Identificador
34828_09_010
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 52' 21.75'' , -4º 21' 23.55''
Idioma
Autor
Inés Fuente Aguilar
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Villanueva de la Torre
Municipio
Barruelo de Santullán
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LA IGLESIA DE VILLANUEVA DE LA TORRE, bajo la advocación de santa Marina, responde al esquema de edificio rural de nave única, ligeramente más ancha en la zona de los pies, rematada por un ábside semicircular precedido por un tramo presbiterial trapezoidal. Tan sólo la torre-campanario adosada a sus pies -al estilo de las de Matalbaniega y de las burgalesas de Vizcaínos de la Sierra y Jaramillo de la Fuente- rompe con el tipismo de su planta, genuinamente románica. Exteriormente es de resaltar el armonioso escalonamiento volumétrico de las partes que forman el conjunto de torre, nave y cabecera. La fábrica de la nave se alza en sillería muy irregular que tan sólo es visible exteriormente. Una capa de enlucido sobre la fábrica de muros y bóvedas se encarga de ocultarla al interior. El templo se divide en tres tramos más o menos similares mediante arcos fajones que descansan sobre simples pilares, cubiertos con bóvedas de crucería simples o cuatripartitas, resultado de reformas posteriores. En época moderna (probablemente a finales del XIX) se adosó al muro norte la actual sacristía de planta cuadrangular a la que se accede interiormente por una puerta abierta en el primer tramo de la nave. Adosado al muro sur aparece el atrio moderno con cubierta que apea sobre un pie derecho hexagonal con zapata superior de madera. Éste sirve de cobijo a la portada que se abre en el segundo tramo de la nave. Esta portada -que como la nave no es la original- presenta arco de medio punto con simple arquivolta de baquetón, muy sencilla y sin decorar, y sobre ella existe un óculo que ilumina el interior de la nave. La cabecera -muy restaurada- se levanta en aparejo de sillería de tamaño regular y bien escuadrada, a excepción del tramo sur del presbiterio. Al exterior este tramo presbiterial se divide horizontalmente en dos niveles mediante una sencilla moldura lisa y la unión externa con el espacio absidal se efectúa mediante semicolumna tallada. El tambor del ábside se divide en tres paños mediante dos columnas entregas que lo recorren en toda su longitud (característica que también aparece en otros templos románicos del norte de Palencia y Burgos). Las columnas entregas descansan sobre una especie de podium y se rematan por capiteles sobre los que apoya la cornisa, que es sostenida por un gran número de canecillos. Horizontalmente el hemiciclo queda dividido -tanto interior como exteriormente- en dos cuerpos mediante una moldura a modo de imposta sobre la que descansa el único vano que se abre en el paño central del ábside. Éste es de medio punto, abocinado tanto interior como exteriormente y con dos arquivoltas que descansan sobre columnas con sus correspondientes capiteles. Otra ventana, con abocinamiento sólo exterior y chambrana a ras de muro, se abre en el lado sur del presbiterio. Éste se cubre con bóveda de cañón ligeramente apuntado mientras que el ábside lo hace con bóveda de horno o cuarto de esfera. El tránsito interno desde la nave a la cabecera se realiza a través de un arco triunfal apuntado que descansa sobre triples semicolumnas. Exteriormente aparece sobre el triunfal una espadaña muy sencilla con un solo arco de medio punto, similar a la de Vallespinoso de Aguilar. La torre-campanario aparece adosada a los pies de la nave y es el elemento arquitectónico que dota de cierta singularidad a la iglesia de Santa Marina. Es de planta rectangular y acceso desde el paño meridional. Se divide exteriormente en dos cuerpos decrecientes. En el cuerpo inferior y en su muro oeste, se abre una sencilla ventana de medio punto, cuyo capitel izquierdo ostenta decoración con varios niveles de caulículos, que permiten emparentarlo con piezas similares de Santa Eufemia de Cozuelos, Prádanos de Ojeda, la Asunción de Barrio de Santa María, Nogales de Pisuerga o Villanueva de Río Pisuerga. El cuerpo superior, utilizado como campanario y cubiert o con bóveda de cañón, presenta abiertos sus cuatro costados con vanos geminados de arcos doblados de medio punto y parteluz con capiteles lisos. Del análisis de la planta del edificio se deducen las perceptibles desviaciones entre los ejes axiales de la cabecera, nave y torre, así como la irregularidad de los tres tramos de la nave y del presbiterio. Mientras esta última parece deberse a los asientos diferenciales debidos a la inclinación del terreno, las desviaciones de eje, unidas a los