EN LA MISMA LOCALIDAD se encuentra la ermita de Santa Brígida, una de las tres que citaba Madoz a mediados del siglo XIX. Es un edificio de planta rectangular con una sola nave y cabecera cuadrada, todo ello realizado en sillarejo. Los muros, que carecen de cualquier ornato, se coronan con una cornisa de bisel soportada por una sencilla línea de canecillos, en su mayor parte de proa de barco. En el lado meridional se abría la portada -hoy cegada- formada por un arco de medio punto liso. Al interior se accede actualmente por un portón metálico situado a los pies de la nave, pues el edificio se ha utilizado como nave agrícola. El arco de triunfo que separa la nave del ábside fue modificado en época posterior y es de medio punto rebajado. El conjunto se cubre con una techumbre de madera pésimamente conservada. En cuanto a la cronología podemos indicar que es una obra tardía, ya de principios del siglo XIII.