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Sector occidental de Sant Llorenç de la Muga

Identificador
17171_03_010
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.320132, 2.790170
Autor
Consuelo Vila Martí
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Llorenç de Sant Llorenç de la Muga

Localidad
Sant Llorenç de la Muga
Municipio
Sant Llorenç de la Muga
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Llorenç de la Muga

Descripción
 
 
 
 
   
   

Iglesia de Sant Llorenç

 

Entrando al pueblo de Sant Llorenç por la carretera de Llers, destaca a nuestra derecha un volumen que sobresale de la línea del horizonte urbano; se trata de una robusta torre-campanario de planta cuadrada que deja adivinar el carácter de la iglesia de Sant Llorenç, a medio camino entre la devoción y la protección de la villa. El templo se encuentra en el centro de la población y resulta muy fácil llegar a él.

 

Tenemos noticia de que en 972, Llop Sanç donó el alodio de Sancti Laurencii de Sambuca al monasterio de Sant Pere de Camprodón. El templo se cita de nuevo en 1155, en el acte del empeño de varias posesiones de Ricard de Terrades a Dalmau de Montmarí; entre dichas posesiones se cuenta alguna que pertenecía a la parroquia de Sancti Laurencii de Sambuca. En 1159, Arnau de Llers, bajo cuyo señoría se contaba entonces el territorio de Sant Llorenç de la Muga, manifiesta los derechos que ostenta el capítulo de Girona sobre el templo.

 

La iglesia actual poco tiene que ver con la antigua construcción de época románica. Tratándose de la iglesia parroquial, fue reformada y ampliada según las necesidades del culto y las posibilidades crematísticas de cada momento, lo que ha acabado por dar una planta poco ortodoxa y unas variadas texturas en los muros exteriores.

 

El edificio presenta hoy dos naves, crucero y tres ábsides, campanario, más añadidos de capillas y otras dependencias. Las reformas y añadidos dificultan el poder apreciar las partes románicas, principalmente en el interior.

 

Por la disposición de los ábsides, si observamos la cabecera desde el exterior, se diría que la construcción estaba destinada a tener una planta basilical, de tres naves, pero evidentemente la nave lateral norte no bien no se construyó o no ha llegado a nuestros días. La continuación del ábside septrntrional, pues, queda truncada por la gran torre-campanario, de planta cuadrada, que mide unos 15 m de altura y 7 m de lado. Consta de dos pisos, con aberturas de arco de medio punto en todos los costados, aunque tapiadas. En época tardía, en los siglos xvii-xviii, se añadieron dos pisos más al campanario

 

Superando el campanario, en dirección a los pies del templo, encontramos el muro septentrional de la nave grande. Este muro no tiene aberturas. Presenta sólo dos hileras de mechinales y una cornisa de perfil biselado a dos tercios de la altura actual, ya que la parte superior es fruto de un sobrealzado tardío. Sobre esta cornisa sobresalen restos de pizarra de la que fue la primera cubierta del templo, y que de hecho es hoy visitable, puesto que se halla en bastante buen estado de conservación, debajo de la cubierta actual. Son visibles dos arcos de medio punto, ciegos, el de levante mucho mejor conservado y apreciable que el otro, presentado dovelas bien labradas, de piedra oscura, bien diferenciada del resto del paramento, al igual que las encontraremos en los arcos del interior de la iglesia. Pudieran haber sido el paso a la nave lateral, constituyéndose en arcos formeros. Estos arcos, junto con otro de similares características, endosado en el muro de poniente de la base del campanario, son los elementos que parecen reforzar la teoría de que la iglesia fuera planificada para haber sido de planta basilical de tres naves. El paramento de este muro está hecho a base de sillarejo irregular, dispuesto solo ocasionalmente en hiladas horizontales.