cambios de aparejos y rupturas de hiladas son indicadoras de la complejidad constructiva del edificio. Parece claro que la campaña románica de finales del siglo XII planteó perimetralmente la estructura hoy visible, aunque, a título de hipótesis, parece se produjo un replanteo en altura que sustituyó una prevista espadaña sobre el arco triunfal (que explicaría la potencia muraria alcanzada en esa zona del edificio) por la torre finalmente construida. Más evidente resulta la reconstrucción, posiblemente en el siglo XVI (por la tipología de las ménsulas que recogen los nervios de las bóvedas), de los muros de la nave. En estos paramentos sólo se reaprovechó en parte la sillería original, utilizándose el resto de los sillares en el pórtico que rodea por el sur el templo. En un momento posterior y difícil de precisar se produjo la elevación de la sobrecubierta, que dejó en un nivel inferior al normal la cornisa e hilera de canes románicos que habían sido reutilizados en la reforma del siglo XVI. La decoración del templo es, salvo la pareja de capiteles del arco triunfal, ciertamente repetitiva y se concentra en el interior de la cabecera y en el exterior de los vanos. La decoración geométrica de puntas de diamante orna las molduras que enmarcan el resalte de la bóveda de horno y el arco triunfal, así como la arquivolta, chambrana y cimacios del exterior de las ventanas abiertas en el eje y muro sur del presbiterio; los dientes de sierra incisos aparecen al interior en los cimacios de la ventana central del hemiciclo y en la imposta inferior que recorre los paramentos internos de la cabecera, así como en el exterior en los cimacios de la ventana abierta en el presbiterio; con semibezantes igualmente recorriendo la cornisa del exterior de la cabecera. Motivos vegetales de esquemáticas hojas nervadas y lisas, de puntas dobladas acogiendo volutas o bolas, decoran los capiteles que recogen los arcos doblados del triunfal y los de los haces de columnas del exterior de la cabecera, así como vegetal es el capitel izquierdo de la ventana abierta en el muro occidental de la torre, decorado con cuatro hileras de caulículos. Lo figurativo hace acto de presencia en los capiteles interiores de la ventana absidal, con esquemáticos híbridos -especie de equinos alados de rostro masculino- afrontados de ruda labra. En los capiteles del exterior de esta ventana se afrontan dos parejas de hipogrifos sobre fondo vegetal, el mismo motivo que aparece en el exterior de la ventana abierta en el muro meridional del presbiterio (el capitel izquierdo es una reposición mimética moderna). Mayor interés manifiestan las dos cestas que coronan las columnas adosadas que soportan el arco de triunfo. El del lado de la epístola figura la escena de Daniel en el foso de los leones sobre un fondo vegetal de tallos y rizadas hojas de acanto. Daniel, aparentemente sedente aunque quizá a causa de una torpeza compositiva del escultor, se muestra en actitud orante, con las manos alzadas mostrando las palmas, vestido con una túnica de pliegues paralelos, en tubo de órgano, y anchas mangas, con hierático gesto. Los dos leones, de desproporcionadas lenguas, lamen sus pies desnudos. Hay que reconocer, pese a los múltiples e rro res compositivos, una mayor calidad en la labra de este relieve respecto a lo hasta ahora visto. Aún mayor calidad manifiesta el capitel del lado del evangelio, que figura a cuatro magníficos grifos afrontados dos a dos, los dos centrales oponiéndose por sus cuellos vueltos en el frente de la cesta. Los híbridos aparecen envueltos en una maraña de tallos enredados y hojas de acanto con puntos de trépano y pese a que parece obra del mismo taller que el capitel frontero, la composición y ejecución de esta cesta resultan excelentes. Es evidente que estos dos capiteles se desligan del resto de la escultura del templo, por lo que nos inclinamos a pensar que fueron comprados en otro taller, taller cuyos rasgos le ligan al círculo de Vallespinoso de Aguilar, con cuyas figuras de la portada guarda Daniel claras similitudes, así como el diseño del capitel de grifos afrontados. Estas mismas esculturas vincularán a Santa Marina con algunos elementos del pórtico de Rebolledo de la Torre. La nave presenta canecillos prismáticos, en forma de proa de nave sin decoración esculpida. En el ábside y presbiterio aparecen temas figurados: personajes itifálicos, otros sedentes y desnudos, en actitud pensativa o simples cabezas. Tanto en lo decorativo como en lo arquitectónico, la tipología de Santa Marina de Villanueva de la Torre participa del ambiente propio del tard o rrománico, pudiendo precisarse su cronología en las dos últimas décadas del siglo XII.