Sant Iscle i Santa Victòria de Talltendre
BELLVER DE CERDANYA
Iglesia de Sant Iscle i Santa Victòria de Talltendre
La aldea de Talltendre –denominada Taltenar o Taltennar en el siglo ix y Taltendre, en el xii– está situada entre los valles de la Llosa y de la Tova, en la Solana occidental, bajo el Pelat de Talltendre Se llega a Talltendre tomando una pista asfaltada en dirección noreste a la altura del kilómetro 196,7 de la carretera N-260, hacia el Camí de Cortàs a Ordèn. Rebasado Ordèn al cabo de 6 km, se continúa durante 1,7 km hasta Talltendre, uno de los pueblos más altos del Pirineo. La iglesia se encuentra en la parte más alta de la población, en vecindad con un albergue ubicado en una antigua masía.
El templo, que formaba parte del Pagus Tollonensis, aparece citado en el acta de consagración de Santa Maria de la Seu d’Urgell de 839. En 1170, Sicards, en su testamento, nombraba albaceas al arcediano Ponç, a su mujer Berenguera y a Berenguer de Saga, repartía su patrimonio entre su esposa y sus hijos, y dejaba legados a diversas iglesias entre las que se incluía Sant Iscle. En la relación de iglesias visitadas por los delegados del arzobispo de Tarragona entre 1312 y 1314 se citaba como Sancti Aciscli de Taltendre. Las advocaciones de san Acisclo y santa Victoria, compartida por otras iglesias de la Cerdanya (Béixec, Ordén, Sanavastre, Vilanova de les Escaldes), llegaron a Talltendre, probablemente, de la mano de monjes o curas de origen mozárabe, posiblemente de Córdoba, durante el siglo ix. En agosto 2012 se procedió a la consolidación y reparación de su maltrecho tejado, así mismo, se cortaron varios árboles que impedían la observación del edificio y se adecentó el entorno.
Se trata de un edificio de planta rectangular y, como la mayoría de iglesias de la zona, de una nave con ábside semicircular. También tiene una torre campanario adosada al ángulo suroeste, que se debió de añadir en una etapa posterior a la construcción inicial, datada alrededor del siglo xii. Los muros son gruesos, de aproximadamente 1 m de grosor, y el aparejo de piedra calcárea grisácea de la zona, de tamaño regular, a base de sillarejos alargados, dispuestos en hiladas. El ábside, presenta basamento, tambor, y cornisa en caveto. Se localizan dos ventanas de doble derrame, una en el centro y otra en el lado de la epístola. Ésta, enmarcada por dovelas de piedra martilleada, mientras la central presenta el arco mal reconstruido. La entrada al edificio se hace a través de una puerta situada en el muro sur que consta de tres arcos en gradación de piedra calcárea rojiza, de los que destaca el interior, en forma de dintel semicircular.
Al observar el muro meridional, se aprecia un gran arco tapiado que indica dónde se ubicaba la capilla lateral, hoy desaparecida, al igual que la sacristía. El muro presenta a su vez, diversas ventanas abiertas en época moderna. A partir de la puerta, el aparejo es más irregular en tamaño y corte. También se observa una ventana adovelada, que seguramente se tapió para contribuir al sostenimiento de la torre campanario. La fachada occidental posee, así mismo, una ventana de doble derrame adovelada. La limpieza del entorno, realizada recientemente, permite así mismo observar el muro norte donde se aprecia un arco tapiado que marca la ubicación de otra capilla lateral, hoy desaparecida.
Ya en el interior, el ábside y la nave presentan bóvedas ligeramente ojivales, sin imposta en el arranque. A excepción del ábside, que está pintado simulando la bóveda celeste, el resto del edificio está en un estado de conservación deficiente.
Texto y fotos: Montse Jorba i Valero
Bibliografía
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