Identificador
34406_02_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 38' 25.89'' , -4º 26' 3.85''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Dehesa de Romanos
Municipio
Dehesa de Romanos
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
ES LA IGLESIA DE SANTA EUGENIA un templo rural de nave única rectangular sin división de tramos y cabecera compuesta de tramo recto abovedado y ábside rectangular. La portada se abre como es costumbre al sur, protegida por un moderno pórtico. Al norte de la estructura se adosaron respectivamente una sacristía rectangular y un campo santo hoy en desuso. La fábrica de la primitiva iglesia tard o rrománica sufrió importantes transformaciones, principalmente en época moderna, que aunque parecen haber respetado el perímetro murario original, supusieron notables alteraciones y añadidos. Las partes claramente medievales son la portada meridional, el presbiterio y parte de la estructura absidal (éstos cubiertos con cañón apuntado), levantadas en sillería arenisca de grano fino y tonos amarillentos. El ábside fue objeto de reformas que supusieron la transformación del testero, que en origen pudo ser semicircular, por el actual recto con contrafuertes angulares. Está iluminado por un vano adintelado abierto sur. En el presbiterio se conservaron los pilares del arco triunfal con sus columnas adosadas, abriéndose la puerta con arco de medio punto que da paso a la sacristía adosada al norte. La nave sufrió transformaciones durante el siglo XVII, aunque éstas respetaron el antecuerpo y su portada románica. Se cubre con cielo raso y doble vertiente al exterior. La espadaña -en sillería- rematada por frontón con bolas y dos troneras para campanas sobre el muro del hastial, un coro alto de madera a los pies, la galería abierta que protege la portada y la pequeña capilla funeraria abovedada abierta en el muro septentrional son obras acometidas probablemente desde el primer tercio del siglo XVII. En esta capilla se conservan dos inscripciones contemporáneas a su erección en las que se informa del fin funerario de la misma y de las fundaciones realizadas por el difunto Pedro Ruiz, párroco de Dehesa. Los vestigios de un arcosolio en el paramento norte de la capilla pudieran corresponder al “enterramiento de primera calidad” citado por Navarro y no conservado, del mismo modo que con él se podría relacionar la credencia decorada con arco conopial, lis y una pareja de aves, incrustada en el muro occidental de la capilla. En estas intervenciones modernas se utiliza mampostería con refuerzo de sillares en las esquinas. La portada meridional está formada por arco liso de medio punto y cuatro arquivoltas decoradas con motivos vegetales y geométricos que de interior a exterior muestran estilizados acantos de nervio central perlado y cogollos en sus puntas, baquetón ornado con seis hileras de tacos y baquetón con decoración de retícula entre mediascañas con bolas y toro liso. Los arcos descansan en cimacios decorados con friso de palmetas y dos parejas de columnas y jambas acodilladas. Los capiteles interiores de cada lado decoran sus cestas con el tipo de acanto esquematizado ya visto en la primera arquivolta, el exterior del lado izquierdo, bastante deteriorado, muestra un rabelista y un acróbata o danzarina y el exterior derecho una pareja de pequeños y toscos leones afrontados sobre fondo vegetal de esquemáticos acantos con canaladuras. El antecuerpo de la portada se corona con una serie de ocho canecillos ornados con piñas, acantos, exhibicionista, personaje leyendo, ave devorando una liebre, nacela, etc. La disposición general de la portada, así como ciertos detalles decorativos, la incluyen dentro del grupo palentino de obras de cronología tardía que siguen modelos establecidos a fines del siglo XII, principalmente en la fachada de San Juan de Moarves de Ojeda. Este fenómeno definido como inercial por José Luis Hernando, consiste en la repetición con escasas variaciones tipológicas de modelos fijos como los acantos geometrizados rematados por bolas y los billetes de las arquivoltas (San Tirso de Vega de Bur, obra posiblemente del mismo equipo que trabajó en Dehesa, Becerril