 

Desde el exterior de la cabecera apreciamos cómo el ábside central (que pertenece a la nave septentriona) es notablemente mayor que los otros dos. Tiene una planta semicirular, ligeramente peraltado. Presenta una una sencilla ventana de derrame simple, en forma de arco de medio punto, monolítico. Hay otra ventana de doble derrame en el muro meridional. El aparejo original es visible aún en la parte inferior, pese a que este ábside presenta signos de haber sido sobrealzado. Dicho aparejo se compone de piedras pequeñas, apenas desbastadas, ligadas con abundante mortero. Están dispuestas de forma irregular, aunque buscando la horizontalidad; en algún caso se  han dispuesto inclinadas. Algunos investigadores han querido ver en esa disposición inclinada una disposición en forma de espiga (opus spicatum), que es característica de la construcción rural de la zona en épocas avanzadas, pero no creemos que en este caso haya indicios suficientes para considerarlo así. La parte media presenta diversidad de materiales: en general sillarejo rústico, aunque en una zona, debajo de la ventana, aparecen unos sillares mejor cortados, más oscuros y dispuestos en hiladas muy rectas; se antoja que fuera un añadido a manera de parche. En la parte superior, la que fue sobrealzada, la fábrica es mucho más pobre.

 

El ábside que se corresponde con la nave sur, la más estrecha, tiene aspecto de haber sido reconstruido, aunque reutilizando el antiguo aparejo. Las hiladas son diferentes de las del ábside vecino: bien dispuestas horizontalmente y constituidas de piedras escuadradas sin pulir de pequeño tamaño y aparentemente unidas con cemento, cosa que reafirma la idea de la reconstrucción moderna.  

 

El tercer ábside se presenta claramente diferenciado de los anteriores. Se trata de una exedra de planta semicircular que está unida a la torre del campanario. Los sillares están visiblemente mejor tallados, son de buen tamaño, bien pulidos y dispuestos en hiladas perfectamente rectas. Se asemeja en mucho al paramento de la torre al que está unido, por lo que se diría que pudieran pertenecer al mismo momento constructivo. Lo corona una cornisa con sección de bisel. En este ábside hay una ventana de doble vano con arcos monolíticos de medio punto.

 

En una primera impresión, la vista conjunta del exterior de la cabecera, presenta un aparejo poco homogéneo entre los tres volúmenes; incluso en el central se acusa esta característica en todo su aparejo, apreciándose al menos tres tipos de materiales.

 

La fachada de los pies queda parcialmente absorbida por una vivienda adosada en su muro meridional, de tal manera que su anchura se corresponde con la de la nave septentrional. La puerta y la ventana han sido modificadas en reformas posteriores, de los siglos xvii y xviii. Corona el muro una espadaña de dos vanos, visibles aunque ahora tapiados. El aparejo en esta parte se muestra visiblemente más rústico que el del colindante muro del Evangelio, si bien las esquinas se refuerzan con algunos sillares bien tallados de un mayor tamaño.

 

Una vez en el interior, se nos hace evidente lo que se podía aventurar desde el exterior: la nave septentrional es mucho más ancha y regular que la otra. La práctica totalidad de sus muros estan encalados, a excepción del ábside mayor y su correspondiente arco triunfal, que fueron liberadas del revoco a finales del siglo xx. De igual manera, siguen visibles las grandes dovelas de los diferentes arcos que podrían haber sido reformados en una actuación de los siglos xiv-xv; también la parte del ábside septentrional y la base de la torre del campanario, que hace las veces de transepto en ese lado, dejan ver bien la disposición de su aparejo. La nave acaba en el ábside semicircular, con bóveda de cuarto de esfera algo alargada. Se une a la nave con un arco triunfal de medio punto. La cubierta de la nave es de cañón corrida y de dimensiones considerables (22 m). Al fondo, en el centro del ábside, se abre la ventana, de un solo derrame, con arquillo externo de medio punto, monolítico. En el lado meridional, la ventana es de doble derrame.

