Santa Maria de Vall de Maria
Antiguo monasterio de Santa Maria de Vall de Maria
Llegando a la actual masía de Can Pou, situada en una llanura entre los municipios de Maçanet y Tordera, es difícil imaginar, debido a su actual estructura de masía, que allí existió un monasterio cisterciense. Se accede a este paraje a través de una pista rural particular, de unos 800 m, que se sale en el km 649,5 de la carretera N-II.
El antiguo monasterio femenino de Santa Maria de Vall de Maria de Maçanet fue uno de los primeros cenobios de tradición cisterciense de la Península Ibérica, incluso anterior al más famoso monasterio de Vallbona de les Monges. La primera noticia sobre el cenobio data de 1156, cuando la vizcondesa de Cabrera, Berenguera de Queralt, dona 20 sueldos a las bones feminis de Valle Maria. Dos años más tarde, en 1158, reaparece nombrado en una dotación bajo autorización de Berenguer de Maçanet y Gausfred de Rocabertí a la priora Ricsenda. En el año 1164, Almodis, hija del conde Ramon Berenguer III, otorga también una donación de tierras a Vall de Maria.
La mencionada Ricsenda fue la primera priora de este convento, de las nueve que se conocen. Dio inicio, esta dama, a la misión de fundación del convento, tal y como se explica en un documento de confirmación de sus bienes fechado en 1158: vivendo locum illum ad honorem Dei magnis laboribus eremo inter vepres, et spinas primum, ac noviter aedificaverunt. Siguiendo la hipótesis de A. Pladevall, se cree que esta priora procedía de la comunidad francesa de Nonenque, la cual actuó de casa madre en la fundación de Vall de Maria.
El año 1169, Vall de Maria se convierte en un anexionado del recién fundado monasterio de Sant Feliu de Cadins, en el Alt Empordà, aunque su priorato se mantuvo hasta el siglo xvi. En 1543, el papa Pío IV aceptó que la pequeña comunidad de monjas que quedaba entonces en Vall de Maria se trasladara al monasterio que ellas desearan; la elección fue el monasterio de Sant Daniel, en Girona.
Más tarde, ya en 1603, la abadesa de Sant Daniel arrendó el monasterio de Vall de Maria y sus tierras a la familia Jalpí, originaria del municipio vecino de Tordera. La abadesa impuso la obligación de la conservación de la capilla, y que esta no fuera profanada. La descripción de los bienes en la escritura demuestra que en el siglo xvii solamente existía la capilla y algunos restos de otras edificaciones que habían formado parte del conjunto monástico.
Sesenta años más tarde, en un documento de 1667, el entonces propietario de la casa, Josep Jalpí, afirma que la capilla se encontraba en un estado deplorable, tomada por bandoleros y utilizada como almacén. Además, las paredes y una imagen de la Virgen que allí se custodiaba estaban ennegrecidas por el hollín de algún fuego o incendio.
En la actualidad, la única dependencia que se conserva del antiguo monasterio es la mencionada capilla, que sin embargo queda casi completamente oculta en el exterior, debido al añadido de estructuras diversas. El interior sí mantiene su apariencia del siglo xii, aunque integrada en el conjunto de la masía. La iglesia consta de una sola nave, de planta rectangular y cubierta por una bóveda de cañón; hay un sencillo ábside semicircular en el costado oriental. Se ha conservado una puerta en el muro sur, que sería muy probablemente la que conectaba la capilla con el recinto conventual. En los muros laterales podemos observar también dos ventanas a ambos lados, todas tapiadas. Por otra parte, destaca un altar lateral situado al Norte de la nave, justo a la altura del presbiterio, que según la historiografía estaría dedicado a san Antonio abad.
El aparejo está formado por sillares irregulares, desbastados de forma sencilla y colocados en hiladas horizontales. Se trata de un recinto austero y de pequeñas dimensiones, dotado de un pequeño cuerpo occidental a modo de pórtico, construido ya en el siglo xvii.
Gracias a diferentes actuaciones de conservación y rehabilitación, impulsadas por el Taller de Història de Maçanet desde el año 2004, la capilla de Vall de Maria ha recuperado parte de su esplendor, siendo reinaugurada el 29 de junio de 2008. Sabemos, por antiguas descripciones y fotografías (hay una, por ejemplo, en el archivo municipal de Arenys de Mar y Arenys de Munt), que en la iglesia se custodiaba una talla de la Virgen con el Niño de estilo tardorrománico y factura popular. Dicha imagen se encuentra hoy en paradero desconocido, y en su lugar se ha colocado una reproducción hecha con cerámica por la escultora Maria Boada i Saló.
Texto y foto: Marina García Carbonell
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, V, pp. 308-310; Cruzado i Alorda, A., 2008; Pladevall i Font, A., 1968; Marqués Casanovas, J., 1983, pp. 331-336.