Iglesia de la Mare de Déu de la Vilavella de Basturs

La iglesia de Vilavella de Basturs se asienta sobre una de las crestas de la montaña de Sant Corneli, en un lugar de difícil acceso en la ladera meridional, al que se llega saliendo desde el pueblo de Basturs en dirección Norte. Una vez en campo abierto, se ha de ascender a pie hasta la cima, donde se conservan los escasos vestigios de este templo.

Lamentablemente, la ausencia de noticias documentadas no ayuda a datar el edificio ni a trazar su historia constructiva. Los restos del despoblado cercano a la iglesia, así como la envergadura del templo y la toponimia del lugar, llevan a plantear la posible existencia de una aldea de cierta importancia en esta zona, que poco a poco quedaría deshabitada en beneficio del actual pueblo de Basturs.

Del edificio románico, cuya planta estaba constituida por una sola nave y un ábside semicircular,  tan sólo se ha conservado, en estado muy deficiente, buena parte del muro septentrional –que ronda los 15 m de largo–, parte de la cabecera y un fragmento de la fachada oeste. Dos arcos formeros abiertos en el paramento interior norte, además de reforzar la estructura, forman sendos arcosolios que podrían haber sido utilizados a modo de capillas. La nave estaba cubierta con bóveda de cañón, cuyo arranque se aprecia en la parte superior de los restos del muro, y era dividida en tres tramos por dos arcos fajones apoyados en pilastras. El ábside estaba formado exteriormente por cinco entrepaños –de los que se conservan dos y medio– separados por lesenas y coronados cada uno de ellos por sendos frisos con tres arquillos ciegos. Cada una de estas arcuaciones enmarcaba una pieza semicircular de color blanco. Las lesenas se apoyan en un zócalo cuya altura se adapta al desnivel de la ladera. En el centro del ábside se abre una ventana, parcialmente conservada, de arco de medio punto y doble derrame. Interiormente, el ábside estaba cubierto por bóveda de cuarto de esfera y se encontraba precedido por un amplio arco presbiterial que facilitaba la transición al espacio de la nave, de mayor anchura. En el muro norte de este tramo presbiterial se abre un nicho de planta semicircular, a modo de absidiolo, que no se manifiesta al exterior y en el que hay una alargada ventana con derrame hacia el exterior. Se observan numerosos mechinales en diferentes lugares de los paramentos. El aparejo, en la mayor parte del edificio, está formado por sillarejo de tamaño mediano dispuesto de forma bastante ordenada en hiladas horizontales. Sin embargo, en el muro interior de los arcosolios se utiliza el mampuesto, y en las lesenas, arquillos ciegos y dovelas de diferentes arcos la piedra toba. La tipología constructiva del edificio apunta a que pudo ser realizado en el siglo xi.

Texto: Daniel Altisent/Juan Antonio Olañeta Molina - Fotos: Daniel Altisent

Bibliografía

Bellmunt i Figueres, J, 1998, p.107; Catalunya Romànica, 1984-1998, XV, p. 409-410.