Sant Genís de Tost
RIBERA D’URGELLET
Iglesia de Sant Genís de Tost
Esta pequeña iglesia se yergue en un risco sobre la orilla derecha del río de Tost, en el tramo medio del valle homónimo. Aunque visible desde la distancia, el acceso presenta alguna dificultad y la última aproximación debe realizarse a pie. Para ello, es necesario dirigirse a Torà de Tost tomando la carretera que arranca hacia el Este a la altura de Els Hostalets de Tost, poco antes del kilómetro 171 de la carretera C-14. A unos 2 km al Este de Tost, inmediatamente después de unas marcas de sendero rojas y amarillas, la carretera hace un giro muy cerrado a la derecha, punto donde se inicia la aproximación a la iglesia. Será preciso descender hacia el río a través de una trocha de fuerte pendiente, poco marcada y muy colonizada por vegetación. Una vez en el río, debe remontarse su trazado por la orilla izquierda hasta encontrar claras marcas de pintura azul y amarilla que indican el mejor paso para vadear el río y conducen hacia la iglesia, ubicada en un recodo del antiguo camino que unía La Seu d’Urgell con Torà de Tost y Sauvanyà.
Este templo no es mencionado en la relación de iglesias de la falsa acta de consagración de La Seu d’Urgell –documento que, aunque fue fechado en 839, en realizda fue falsificado en el último tercio del siglo ix–. En el acta de consagración de Sant Martí de Tost, de 1040, se menciona Sancti Genesii como afrontación de un terreno en las llanuras de Torà de Tost, que podría hacer referencia a este templo.
Se trata de una pequeña iglesia de una nave rectangular y un ábside semicircular de menores dimensiones. Exteriormente, su paramento es liso, y en su centro se abre una ventana de doble derrame y arco de medio punto de dovelas realizadas con piedra toba. Del mismo material es la moldura biselada que, bajo la cornisa, recorre su parte superior. Dos amenazantes grietas atraviesan el lienzo verticalmente. Mientras que en el tramo oriental del liso muro meridional se abre una alargada y estrecha ventana rectangular de doble derrame, en su lado oeste se hallan los restos de una portada cegada, formada por un arco de medio punto recortado en bloques de piedra toba, que posiblemente no fue la original. El acceso actual al interior, formado por un arco de medio punto, se encuentra, algo descentrado, en la fachada oeste. En él se conservan los restos de una placa de yeso que reza 1768, posiblemente la fecha de ejecución de algunas reformas del templo. Sobre la puerta, en el centro del frontis, se abre una ventana cruciforme. Una potente grieta vertical, situada en el lado sur, es claro testimonio de los problemas de estabilidad de este edificio. En la parte alta del muro septentrional se aprecian dos bloques de piedra que sobresalen perpendicularmente del lienzo y que, probablemente, son los vestigios de unos elementos de soporte de una estructura aneja a la iglesia, de la cual actualmente nada se conserva. Frente a la fachada occidental se alzan tres pilares equidistantes que quizas formaban parte de un porche. El hastial de la fachada se eleva por encima de la nave, la cual está cubierta por un tejado a doble vertiente de losas de piedra, que deviene troncocónico en el ábside.
El aparejo está compuesto por sillarejo de tamaño mediano y gres rojo característico de la zona, dispuesto en hiladas relaticamente uniformes. En cualquier caso, el material está más cuidadosamente trabajado y colocado en el ábside que en el resto de los paramentos. Se conservan restos de revoque especialmente en la fachada y el ábside, donde pueden apreciarse una líneas incisas, probablemente de época moderna.
El interior del templo, que presenta un estado de conservación bastante lamentable, se encuentra algo alterado por intervenciones de época moderna. La nave está cubierta con una bóveda de cañón apuntada, mientras que el ábside hace lo propio con una bóveda de cuarto de esfera, también ligeramente apuntada, que arranca de una imposta biselada. Un arco presbiterial articula la transición entre la nave y el espacio absidal. Como parte de las transformaciones del templo, se añadió a sus pies un coro elavado. Recorren la base de los muros laterales dos bancos corridos de mampostería y poca altura A excepción de la parte central del ábside, todo el interior está revestido con un grueso enlucido de yeso, que presenta restos de decoración pictórica en la parte externa de la cabecera, donde también se abren, a distinta altura, dos credencias cuadrangulares.
Puede situarse la construcción de este edificio en la segunda mitad del siglo xii.
Texto: Juan Antonio Olañeta Molina/Esther Solé Martí - Fotos: Esther Solé Martí
Bibliografía
Baraut i Obiols, C., 1978, pp. 121-124; Catalunya Romànica, 1984-1998, vi, p. 302, Gascón i Chopo, C., 2010d; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1977, pp. 125-126.