lejano a la edificación del templo, en una etapa de transición al arte gótico, adaptándola, dentro de las posibilidades de la parroquia, a los nuevos presupuestos estéticos de dicho estilo; para ello, se reconstruyó la techumbre del ábside y se cubrió con una sencilla bóveda de crucería, cuyos nervios descansan sobre cuatro ménsulas, todas ellas decoradas a base de molduras geométricas. Respecto al exterior, aunque Bonet habla de “arcos dobles y pequeña espadaña en la fachada”, la portada occidental hoy día sólo muestra un arco de medio punto que descansa directamente sobre las jambas, sin impostas, y protegido por un guardapolvo. Bajo la cornisa, aún se pueden apreciar algunos canecillos de época románica, aunque se limitan a ser formas prismáticas de aspecto muy sencillo. Por los escasos elementos románicos conservados, más referidos a aspectos tectónicos que decorativos, algunos autores se aventuran a clasificar esta iglesia, datándola a finales del siglo XII, aunque todo parece apuntar a una cronología algo posterior.