LA ACTUAL ERMITA DE SANTAMERA, puesta bajo la advocación de Nuestra Señora de la Cabeza, fue en origen una iglesia consagrada a San Martín. Alfonso III donó ésta a la catedral de Oviedo en el año 905, según un documento que, a pesar de ser uno de los falsos testamentos redactados en el scriptorium del obispo Pelayo, permite afirmar la existencia del mencionado templo de San Martín en las tres primeras décadas de la decimosegunda centuria. Dicha iglesia, dedicada al obispo de Tours, cambió de advocación, como se ha dicho, y pasó a convertirse en una capilla dependiente de la iglesia parroquial de Selorio, quizás en la Edad Media. La fábrica de la actual capilla de Santa Mera data de finales del siglo XIII o de principios de la centuria siguiente, según se desprende de su análisis estilístico, por lo que pudo sustituir a otra estructura perteneciente al templo mencionado en el siglo XII dentro del falso testamento de Alfonso III. Tiene un esquema sencillo de nave rectangular única y capilla cuadrada, y cuenta con dos portadas a través de las que se accede al interior de la nave. Una de éstas se abre en el imafronte y fue construida en época reciente en el lugar de la que debió de ser principal, por emplazamiento y estructura. La otra, situada en el costado meridional del templo, mantiene la factura románica y se compone de un arco apuntado que se protege por un guardapolvo decorado mediante una serie de torpes zigzag; el arco, de una sola rosca, reposa directamente sobre jambas rematadas en gruesas impostas, molduradas con tres listeles superpuestos. Un pórtico posterior envuelve el lado meridional y la fachada, que se remata con una espadaña también de nueva traza. Como se ha dicho, la nave remata en una cabecera cuadrada cuyo tejado, a doble vertiente, se prolonga sobre una sacristía añadida al muro meridional. En el interior se ha perdido la cubierta original de la nave, que sería de armadura de madera, como las restantes del entorno. La cabecera cuadrada conserva su bóveda, que en relación con la cronología tardía de su construcción es de cañón apuntado. Su base se asienta sobre sendas impostas lisas que recorren los muros de la capilla, iluminada mediante una ventana perforada en fecha incierta. En el ingreso a este espacio se encuentra un arco triunfal que está enmarcado por un guardapolvo y apoyado en columnas rematadas por toscos capiteles troncopiramidales. Éstos presentan hojas, cabezas humanas y frutos, y se coronan con cimacios ornados mediante zigzag y bolas. La sencillez estructural y decorativa que caracteriza a numerosos templos tardíos situados en la comarca de Villaviciosa (San Juan de Camoca, Santa María de Sariegomuerto y Santo Tomás de Coro, entre otros) se acentúa en la capilla de Santa Mera. En efecto, el arco triunfal de ésta solamente cuenta con una columna acodillada a cada lado, mientras que los de las otras iglesias mencionadas poseen tres pares. Además, Santa Mera no cuenta con la ventana estructurada con un arco sobre columnas que en otros ejemplos realzaba el muro de testero. Por otro lado, dicha ermita, situada en la parroquia de Selorio, presenta relieves mucho más toscos que estas iglesias y refleja un desconocimiento del sistema de proporciones aplicado en la fase de plenitud del estilo, pues su cabecera es demasiado baja con respecto a su nave única. Por lo tanto, la capilla de Santa Mera dataría de finales del siglo XIII o más bien de principios del XIV, pues en ella se acusa sobremanera la simplificación estructural y el distanciamiento de las soluciones románicas que aún permanecían en otros ejemplos románicos tardíos de la comarca comentada.