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Fachada oeste de Sant Joan de la Comanda de l'Hospital

Identificador
25072_03_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.6661306,1.2713606
Idioma
Autor
Cristina Tarradellas Corominas
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Joan de la Comana de l'Hospital

Localidad
Cervera
Municipio
Cervera
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Joan de la Comarca de l'Hospital

Descripción

Iglesia de Sant Joan de la Comanda de l’Hospital

La antigua iglesia de Sant Joan de la Comanda de l’Hospital, conocida también como Sant Joan de Jerusalem, Sant Joan Baptista o Sant Joan Degollat, se encuentra en la calle Major, y, actualmente, es un espacio que se utiliza como sala de exposiciones anexa al Museu Duran i Sanpere.  

 

Cervera fue una de las primeras poblaciones catalanas en acoger una encomienda de la Orden hospitalaria, cosa que hizo a comienzos del siglo xii, concretamente en 1111. Se cree que su creación fue posible gracias a la donación de una iglesia realizada por Guillem de Cireza. Durante la segunda mitad del siglo xii, la Orden se convirtió en una de las principales receptoras de donaciones, junto a la Orden del Temple, también instalada en esta zona. Entre los benefactores conocidos relacionados con la ciudad de Cervera, merece una atención especial Marquesa de Saguàrdia, señora de la Espluga de Francolí. Gran devota de la Orden, fue la fundadora de la rama femenina de la institución en Cervera, y a ella se debe la creación de su convento femenino en 1245, un monasterio que acogía principalmente a mujeres procedentes de la nobleza catalana. Se encontraba en las afueras de la ciudad y era un establecimiento considerado como el más importante de los cuatro femeninos que existían en Cataluña. Pero tuvo una vida corta, ya que entre 1250 y 1262 se trasladó a Alguaire, donde Marquesa fue la primera priora. 

 

La Alta Edad Media fue una época muy beneficiosa para la institución, ya que fue recibiendo un número importante de donaciones, muchas de ellas procedentes de la casa condal y de la nobleza catalana, entre ellas la familia Cervera, que fue uno los principales avaladores. Gran parte de las propiedades de los hospitalarios de la Segarra se localizaban en la ciudad de Cervera, y estaban formadas, principalmente, por  arrendamientos urbanos. También tenia algunos derechos en poblaciones de los alrededores, como Biosca, Bellveí, L’Ametlla, Ardèvol, Castellfollit, El Vilar de Comalats, Cogul, Olius, Llorac, Boixadors o Biure. Una parte importante de los ingresos procedía de los castillos, entre ellos el de l’Ametlla, que fue una donación de 1215, el de la Guardia Lada, entregado por Marquesa de Saguàrdia en 1239, o el de Glorieta, éste en la vecina comarca de la Conca de Barberà. También disponía de algunas iglesias, como la de Sant Joan de Cabestany, en Montoliu de Segarra, donada por Marquesa en 1266, y en la que todavía se puede ver sobre la puerta una cruz que la identifica como propiedad de los hospitalarios. Con el tiempo adquirió hornos –con los que proveía de pan, no solamente a sus caballeros sino también a los habitantes de las poblaciones de los alrededores–, molinos y salinas en diferentes lugares próximos a Cervera. Todo este patrimonio, que puede parecer muy importante, no la convirtió en una encomienda rica. De hecho, la de Cervera es considera pobre en comparación con la otra encomienda de la comarca, la de Granyena. La diferencia radica en la procedencia de sus ingresos. La de Cervera tenía un carácter urbano, y dependía de las rentas derivadas de los censos patrimoniales que obtenía de las tierras e inmuebles sobre los que no ejercía el poder. Además, Cervera dependía directamente de la casa central de Rodas, que era la que nombraba a maestre, una circunstancia que impedía la ingerencia interesada de les casas nobles y, por tanto, la hacía menos atractiva.

