Pasar al contenido principal
x

Vista general de Sant Quiri de Alins de Vallferrera

Identificador
25017_02_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.54498, 1.31552
Autor
Azucena Povill Espinós
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Quiri de Alins de Vallferrera

Localidad
Alins de Vallferrera
Municipio
Alins de Vallferrera
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Quiri de Alins de Vallferrera

Descripción

ALINS DE VALLFERRERA

Ermita de Sant Quiri de Alins de Vallferrera

La ermita de Sant Quiri, también conocida como Sant Quirze, Quirc o Quir, se halla sobre un altozano que se alza a la entrada de la localidad. Justo antes de entrar al casco urbano hay que tomar un pequeño camino que sale a la derecha, bordeando los colegios, y que, recorridos unos 300 m, lleva a los pies de la peña, a la que se accede por un sendero, de unos 100 m, que arranca a mano derecha.

 

Aunque hay indicios de que se trataba de la capilla castral de la antigua fortaleza de Alins –mandada destruir en 1513 por el duque de Cardona–, no se ha conservado ninguna referencia explícita a la misma. La mención más antigua a ipsa parrochias de valle Tirbiense [...] sive Helinsi, aparece, sin que se especifique su advocación, en la falsa acta de consagración de la catedral de La Seu d’Urgell. Para la siguiente noticia, hay que esperar hasta la visita pastoral de 1758, en la que se dejaba constancia de que en la aldea existía una parroquia que cumplía las condiciones necesarias para realizar culto. En 1845, Pascual Madoz, daba nuevamente testimonio de la existencia de la ermita de San Quirce y de su ubicación. En el siglo xx fue abandonada, probablemente como consecuencia de la Guerra Civil española, lo que provocó daños irreparables en gran parte de su estructura. Entre 1986 y 1987, y gracias a la colaboración entre distintas agrupaciones y administraciones de carácter local y regional, y por iniciativa de la Associació pel Patrimoni de la Vall Ferrera, se llevaron a cabo trabajos de consolidación y restauración de la pequeña capilla, de la que sólo permanecían en pie el ábside y el muro norte y, parcialmente, el oeste. En 2003 se descubrieron unos grafitos con caracteres visigóticos que motivaron que, al año siguiente, se realizara una campaña de excavación durante la que se localizaron un conjunto de inscripciones, con una cronología muy amplia, así como, los cimientos de un edificio anterior.

 

La ermita de Sant Quiri es una construcción que presenta una planta compuesta por una sola nave rectangular de pequeñas dimensiones –8,90 m de largo y 4,80 m de ancho–, y un ábside semicircular –de 2,80 m de profundidad y 3,60 m de luz–. En el centro de éste se abre una ventana de un solo derrame y arco de medio punto de losas radiales con alféizar monolítico. Corona el paramento absidal un friso de arquillos ciegos que arrancan de unas pequeñas losas, colocadas verticalmente, a modo de ménsulas, del que sólo es original el sector norte. En el tramo occidental del muro septentrional, se encuentra la puerta de acceso, de arco de medio punto con dovelas formadas por losas colocadas radialmente. Esta ubicación poco habitual, viene condicionada por la orografía de la plataforma sobre la que se asienta la iglesia. En el paramento oeste, uno de los más afectados en los trabajos de consolidación, se halla una ventana de pequeñas dimensiones y de perfil rectilíneo. En diferentes lugares de los paramentos perimetrales del edificio se abren, a distintas alturas, una serie de pequeños orificios, a modo de mechinales, que presentan un dintel monolítico hecho con una pequeña losa dispuesta horizontalmente. La techumbre sobre la nave se resuelve mediante un tejado de losas de pizarra a doble vertiente.

 

En el interior, mientras que la nave está cubierta por una armadura de madera incorporada en la restauración, en el ábside se utiliza la habitual bóveda de cuarto de esfera. Ambos espacios están separados por un tramo presbiterial que no ha conservado su cubierta, que podría haber sido una bóveda de cañón. Parte del suelo está formado por el afloramiento rocoso donde se asienta el edificio.

 

El aparato constructivo original está compuesto por sillarejo de losas dispuestas horizontalmente, y se distingue con bastante claridad del que corresponde a la restauración, mucho más compacto y con otra tonalidad, especialmente visible en los muros sur y oeste.

 

Determinar una cronología concreta para el conjunto resulta muy complejo. Sin bien las formas arquitectónicas, especialmente en el caso de la cabecera, apuntan a que se trataría de una construcción propia del siglo xi, el estudio arqueológico de las estructuras concluye la existencia de diversas fases constructivas: la primera construcción, de datación y funciones indeterminadas, y de la que sólo queda un pequeño fragmento en el sector meridional, desapareció con la gran remodelación en la que se elevó el edificio propiamente románico, igualmente modificado en una reforma posterior al siglo xv.

 

Grafitos

 

Un elemento destacable es el conjunto de grafitos que se han localizado en una serie de pizarras y areniscas con la cara exterior pulida y alisada. Son muchas y muy diversas, pero las mejor conservadas están en el exterior de la fachada norte. El más interesante se halla en una pizarra con forma paralelepípeda y con las aristas desbastadas. El texto, que según afirman Padró y Fiz, está escrito en letra visigótica cursiva, se halla fragmentado, lo que hace pensar en una reutilización de la piedra como material constructivo. Estas inscripciones parecen tener una cronología muy amplia, de las que para la más antigua y destacable se puede establecer una datación aproximada de entre los siglos vii y ix. Sin embargo, seria necesario un estudio paleográfico más cuidadoso para interpretar su cronología con mayor precisión.

 

Texto y fotos: Azucena Povill Espinòs

Bibliografía

 

Baraut i Obiols, C., 1986, doc. 2; Barral i Altet, X., 1981, pp. 254-255; Bosch González, M., 2001, pp. 34 y 37; Cabestany i Fort, J.-F. et alii, 2004, pp. 32-35; Castells Catalans, Els, 1967-1979, ii, p. 1473; Catalunya Romànica, 1984-1998, vi, p. 317; Catalunya Romànica, 1984-1998, xv, p. 111; Madoz Ibáñez, P., 1985, i, pp. 36-37; Padró Centellas, E. y Fiz, J. V., pp. 1-2; Pallás Arisa, C., 1962, pp. 140 y 143; Sarraté i Forga, J., 1969-1970, pp. 106-136; Sudrià i Andreu, X., 2011, pp. 301, 340 y 351-352; Tragó, P., 1982, p. 54; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1987-1990, I, pp. 171-172, 187, 187, 197, 199-201, 216, 219-221, 248-253, 255, 279-280, 282-283, 288-290, 294, 297-298, 308-309, 315, 319, 325, 343-344 y 353-354.