EL ÚNICO TESTIMONIO ROMÁNICO que se conserva en su iglesia parroquial es una pila bautismal, de piedra arenisca, ubicada a los pies de la nave. Mide 115 cm de diámetro y 97 cm de altura, de los cuales 38 cm pertenecen al pie. Consta de un pie con molduras helicoidales sobre el que apoya una copa semiesférica decorada en su mitad superior con un tallo ondulante del que nacen bifolias y gallones en la parte inferior. Separando ambos registros corre una banda lisa con una inscripción alusiva al carácter redentor del bautismo: MCCXXV : MAT (ri) S: PECCATV (m) : NOBIS : AB ORIGINE: NATV (m) HOC : E (st) : ABLATV (m) : PENIT (vs) : (quo) QUE : FONTE FVGA (tvm) “Era 1225 (año 1187). El pecado, nacido en nosotros por nuestro origen materno, ha sido borrado y completamente ahuyentado en esta fuente”. Esta inscripción es casi idéntica a las que portan las pilas bautismales de Eterna (1185 ó 1205) y Barbadillo de los Herreros, salidas seguramente del mismo taller. Garbiñe Bilbao establece también una relación por la forma de su fuste con las pilas de Santa Olalla del Valle, Palacios de la Sierra, Pradilla de Belorado, Castrillo de la Reina, Canicosa de la Sierra, Moncalvillo, Huerta de Arriba y Villanueva de Carazo, además de la ya mencionada de Eterna.