Sant Joan de Montanissell
COLL DE NARGÓ
Iglesia de Sant Joan de Montanisell
Se llega a Montanisell tras recorrer poco más de 11 km por una carretera que sale de Organyà en dirección hacia el Este. La iglesia dedicada a san Juan está situada en un cerro al Oeste del pueblo, al pie de la sierra de Sant Joan.
En 988 el conde Borrell II permutó el lugar de Montangocello, entre otros, con el obispo Sal·la. La propiedad sobre Montanicello por parte del obispado de Urgell fue confirmada en sendas bulas de Silvestre II en 1001 y Benedicto VIII en 1012. En el testamento de Arnau de Caboet de 1170, éste lega a su hija Arnaua este lugar, entre otras posesiones. En 1253 el vizconde de Castellbó compró los derechos sobre el castillo y el lugar de Montanisell. No se conservan noticias de época medieval sobre el templo, salvo la sospecha de que podría referirse al mismo la mención a un altar dedicado a san Juan, que era citado junto a otro a san Clemente –Sant Climent de Coll de Nargó–, entre 1040 y 1060. Unos 400 m al Sur de la población actual, sobre una elevación conocida el Tossal, se halla los restos del antiguo asentamiento, el cual todavía estaba activo en el siglo xvi.
Se trata de un edificio que presenta una planta compuesta por una nave rectangular, algo irregular, y un ábside semicircular. El paramento exterior de éste es liso y se encuentra coronado por un friso de arquillos ciegos, apoyados en pequeñas ménsulas triangulares, los cuales enmarcan piezas semicirculares. Sobre ellos, y bajo la cornisa, discurre una moldura biselada. En el centro del muro se abre una ventana de doble derrame y arco de medio punto. Un segundo vano, rectangular y sin abertura al interior, se encuentra en el lado sur del ábside. Mientras que el muro lateral septentrional de la nave es liso y carece de vanos, en el tramo oriental del meridional se localizan dos ventanas. Una, la más cercana al ábside, parece una aspillera, pues es estrecha, alargada y de derrame simple hacia el interior; la otra, es de doble derrame y arco de medio punto. En el sector occidental del lienzo se sitúa la puerta, de arco de medio punto formado por dovelas bien labradas y escuadradas. La fachada occidental es totalmente lisa, cuenta en su centro con una ventana rectangular de derrame simple hacia el interior y está rematada mediante una moderna espadaña de un solo ojo. La techumbre que cubre el ábside es troncocónica, realizada con losas de piedra, mientras que la de la nave es moderna, de doble vertiente con losas de pizarra.
Ya en el interior, la nave se cubre con bóveda de cañón levemente apuntada, reforzada por dos arcos fajones, también apuntados, apoyados en pilastras, que determinan dos tramos. Uno de estos arcos está pegado al muro oeste. Por su parte, el ábside se cubre con una bóveda de cuarto de esfera apuntada, y está precedido por un espacio presbiterial cubierto con bóveda de cañón, que, a su vez, está separado de la nave por un potente arco apoyado en unas pilastras de mayor anchura. Salvo la zona superior del ábside y en algunos fragmentos de la bóveda de la nave, los paramentos interiores están recubiertos de enlucido. En los pies del templo se construyó en 1571 un coro de madera elevado. Salvo en el hemiciclo absidal, un banco recorre la parte inferior del perímetro de los muros.
El aparejo utilizado está formado por irregular sillarejo trabajado muy toscamente y dispuesto en hiladas que intentan ser uniformes. Mientras que los lienzos absidal y meridional conservan en buena medida el revoque que les cubría, el mismo ha desaparecido en el muro norte y en la fachada occidental. Asimismo, la presencia de mechinales es otro aspecto que diferencia ambas zonas, pues los mismos se concentran en el ábside y, sobre todo, en el muro sur, en el que están distribuidos en tres hileras horizontales.
Si bien se ha situado la construcción de este edificio en el siglo xii, el apuntamiento de las cubiertas interiores permite concretar dicho margen cronológico en la segunda mitad de dicha centuria.
Texto: Juan Antonio Olañeta Molina - Fotos y planos: Xavier Cerqueda Ribó
Bibliografía
Baraut i Obiols, C., 1980, pp. 78-79; Baraut i Obiols, C., 1981, pp. 38-40; Baraut i Obiols, C., 1988-1989, pp. 86-87; Bertran i Roigé, P., 1979a, p. 282; Catalunya Romànica, 1984-1998, VI, p. 185; Miret i Sans, J., 1916, docs. 44; Tragó, P., 1982, pp. 34-37; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1977, pp. 82-83.