de Campos, etc.) o las palmetas inscritas en entrelazo perlado (Vega de Bur, Quintanatello de Ojeda, San Cebrián de Mudá, etc.). Lo mismo sucede en lo figurativo y así, el motivo del rapaz devorando un pequeño cuadrúpedo, lo encontramos repetido en un capitel reaprovechado como tenante de altar en Quintanatello de Ojeda, en sendas ménsulas de San Cebrián de Mudá y Barrio de San Pedro o en un canecillo de San Tirso de Vega de Bur; la pareja músico-danzarina de la portada de Dehesa de Romanos encuentra su origen -señalado ya por García Guinea- en un capitel de Moarves, etc. Esta esclerotización de modelos está asociada a una pérdida de calidad, en la cual son recurrentes la geometrización y esquematización. El resultado dependerá de los recursos técnicos, en general limitados, de cada artífice, que en nuestro caso nos permiten establecer una identidad de manos con la portada de San Tirso de Vega de Bur, actualmente en el recinto del camposanto de dicha localidad. Los capiteles del arco de triunfo se decoran, el del lado de la epístola con una serie de grifos rampantes muy estilizados -dos afrontados en el frente del capitel y dos en cada lado corto- entre entrelazos vegetales y, el del lado del evangelio, con escenas relacionadas con el ciclo de Sansón. Vemos así en su frente a Sansón a horcajadas sobre el león y desgarrando sus fauces (Jue 14, 6); en la cara oeste del capitel aparece de nuevo Sansón identificado por su larga cabellera y barba de bucles acaracolados, esta vez a rrodillado y alzando con su diestra una espada y con su otra mano un objeto de difícil identificación (quizá haciendo relación a Jue 15, 15-17). En la cara que mira al altar un personaje portando una lanza recoge un pliegue de su túnica, sin que los textos bíblicos nos permitan establecer una clara conexión con la figura de Sansón. La separación de escenas se realiza gracias a los voluminosos caulículos de los ángulos, sobre los cuales caen sendas palmetas de puntas rizadas y con puntos de trépano. Pese a que el episodio de Sansón desquijarando al león es uno de los temas más extendidos en la plástica románica, ciertos detalles compositivos, decorativos e iconográficos p e rmiten adscribir este capitel a un grupo bastante bien definido de re p resentaciones en el ámbito palentino re l acionadas en mayor o menor medida con un grupo septentrional. Citemos así los ejemplos de los capiteles del triunfal de Santa M.ª de las Henestrosas de las Quintanillas (Cantabria) y Vallespinoso de Aguilar, galería port icada de Rebolledo, iglesia del monasterio de Aguilar (hoy en el MAN), portada de Moarves, toral del crucero de Cozuelos, etc. El análisis estilístico del capitel de Dehesa de Romanos ayuda a precisar tal relación y sitúa a su artífice, como señalaba García Guinea, en la línea del maestro de los capiteles de Lebanza, hoy en el Fogg Art Museum de la Universidad de Harvard (EE.UU.) y del apostolado de Moarves. Encontramos en ellos un mismo rictus de la boca, con labios de comisuras caídas, una ligera exoftalmía, la barba de bucles acaracolados, etc. La presencia, como en Cozuelos y Moarves, de un personaje armado junto a Sansón, y la estrecha similitud entre los grifos del capitel del lado de la epístola de Dehesa y los de la ventana del muro meridional de Moarves, vienen a precisar aún más la relación avanzada. De este modo, un marco cronológico en torno a 1185-1195 parece convenir a los relieves de Dehesa de Romanos atendiendo a las fechas de los capiteles con ellos relacionados de Lebanza (1185) y Gama (1190). Los cimacios de ambos capiteles se decoran con hojas trilobuladas entre tallos perlados de tratamiento menos espinoso que las de la portada. En el muro sur de la cabecera aparecen aleros decorados con bolas y estrellas, varios canecillos de nacela, y dos de crochets. Los aleros se repiten también en el lado septentrional de la misma cabecera. En el fondo de la nave, protegida por una verja de madera, se sitúa una sencilla pila bautismal de forma troncocónica invertida, lisa y sobre pedestal moldurado, que bien pudiera ser contemporánea a la erección de la iglesia. Medievales son también las alguazas de la puerta de acceso.