 

La base del campanario se comunica con la nave con un arco de medio punto  revocado y se abre al ábside de sus pies con un arco apuntado. El alto techo del campanario es una bóveda de cañón dispuesta transversalmente, que enmarca perfectamente la alta ventana de doble derrame del vano de tramontana. En el tercio inferior del mismo paño, se alinea con la ventana de la parte superior una fornícula de arco de medio punto, fabricada con dovelas de buen corte. La bóveda del ábside contiguo es de cuarto de esfera algo apuntada y presenta una cornisa bastante deteriorada y una ventana central de doble derrame y arcos de medio punto monolíticos de la que ya hemos hablado anteriormente.

 

La nave meridional es mucho más estrecha. Se une a la anterior por una arcada de grandes dimensiones (más de 13 ms de luz), probablemente fruto de una actuación bastante posterior, y por otro arco formero, a poniente, del que poca cosa se puede observar, puesto que está tapiado con cal. La nave se cubre con bóveda de cuarto de cañón, con dos arcos fajones, uno en cada extremo, formados por dovelas de piedra caliza gris, semejante a la de las dovelas que se conservan del arco tapiado del muro septentrional.

 

Completan el conjunto diferentes estancias y añadidos de momentos constructivos posteriores (sacristía, capilla gótica, coro). Aunque algunos vecinos del lugar aseguran haber visto restos de pinturas en el ábside en el momento de su última restauración, actualmente no existe ningún indicio de su existencia.

 

Algunas fuentes coinciden en la posibilidad de que Sant Llorenç fuera ya un gran templo, mayor que los de las poblaciones vecinas, en el siglo x, por la noticia de 982, en que se la cita como dedicada a san Lorenzo y a san Juan y porque las dimensiones del templo en aquél momento, a juzgar por los testimonios observables, eran muy importantes comparados con los de los alrededores

 

La posible datación del edificio es compleja, puesto que, como ya se ha apuntado, se construyó en diferentes etapas y ha sufrido reformas diversas. Para aventurar una aproximación, se podría considerar que la iglesia fue erigida en tres etapas constructivas: en la primera, nos encontraríamos ante un templo románico de planta basilical, de tres naves, la central cubierta con bóveda de cañón, y las laterales con bóvedas de cuarto de çañón. El ábside mayor, que correspondería a la antigua nave central, formaría parte de este proyecto primitivo, que se puede fechar en el siglo xi.

 

En una segunda fase, a juzgar por el paramento exterior, la iglesia seguiría teniendo tres naves. El ábside meridional se habría rehecho con un paramento de mayor calidad, aunque sin salir de un tipo rural, poco desbastado y sin pulir. En el mismo momento, se habría recompuesto, con el mismo material, la zona que queda debajo de la ventana central del ábside de la nave mayor. Estas modificaciones se habrían consumaron en el mismo siglo xi o a principios del xii.

 

Finalmente, en un tercer y último momento constructivo, se suprimió la nave septentrional por causas desconocidas y se construyó una torre campanario que comunica con el ábside de aquella, que resulta dislocado respecto del que existía anteriormente. Es fácilmente constatable la coherencia constructiva del ábside con la torre, cuyas hiladas se corresponden, e incluso se alargan hasta el nuevo muro que tras la dislocación se generó para segregar el ábside central del septentrional. Las hiladas y el nuevo material, distinto de los aparejos anteriores, nos demuestran que se trata de un sólo proyecto, materializado probablemente entre los siglos xii y xiii.

 

Texto y fotos: Consuelo Vila Martí – Planos: María del Carme Olmo Enri

 

 

Bibliografia

 

Badia i Homs, J., 1977-1981, II-B, pp. c270-72;  Badia i Homs, J., 1977, p. 20; Barral i Altet, X., 1981, p. 270; Castells Catalans, Els, 1967-1979, II, pp. 513-19; Catalunya Románica, 1984-1998, VIII, p. 808; Baig i Aleu, M., 1972-1973; Junyent i Subirà, E., 1983, p. 179.