 

A pesar de ello, el siglo xiii fue próspero, y así lo demuestran las cuentas de 1292 a 1319 y el registro de los censos. Pero las donaciones comenzaron a disminuir, y el descenso en los ingresos se hizo más evidente alo largo de los siglos xiv y xv. Aun así, los hospitalarios continuaron teniendo un gran prestigio social, participando y colaborando en las instituciones públicas. La Guerra civil catalana (1462-1472), destruyó gran parte de la ciudad, que quedo casi desierta. En aquel momento ya no quedaba ningún hospitalario en la casa y en la iglesia, y el procurador de la Orden en Rodas, encomendó su mantenimiento a un religioso del monasterio de Montserrat.

 

La capilla de Sant Joan de la comanda de l’Hospital de Cervera, fue en un principio la casa en la que se recogían los diezmos de la Orden, sin bien se reconvirtió en iglesia con posterioridad. Actualmente, el edificio está muy transformado. A raíz la decadencia de la Orden y la presión urbanística, acabó convirtiéndose en una parroquia vecinal, para, en el siglo xviii, integrarse entre les dependencias del Real Colegio de Educandas, una institución caritativa dependiente de la Fundación Martínez que se dedicaba a la educación de niñas sin recursos. Cuando ésta cerró, el edificio quedó abandonado. En el siglo xix algunos de sus muros ya se habían venido abajo, mientras que otros fueron alienados por las construcciones circundantes. Desposeído de sus funciones, el espacio quedó reducido a un almacén en el que se preparaban los pasos de la procesión del Corpus. Entre 1932 y 1935 se llevaron a cabo obras de rehabilitación para adecuar el espacio a las necesidades del Centre Comarcal de Cultura.

 

Del edificio medieval se pueden identificar la iglesia y la bodega. Aquélla presenta una nave rectangular, cubierta con una bóveda de cañón apuntada, reforzada por uno arco fajón apoyado en pilastras. En los muros laterales de la nave se abren unos arcos y arcosolios apuntados, algunos de ellos habilitados para desempeñar una función funeraria. En su interior se conservan algunos de los sarcófagos, escudos nobiliarios y fragmentos de elementos decorativos. El ábside, que ha desaparecido, se cree que seria semicircular y que sus restos estarían bajo la calle Major. En la fachada que lo sustituyó se encuentra la actual puerta de entrada al templo, cuya dovela central muestra la cruz que identifica el edificio como perteneciente a los hospitalarios. La fachada oeste fue totalmente reformada en el siglo xix, si bien, parte del portal que albergaba se conservó y fue rehecho de nuevo. Estaba formada por sillares, columnas nervadas y un dintel sobre el que había una moldura. Ambos lados del portal había  dos imágenes de ángeles. En lo que se refiere a la bodega, estructura recientemente recuperada para la ciudad, es un espacio en el que destacan los arcos apuntados. 

 

Exteriormente, parte del edificio original se puede ver desde la plaza de la calle Estudi Vell. Se pueden contemplar parte de un muro que queda literalmente engullido por unas casas. Está formado por sillares de diferentes medidas bien trabajados y dispuestos en hiladas bastante regulares. Presenta diversos vanos que corresponden a diferentes momentos de la vida del edificio, sobre todo de cuando se cambió la orientación del templo. Dos de ellos son unas ventanas elípticas simétricas. El muro se remata con lo que fue un campanario de espadaña de dos ojos que fueron reconvertidos en ventanas.

 

Las partes conservadas del edificio románico pueden datarse en el siglo xiii.

 

Texto y fotos: Cristina Terraddellas Corominas

 

Bibliografía


Bonneaud, P., 2008; Bonneaud, P., 2009; Catalunya Romànica, 1984-1998, XXIV, pp. 393-394; Duran i Sanpere, A., 1977, pp. 117-125; Salat i Noguera, M. T. y Cuñé i Sala, B. (dir.), 1993; Sans i Travé, J. M., 2011, pp. 201-225.