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Crucifijo románico

Identificador
09130_02_007
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 23' 34.99'' , -3º 53' 45.59''
Idioma
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Monasterio de San Salvador

Localidad
Palacios de Benaver
Municipio
Isar
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
DEJANDO A UN LADO LAS TRADICIONES más o menos legendarias que circulaban por escrito en los siglos XVII y XVIII acerca de los orígenes del monasterio y su fundador, hemos de señalar que el primer documento conocido que explícitamente nos habla de él se remonta al año 1231, momento en que la condesa Mayor y sus hijas confirman a favor del Hospital del Emperador de Burgos la venta de una finca hecha por la priora del convento de San Salvador de Palacios de Benaver. Del mismo documento cabe deducir, además de la existencia del propio monasterio en esa fecha, su vinculación al patrimonio de la familia Lara, pues doña Mayor era la viuda y h e redera, junto con sus hijas, del conde Fernando Núñez de Lara. Doce años después de esa primera noticia existe otra en la que consta la entrega de dicho cenobio a la Iglesia de Burgos y a su obispo don Juan Domínguez de Mendoza, donación que fue realizada por doña Sancha Fern á ndez de Lara, hija del mencionado conde. Desde entonces fue filiación de los prelados burgaleses, quienes tenían sobre él, además de la jurisdicción eclesiástica, los derechos de señorío. Por este motivo, no obtuvo la exención regular de las abadías benedictinas, estando sometido pleno jure al prelado diocesano. Apuntar por último que, pese a las lagunas documentales, fueron sin duda los siglos XIII y XIV los de mayor esplendor de la abadía, debido posiblemente a los grandes privilegios que recibió en la cédula de Alfonso XI (I-IV- 1326) que consagraban la autoridad de la abadesa y del convento. Del viejo monasterio medieval sólo se conserva la iglesia, construida ya con formas plenamente góticas, y un crucifijo románico colocado en una pequeña capilla del lado del evangelio, de cuyo estudio nos ocupamos a continuación. Se trata de una talla realizada en madera policromada (276 x 220 cm), parcialmente vaciada por el dorso en la zona del perizonium. En general presenta un excelente estado de conservación, aunque se observan algunos desconchamientos en su superficie. Según María Concepción Porras Gil se han repintado las encarnaduras y añadido las huellas del padecimiento físico, incluso marc a ndo la herida del costado, todo ello con el objetivo de transmitir una idea de sufrimiento. Se representa a Cristo sujeto a la cruz con cuatro clavos, sin corona, con la cabeza ligeramente ladeada hacia la derecha y con un rostro alargado y frontal. El pelo, que llega hasta el cuello pero que apenas sobresale de él, está señalado con finas líneas rectas. La frente despejada y las cejas elevadas enmarcan unos ojos almendrados que aparecen abiertos y pintados. Los pómulos son planos, la nariz aguileña y torcida y la boca cerrada. La expresión de la cara es serena, alejada de cualquier sufrimiento o dramatismo. Los brazos están extendidos por debajo de la horizontal de la cruz y el torso muestra una anatomía rígida de formas esquemáticas y geométricas. El perizonium se dispone por debajo de la cintura con una banda a modo de cinturón que apenas cubre las rodillas. En el paño se marcan unos surcos correctos, más separados unos de otros en la parte central que en los lados, éstos se rematan con una especie de ondas en cascada, al igual que en la parte delantera de la tela. Presenta restos de la antigua policromía, con motivos geométricos de color negro, azul y rojo. Las piernas, ligeramente dobladas, apenas logran romper la rigidez de la representación. Fueron talladas en dos piezas unidas con grapas por la parte trasera. Los tobillos no se resaltan y tienen similar grosor al de las piernas, hecho que apunta el esquematismo. Los pies, en los que se dibujan las uñas, están clavados y se apoyan sobre el supedaneum. Por las características descritas parece tratarse de una obra realizada hacia finales del siglo XII.