Sant Serní de Nabiners
RIBERA D’URGELLET
Iglesia de Sant Serni de Nabiners
Los restos de la antigua iglesia de Sant Serni custodian el despoblado de Nabiners, sito en el altiplano conocido como Camps de Nabiners. Para acceder al lugar debe tomarse la pista asfaltada que une La Seu d’Urgell y Les Bordes d’Arfa para emprender el camino sin pavimentar que remonta la sierra de Nabiners inmediatamente después de cruzar el río de Casanoves. La pista está señalizada con marcas de sendero y de ruta ciclista, y desde la palanca de La Seu, el trayecto es de unos 5 km.
Nabiners y la parroquia de Sant Serni aparecen con relativa frecuencia en la documentación medieval conservada, normalmente empleados como referencia para delimitar terrenos que cambiaban de manos, especialmente a lo largo de los siglos xi y xii. La iglesia es citada en la falsa acta de consagración de La Seu d’Urgell –aunque figura fechada en 839, se cree que fue realizada entre finales del siglo x e inicios del xi–y, a principios del siglo xi, en un testamento como la domum Sancti Saturnini qui est in Nabineros. Asimismo, la parrochia de Nabiners fue incluida en la relación de posesiones de Arnau Mir de Tost confeccionada en 1046. Notablemente modificada en época moderna, es posible que la iglesia mantuviera el culto hasta los años 70 del siglo xx, fecha en la que Nabiners fue abandonado.
El edificio se encuentra en tan mal estado de conservacion que su degradación, lamentablemente, parece haber llegado a límites difícilmente reversibles. Su planta está formada por una sola nave rectangular y una cabecera plana que probablemente no se corresponde con el ábside original. La transición entre la nave y la zona presbiterial se articulaba por medio de un arco triunfal de medio punto, actualmente aún en pie, aunque visiblemente inestable. El ábside se cubría con un tramo de bóveda de cañón, mientras que la nave presentaba una techumbre envigada, fruto del recrecimiento de sus muros en época tardomedieval o moderna. La entrada se efectuaba por el muro meridional, a través de una puerta de arco de medio punto formado con dovelas de gres rojo, y a la cual se accedía tras superar un tramo de escaleras. Son escasos los vanos con los que cuenta, pues solamente es atribuible a la construcción original la estrecha ventana del muro norte, de doble derrame y arco de medio punto monilítico.
El aparejo de sus paramentos es notablemente irregular, y está compuesto por piedras de caliza ligadas con mortero, reforzado con bloques más robustos en las esquinas. Destaca especialmente la presencia de opus spicatum, actualmente tan sólo presente en la parte baja del muro noroccidental, aunque consta la existencia de hiladas similares en la parte alta del muro meridional.
La mayor parte de las estructuras conservadas son posteriores a la construcción del conjunto. Así, en el tramo de nave inmediatamente anterior al arco de triunfo se abrieron dos pequeñas capillas de planta cuadrangular y bóveda de cañón, cada una con un pequeño altar e iluminadas por sendas ventanas de un solo derrame. La sacristía, de planta cuadrangular y cubierta inclinada, se levanta en el flanco sur del ábside ocupando una superficie similar a éste. La intervención más destacada fue el recrecimiento de los muros –aún visible por el cambio de aparejo y las cicatrices de las vigas en el lienzo de muro Norte que aún se mantiene en pie–, que permitió la incorporación de un coro y de ventanas saeteras, según fuentes orales. Rematando la fachada occidental se encontraba una imponente espadaña de dos ojos, la cual disponía de una ventana central que eventualmente fue cegada, recientemente desaparecida. Finalmente, cabe mencionar la presencia de pinturas en el muro absidal, probablemente de época gótica, así como la existencia de una pila bautismal con elementos decorativos moldurados en yeso.
La construcción de este edificio podría ubicarse a caballo de los siglos xi y xii.
Texto: Esther Solé Martí/Juan Antonio Olañeta Molina - Fotos: Esther Solé Martí
Bibliografía
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