Santa Maria de Breda
Antigua iglesia de Santa Maria
La antigua iglesia de Santa María de Breda esta situada detrás de la parroquia de Sant Salvador, justo en el centro de la población. Actualmente es la sede del ayuntamiento y de un museo dedicado al artista novecentista local Josep Aragay.
No se tiene ninguna noticia específica de la fundación de Santa Maria, por lo que la historiografía se ha de guiar por el documento de consagración del monasterio de Sant Salvador, del 1038, en el que Santa Maria ya se nombra como propiedad de dicho cenobio. Así se entiende que dicha iglesia ya debería existir a finales del siglo ix o principios del siglo x. Durante siglos compartió parroquialidad con la iglesia monacal.
El edificio ha llegado hasta nuestros días muy restaurado debido al moderno cambio de funciones. El principal elemento arquitectónico románico que se conserva es el ábside, en el que hay unos restos de pinturas murales, mientras que el resto del edificio corresponde a varias reformas de época gótica y barroca.
En origen, Santa Maria era una iglesia de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón y encabezada por un ábside semicircular. Más tarde se le añadieron dos capillas laterales góticas a modo de transepto, cubiertas con bóvedas de crucería. En época moderna se construyó el campanario que se conserva actualmente.
El ábside, en su exterior, está decorado por arcuaciones típicas del llamado primer románico. El aparejo esta formado por sillares de medida regular colocados en hiladas horizontales bastante uniformes. A principios de siglo xx se abrió una puerta justo en el lugar que hoy ocupa una ventana de arco de medio punto, reconstruida en una restauración que se llevó a cabo en 1961. El conjunto pictórico del interior fue descubierto durante dicha restauración. Aunque está muy deteriorado, se pueden distinguir algunos elementos que ayudan a comprender el ciclo iconográfico representado en sus muros.
Se trataba de un programa dividido en tres registros, el contenido del cual, hoy en día, aún resulta difícil de descifrar debido al estado fragmentario en el que se encuentra. La parte mejor conservada es la del sector izquierdo del muro absidal.
En el registro superior se distinguen los trazos de una mandorla que podría haber formado parte de una representación de la Virgen. A la izquierda, y bastante bien conservado, se observa la figura de un ángel acompañada de un animal fantástico o dragón; dicho ángel podría ser san Miguel en la escena de la Psicostasis, siendo el dragón una personificación del mal o del demonio. En el registro central se conservan parcialmente tres escenas, enmarcadas por un recinto amurallado. En la primera aparecen dos personajes con nimbo; en la segunda, un personaje femenino y otro masculino que flanquean un árbol (podrían ser Adán y Eva); y de la tercera escena solo se conserva parte de un personaje femenino, también nimbado. En el centro, posiblemente, estaba representada una Crucifixión, de la cual se conserva el brazo derecho de la cruz y parte de la cabeza nimbada de Cristo, junto con otro personaje, muy borroso, a su derecha. Para terminar, el registro inferior está formado por una sucesión motivos geométricos creando cenefas
El conjunto de Santa Maria de Breda es el único ejemplo de pintura mural románica que se conserva en relativo buen estado en la comarca de la Selva. Por su estilo se tiende a adscribir el ciclo a un momento tardío del románico, alrededor del siglo xiii. Presenta retoques y repintes posteriores en varios sectores.
Texto y fotos: Marina García Carbonell – Planos: Isabel Font Mercader
Bibliografía
Ainaud de Lasarte, J., 1989, pp. 31-36; Catalunya Romànica, 1984-1998, V, p. 286-287; Coll i Castanyer, J., 1971; Monsalvatje y Fossas, F., 1889-1919, XIV, pp. 409-439, XVI, p. 141.