Santa Maria de Freixenet
SANT GUIM DE FREIXENET
El municipio de Sant Guim de Freixenet está situado en el extremo más oriental de la actual comarca de la Segarra. Se caracteriza por ser un territorio elevado, lo que facilita la aparición de torrentes, entre ellos, el de Freixenet, que da origen a dos ríos de la Segarra: el Sió y el Ondara. Su capital, que lleva el mismo nombre que el municipio, es un pueblo de formación reciente, cuyo nacimiento se remonta a la segunda mitad del siglo xix, cuando se construyó una estación de ferrocarril cerca de la población de Sant Guim de la Rabassa, que cubría la línea entre Barcelona y Lleida que pasaba por Manresa. Por eso, durante algunos años, el conjunto de edificios se conoció con el nombre de la Estació de Sant Guim. Se llega a esta población por la carretera B-100 que conecta con la autovía A-2 en La Panadella o por la LV-1003, que lo hace con la C-25, el Eje transversal, a la altura de Sant Ramon.
Los orígenes de las poblaciones que configuran el actual municipio datan del siglo xi, período en que este territorio fue ocupado por familias cristianas que procedían del Norte y del Este. En este siglo, ya existían las parroquias de Freixenet de Segarra, La Rabassa, Sant Domí y Sant Guim de la Rabassa, todas ellas pertenecientes al obispado de Vic hasta el año 1957, en que pasaron a depender de la diócesis de Solsona.
Iglesia de Santa Maria de Freixenet
La iglesia de Santa Maria se encuentra emplazada en la parte alta de la población de Freixenet de Segarra, localizada a unos 2 km al Noroeste de la cabeza del término municipal, desde donde se accede por la carretera LV-1003 en dirección a Les Oluges.
La iglesia de Frexened ya ostentaba la categoría de parroquia en la primera mitad del siglo xi, como lo confirma su presencia en una lista de parroquias del obispado de Vic que se data entre 1026 y 1050. También aparece, esta vez citada como Frexanet, en otra lista del obispado vicense correspondiente a la primera mitad del siglo xii, anterior a 1154. En el siglo xiii formaba parte del decanato de Urgell. En los años 1279 y 1280 hay constancia documental sobre su contribución a la décima papal. En el acta de la visita pastoral que en 1685 realizó el obispo de Vic, Antoni Pasqual, al templo, que en esos momentos formaba parte del decanato de Igualada, además de facilitar información sobre las posesiones de la aldea, se especificaba que el mismo tenía como sufragáneas las iglesias de Sant Andreu y Sant Guillem de Sant Guim de la Rabassa y Sant Cristòfol de la Rabassa.
Santa Maria de Freixenet es un edificio que a lo largo de los años se ha visto sometido a importantes reformas que han alterado profundamente su estructura original. De la antigua fábrica románica se conserva tan sólo la cabecera, formada por el ábside central y el absidiolo septentrional, pues del meridional solamente son visibles la marca de su trazado y los vestigios del arco preabsidal. En el siglo xix, la incorporación de una nave perpendicular al eje del templo, implicó la modificación de la orientación del culto, así como la destrucción de la nave románica, lo cual, unido a la falta de excavaciones, implica que únicamente se puedan plantear hipótesis sobre la configuración de su planta originaria. Cabe descartar la posibilidad de que se tratara de una planta basilical de tres naves, ya que la forma de la cubierta a dos aguas de los brazos del transepto no es compatible con dicho tipo de planta y los muros laterales de los primeros tramos de las presuntas naves laterales son demasiado gruesos, lo que indica que eran muros exteriores ya desde un inicio. Podría tratarse de un edificio de planta de cruz griega, modelo que parece que no tuvo demasiado éxito en los condados catalanes, y del que pueden citarse ejemplos como Sant Cugat del Racó y Santa Maria de les Esglésies. Sin embargo, la opción más probable es que tuviera una planta de cruz latina, similar, por ejemplo, a la que presentan iglesias como Sant Jaume de Frontanyà, Sant Martí Sescorts, Sant Tomàs de Riudeperes, Santa Eugènia de Berga o Sant Ponç de Corbera, los cuales, posiblemente seguían el modelo marcado por edificios tan relevantes como la catedral de Sant Pere de Vic o Santa Maria de Serrateix.
La cabecera del templo estaba formada por un ábside central, de mayor tamaño, y dos laterales cubiertos todos ellos por sendas bóvedas de cuarto de esfera. En el ábside principal seis lesenas, que han perdido numerosas piezas, determinan cinco entrepaños. Posiblemente, cuando con posterioridad se llevaron a cabo las obras de sobrealzado se eliminó el friso de arquillos ciegos con el que debía de contar y del que no queda vestigio alguno. En el entrepaño central se halla una ventana, actualmente tapiada, con arco de medio punto y doble derrame. De los dos absidiolos tan sólo se conserva el del lado septentrional, que presenta las mismas características que el central, si bien únicamente está compuesto por tres entrepaños. En el del medio se observan las trazas de una ventana cegada que probablemente tenía las mismas características que la del ábside central. Del absidiolo meridional apenas se conservan los restos del arranque de sus muros y el arco mediante el que se comunicaba con el brazo sur del transepto, en el cual todavía son visibles las dos vertientes de su cubierta original. El cimborrio, situado en el cruce del transepto con la nave, es de planta cuadrada y su cubierta actualmente es de una sola vertiente.
En la fachada sur se hallan las dos puertas de acceso al templo. La originaria de la obra románica, en el muro meridional del brazo del transepto, está tapiada y se componía de un arco de medio punto formado por dos grandes dovelas. En este mismo paramento, en la parte superior del frontis, se abre una ventana con arco de medio punto y doble derrame. La portada actual, ubicada en el sector occidental, es obra de las reformas acometidas en siglo xix. El brazo septentrional del transepto cuenta con dos ventanas, una con forma de cruz latina, de época románica, y la otra rectangular y de factura moderna. La torre campanario que está adosada en el lienzo occidental corresponde a un periodo posterior.
El aparejo está formado por sillares de tamaño mediano realizados en piedra sedimentaria, muy abundante en la comarca de la Segarra, y dispuestos en hiladas regulares y uniformes. Todavía se pueden observar mechinales en las distintas zonas de los paramentos.
El interior de la nave, inicialmente debía de estar cubierto con una bóveda de cañón, misma cubierta que puede observarse en el amplio presbiterio. El ábside central del antiguo templo románico, que tras las reformas se convirtió en la capilla del Santísimo, está precedido por un arco presbiteral de medio punto en gradación. Recorre la base de las bóvedas del ábside y del presbiterio una moldura trapezoidal biselada. Los arcos descansan sobre pilastras adosadas al muro. El absidiolo lateral septentrional permanece tapiado al interior, al igual que los arcos que comunican el crucero con los brazos del transepto.
A la iglesia parroquial de Santa Maria de Freixenet puede asignársele una datación hacia de finales del siglo xi o comienzos del xii.
Texto: Helena Soler Castán/Juan Antonio Olañeta Molina- Fotos: Helena Soler Castán
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, XXIV, pp. 454-456; Llobet i Portella, J. M., 1992, pp. 57-62; Pladevall i Font, A., 1972; Pladevall i Font, A., 1976, p. 13; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1981, pp. 271-273.