VALL DE BIANYA

El municipio de la Vall de Bianya engloba un conjunto de pequeños valles enclavados en un fértil territorio que conforma uno de los entornos naturales y patrimoniales más apreciados de la Garrotxa. La carretera N-260 cruza el territorio de Este a Oeste, partiendo desde Olot.

El municipio está formado por diversos núcleos de población y masías dispersas, que se organizan, desde antiguo, alrededor de alguna de las quince iglesias románicas que todavía perviven en el valle. La gran mayoría de ellas fueron total o parcialmente destruidas por los terremotos de 1427 y 1428, que afectaron muy gravemente a toda la zona, tal y como explican algunos documentos antiguos: los llochs de la vall apellada Bisanya e de la montanya del vescomtat de Bas son destrohits ey es morta molta gent (los lugares del valle llamado Bisanya y de la montaña del vizcondado de Bas son destrudos y ha muerto mucha mucha gente). Este grupo de iglesias, reconstruidas poco después del desastre siguiendo el modelo original, conforman, hoy por hoy, uno de los conjuntos patrimoniales más pintorescos del románico catalán.

Iglesia de Sant Andreu de Porreres

La iglesia de Sant Andreu de Porreres se encuentra situada en pleno valle de Bac, a los pies de la montaña del Puig Ou. Fue tradicionalmente la principal iglesia de este valle, que forma el sector septentrional del municipio de la Vall de Bianya. Se accede al templo partiendo de la pista forestal, bien asfaltada, que recorre todo el valle y llega hasta Sant Pau de Segúries, en la vecina comarca del Ripollès. Hay que tomar un desvío a mano derecha, que sigue el torrente de Porreres.

Según el historiador J. Pagès, la mención más antigua de esta iglesia aparece en un documento fechado en el año 946, aunque la primera referencia explícita es del 977. Fue entonces cuando el conde-obispo Miró otorgó al recién fundado monasterio de Sant Pere de Besalú los alodes quos habeo in predicto comitatu in locum qui dicitur Porrarias, Ecclesiam in honori Sancti Andreae sitam cum decimis et primiccis et oblaciones fidelium et totam ipsam. Un año más tarde, son confirmados al monasterio la donación de huertos, casas, pastos, bosques, aguas y molinos habidos en el sitio de Porrarias. También la abadía de Santa María de Ripoll poseía propiedades en el lugar, según consta en una bula otorgada por el papa Sergio VI en el año 1011. Más tarde, la Ecclesia de Porcariis aparece documentada en las Rationes Decimarum de los años 1279-1280, y en el Llibre Verd de la catedral de Girona, del 1362.

Sant Andreu de Porreres es un edificio representativo de la arquitectura rural del siglo xii, aunque su aspecto original ha sido muy modificado por las reformas modernas. El templo primitivo constaba de una sola nave, cerrada por un ábside semicircular a levante, único elemento de la fábrica románica que actualmente se conserva. Los muros absidales están construidos con pequeños sillares ordenados en hiladas regulares, y en su parte superior van perfilados por una cornisa y un friso sostenido por ménsulas. En origen, la luz penetraba al interior del edificio a través de dos vanos abocinados, pero uno de los contrafuertes exteriores, construidos justo después de los terremotos de 1427 y 1428, cegó una de las dos ventanas.

Texto: Luisa Amenós Martínez

Bibliografía:

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