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Bóveda del ábside

Identificador
40232_01_003
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 24' 52.2" , -4º 12' 55.87"
Idioma
Autor
Raimundo Moreno Blanco
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Juan

Localidad
Fuentes de Cuéllar
Municipio
Cuéllar
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL de San Juan se encuentra situada en la plaza mayor de la población, en alto y rodeada por un pretil de la piedra de Campaspero tan usual en la comarca. En la actualidad se encuentra en deplorable estado de conservación, en ella además de los amigos de lo ajeno (no hace mucho ha sido sustraído un altar) hacen visitas las palomas por centenares. Anidan y viven a sus anchas, en cubiertas, muros, retablos, imágenes, etc., haciendo del pavimento un estercolero que acumula en algunos puntos varios centímetros de palomina y que sólo se salvará mediante una rápida intervención que devuelva la dignidad a tan noble edificio. En sus orígenes se trazó un sencillo templo románico con cabecera de un único ábside y una sola nave. En el siglo XVI se reformó por completo su estructura, adosándose una nueva nave al sur, con su cabecera de nervios en el lugar que quizá ocupó un pórtico. En esta reforma, se diseñó también la sustitución de la cubierta de madera de la nave por otra pétrea contemporánea; sin embargo quedó en proyecto al igual que el forrado exterior de la iglesia, dejando huérfanos los apeos. De la zona del ábside también se suprimieron las cubiertas románicas del primer proyecto, aunque éstas en una reforma anterior. Hoy cubre el espacio del presbiterio una bóveda de crucería poco peraltada; sin embargo, a juzgar por los elementos restantes, la zona del altar estaba planteada para las clásicas de medio cañón sobre fajones y cuarto de esfera. La única decoración que pervive se encuentra en el muro norte del presbiterio, y hemos de pensar que se repetiría en el sur, formada por dos arcos ciegos que también se marcan al exterior. Los pocos capiteles conservados repiten formas vegetales de toscas pencas. El primitivo templo románico incluía en el plan primigenio una potente torre adosada al norte, que a nivel de superficie hace las veces de sacristía y se cubre mediante una bóveda de medio cañón apuntado transversal a la nave, dejando ver el amplio grosor de sus muros en el derrame del único vano (1,5 m). Hoy en día el acceso a la parte superior, intransitable, se realizaría a través del coro. Al exterior muestra en su primer cuerpo un magnífico despiece de sillería cortada a hacha: opus quadratum. El segundo, más pobre, es de cal y canto reforzado en las esquinas, asemejándose más a modelos de la cercana Cuéllar. A levante conserva el que parece más antiguo de sus vanos, donde se intuyen roscas de ladrillo. Remata en pináculos góticos de bolas en las esquinas También a la primera fase constructiva debió pertenecer la capilla bautismal situada a los pies del templo, que se manifiesta al exterior a modo de enorme contrafuerte para el hastial oeste. Se accede a ella mediante gran arco de medio punto. La pila es sobria en su decoración, de copa lisa únicamente animada por un bocelillo en su parte superior y decoración de sogueado en la unión de pie y vaso. El diámetro de la copa es de 118 cm por 103 de alto. Al exterior quedan muy patentes las intervenciones del siglo XVI transformando la visión del templo, sobre todo en la fachada meridional. El ábside se asienta sobre un fuerte desnivel, salvado mediante un zócalo de tres alturas, construido al igual que todo la iglesia primitiva en mazonería y reforzado con contrafuertes. Le recorre a media altura una imposta de cabezas de diamante. La cornisa se sostiene mediante modillones muy deteriorados, entre los que se observan formas humanas, animales y de rollos entre otros más simples con perfil en nacela. A tenor de los elementos estructurales y decorativos conservados, creemos que el inicio de sus obras se pudiera haber realizado hacia el segundo cuarto del siglo XIII.