EN EL CENTRO DE ESTE PEQUEÑO núcleo rural, en las proximidades de una pequeña plaza, destaca la iglesia parroquial de Pajares, dedicada a la advocación de Santo Domingo de Silos. Aunque el templo fue un edificio de características románicas, ha sufrido numerosas reformas a lo largo de los siglos, permaneciendo en pie pocos elementos de este románico popular tan característico de la comarca. Levantado en el siglo XIII y de autoría completamente desconocida, se construye este templo de nave única rectangular con presbiterio recto, ábside semicircular y un pequeño recinto murado en su parte más meridional. Además, se levanta en el muro de poniente, a los pies del edificio, una pequeña espadaña, la sacristía adosada al muro sur y una portada abierta en el muro meridional. El conjunto está exteriormente construido en mampostería con sillares en las esquinas, a excepción de los muros de poniente, norte y sur, que tienen un enfoscado que, en partes, se pinta para imitar mampostería o sillería. Los muros se levantan sobre un pequeño zócalo, y la iglesia queda rematada por una cubierta a dos aguas. Abierta en el muro sur a un pequeño recinto murado que rodea la iglesia en su parte más meridional, muestra en la actualidad, después de sufrir una serie de remodelaciones en los años sesenta, una puerta con arco apuntado, dovelado con recercado, sin decoración, que se apoya en el muro a través de una cornisa simple. En el mismo muro se han abierto, recientemente, tres ventanas labradas en piedra con arco de medio punto sobre jambas. Queda rematado todo este conjunto, en su exterior, por una pequeña espadaña y un ábside semicircular y ciego que concluye con dos roscas de teja vuelta. A los pies se levanta la espadaña de mampostería, con sillares que rematan las esquinas. De escasa altura, presenta en la parte superior dos pequeños ojos de medio punto para ubicar las campanas, con un remate en forma triangular. Se puede observar, además, el pequeño campanario, adosado recientemente en su parte trasera. En el interior, destaca la cubierta de madera, conservada a lo largo del tiempo, con el diseño original del siglo XIII. Un sencillo artesonado de simple armadura a dos aguas con soleras unidas a lo largo de los muros por dobles tirantes que descansan en unas bellas ménsulas de rollos. De escasa decoración, este artesonado presenta, en la parte de la cabecera, alguna característica diferencial: una pequeña cornisa sogueada en tonos dorados. Con apenas ornamentos y altares llama la atención en su interior, ya a los pies de la iglesia, bajo el coro, una pila bautismal, fechada quizás en el siglo XIV, según Nieto Taberné, de similares características a la conservada en Fuentes. Este admirable ejemplar, labrado en piedra y de notables dimensiones, consta de vaso y pie cilíndrico, un conjunto que presenta una altura total de 90 cm. Por su parte, el vaso, de 100 cm de diámetro exterior y 67 cm de diámetro interior, presenta una profundidad de 40 cm. Está tallado en su parte exterior con una rica decoración a modo de arquería, con arcos ligeramente apuntados que, en su interior, acogen tréboles góticos con capiteles vegetales y finas columnas. La arquería tiende a recogerse en el vértice del vaso y presenta unas enjutas con decoración vegetal. En la parte superior de la copa destaca, por otra parte, una cenefa con arcos de cuádruple cinta entrelazados.